51. ¿Cuánto durará?

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Andrea se secaba el pelo y Samuel rodeo su cuerpo con sus brazos dándole un tierno beso en el hombro, se sentía extraña, hacia tanto tiempo que no se sentía así con Samuel: tranquila, plena, alegre, enamorada..., vio cómo se vestía para irse mientras ella permanecía en ropa interior.

Samuel: ¿Todo bien?-le preguntó mirándola.

Andrea: sí, es solo que me siento tan extraña...-él asomó una pequeña sonrisa.

Samuel: voy a resolver unos asuntos, ¿estarás aquí?-le dio un pequeño beso.

Andrea: sí...-lo miró mientras se iba-Samuel...-él se giró mirándola-¿Qué te parece si arreglo nuestra habitación?-siguió mirándola perplejo-digo, me gustaría volver a ella, los dos juntos-se comenzó a poner nerviosa ante el silencio de su marido-si vamos a volver juntos, deberíamos de dormir juntos, el cuarto que yo estaba usando puede ser de la niña y...-Samuel corrió a ella y la alzó en brazos con una sonrisa-¡Samuel!-rió, cuando la bajó le dio un beso.

Samuel: claro que quiero volver a nuestra habitación contigo, compra lo que quieras, arrela cuanto quieras, dispón de todo lo que necesites-volvió a besarla-estoy feliz de que te decidieras a perdonarme por todo lo que te hice-la besó nuevamente.

Andrea: me comporté como una estúpida...

Samuel: borrón y cuenta nueva, mi amor-le dio un último beso y se fue, Andrea toco sus labios y suspiró.

Andrea: ¿Cuánto durará esta felicidad?-sonrió espantando sus malos pensamientos y se fue a ver cómo estaba la niña, cogió su teléfono-¿Mariano?

Mariano: ¡Hasta que te dignas a dar señales!-sonrió apenada.

Andrea: lo sé, soy una mala sobrina... ¿Cómo estás?

Mariano: bueno... un poco solo en realidad, pero bueno, siempre estuve así-soltó una pequeña risa.

Andrea: sabes que el rancho Gallardo está a tu disposición si te quieres venir aquí.

Mariano: no hace falta que me lo digas Andrea, ¿Qué tal con Samuel?-notó una risita por parte de Andrea-¿eso quiere decir que...?

Andrea: si... parece que nos hemos reconciliado.

Mariano: ¡Estupendo! Entonces cual es el siguiente paso.

Andrea: voy a ir hablar con el alcalde, la última vez que lo intente... bueno, no tuve oportunidad todavía y es hora de hacer traspaso de terrenos-sonrió-le sobornaré para que levante actas a mi nombre, quiero que te encargues de enfrentar a Gabriela y reclamarlos en el rancho Montalvo cuando llegue el momento, ¿podrás?

Mariano: sabes que estaré encantado de hacer eso.

El resto de la tarde Andrea estuvo con su hija, se sentía plenamente bien, ya no tenía esa rabia contenida a cada momento y su cabeza descansaba tranquila de sus malos pensamientos, solo tenía una preocupación y es que llegara la hora de que su marido volviese a casa, como pudo dejarse llevar por las intrigas de Patricia, Samuel la amaba y aunque no lo quisiera ver se lo había demostrado desde que volvió. Estaba en la sala jugueteando con la niña en el suelo acolchado que había puesto, vio llegar a su marido, él dejó la chaqueta y aflojó la corbata, se sentó junto a ellas y las beso a cada una.

Andrea: te echábamos de menos.

Samuel: eso me gusta-miró a la niña que lo miró con una sonrisa-¿Cómo está esta princesa?-ella manoteo riendo-¿en serio quieres eso?-Andrea los miró confundida simultáneamente, Alma cogió la mano de su padre y tiró-sí, sí, ya voy...-la niña se tapó la cara riendo-eso, eso, no mires-Andrea estaba con la boca abierta y Samuel estampó sus labios contra los de su mujer, ella rió debajo de sus labios.

VUELVEME A QUERERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora