41. ¡Se acabó!

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Andrea: no bueno, lo que me faltaba, ¿viniste con ella?-las cosas se estaban poniendo feas, Andrea le arrebató la niña de los brazos a Samuel y la abrazó como si tratara de protegerla de algo-¡Oliver! Llévate a la niña arriba, ya sabes-el hombre obedeció y se llevó a la pequeña.

Samuel: pero... apenas la he visto, Andrea, por favor.

Andrea: lo siento, Samuel, pero no la quiero cerca de Patricia-otro hombre abrió la puerta y Patricia entró hecha una furia observando a Samuel y a Andrea con ropa muy escasa, la miró de arriba abajo.

Patricia: ¿Qué significa esto? ¿Me estás engañando con ella?-Andrea soltó una gran carcajada.

Samuel: ¿Lo sabías?-al ver la reacción de ella comprendió que Patricia sabía de la vuelta de Andrea y su hija, él la miró enfadado.

Andrea: por favor, que ordinaria eres.

Patricia: tú cállate-ambas se encararon con decisión.

Samuel: ¿Puedes calmarte?-dijo detrás de Patricia-vine a ver a mi hija y lo estás estropeando todo.

Patricia: ¿Perdona? ¿Estropeando qué? Tu reencuentro con esta zorra asesina-Andrea alzó la mano y la bajó dándole una bofetada que le hizo girar la cara, se echó el pelo hacia atrás.

Andrea: aquí la única zorra aquí eres tú, siempre te gustó, reconócelo, te morías por estar con él, desde que lo conociste babeabas por el cómo lo babosa que eres-trató de golpearla de nuevo pero Samuel se puso en medio de ambas-Eso es, defiéndela, ¡DEFIENDE A LA PERSONA QUE MANDO A MATAR A TU HIJA!-Samuel se quedó horrorizado con sus palabras y dirigió una mirada furtiva a Patricia

Patricia: eso es mentira, yo nunca haría eso.

Andrea: ¿¡Ah no!? Perdona maja, pero le diste unas tierras de mi padre a Leonardo Montalvo a cambio de matarme a mí y a la bastarda de mi hija como tú la apodaste, tengo como demostrarlo-Samuel no daba crédito a lo que escuchaba.

Patricia: no la creas, quiere separarnos-trató de agarrar el rostro de Samuel pero este se apartó confundido.

Andrea: ¿SEPARAROS?-comenzó a reírse-Te recuerdo que es MI marido, reina, la entrometida eres tú

Patricia: eres una zorra amargada, no eres feliz y quieres hundirme

Andrea: ¡CLARO QUE NO LO SOY! Porque ¡¡¡TU!!! Mi propia hermana, no solo se enredó con mi marido sino que también trato de matar a mi hija y tú-señaló a Samuel encarándose con él-tu traicionaste toda mi confianza, me fallaste y me heriste cuando juraste ante dios amarme para el resto de tu vida

Samuel: ¡CREI QUE ESTABAS MUERTA!-sus lágrimas se agolparon en sus ojos y trato de tocarla pero esta se alejó-¿Cómo iba saberlo? No te comunicaste conmigo, estaba desolado, solo busqué un alivio...

Andrea: ¿¡En los brazos de mi hermana!?-Samuel se sentía culpable, no tenía perdón, notaba el dolor y la amargura en cada gesto y palabra de Andrea, todos en aquella sala respiraban agitadamente por la intensidad de la conversación-¡Se van de mi casa, YA!-Patricia agarró a Samuel.

Patricia: vámonos a casa, cariño, allí te explicaré todo

Samuel: lo siento Patricia, pero yo no me iré contigo a ningún lado ¡esto se acabó!-miró a Andrea-Tenemos muchas cosas que aclarar con respecto a la niña

Andrea: pues va tener que ser en otro momento-Samuel resignado abandonó la casa con Patricia siguiéndolo tratando de hablar con él.

Cayetana: espero que no salgas perdiendo con todo esto-salió de entre las sombras-estás culpando a Samuel equivocadamente y tu corazón te grita que no lo hagas, pero eres terca, al final lo vas a perder.

VUELVEME A QUERERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora