6. ¿Primera y última cita?

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Después del incidente en la zona norte la tarde paso muy deprisa para ambos, Andrea terminó la tarde en el despacho revisando el papeleo de las propiedades que su padre le acababa de vender a los Montalvo mientras que Samuel se dedicó a realizar los trabajos del rancho, cuando terminó subió a su cuarto a darse un baño, ya había dado órdenes de que preparasen la cena y ambientaran la terraza para cenar allí, una vez listo se acercó a la cocina a revisar que todo estuviera correcto, había conseguido una cena con Andrea y todo tenía que salir perfecto.

Samuel: esto huele genial-sonriente, La cocinera le devolvió la sonrisa.

Empleada: espero que todo este del gusto de la señorita, patrón.

Samuel: seguro que sí.

Casi todo estaba listo, solo faltaba que Andrea llegase, los minutos se hicieron eternos para Samuel, el cual vestía un vaquero bastante fino una camisa blanca y un sombrero color marrón, finalmente Andrea llegó, estacionó el coche y se bajó, la vio y fue a recibirla.

Samuel: buenas noches-se quedó mirándola-estas preciosa, como siempre-llevaba un vestido largo hasta los pies color azul turqués junto con un cinturón marrón que marcaba su diminuta cintura y con unas cuñas del mismo color que el cinturón, el pelo lo llevaba agarrado en una coleta alta y apenas llevaba un toque de maquillaje.

Andrea: buenas noches, Samuel-se acercó a darle un beso en la mejilla.

Samuel: ¿Pasamos?-Andrea afirmó y los dos avanzaron a la casa, Andrea no sabía cómo actuar, ni que decir, esperaba que él diese el paso, cruzaron la sala y salieron a la terraza, había poca luz, velas y todo estaba ambientado, Andrea se quedó boquiabierta, aquello tenía la pinta de ser una gran noche.

Amdrea: ¡Wow! Samuel esto es, no sé, precioso-No tenía palabras para describir aquella velada, parecía de sueño.

Samuel: me alegro de que te guste-Se dirige a la mesa y aparta una de la sillas-ven, siéntate-Andrea hizo caso a Samuel y se sentó, él empujó la silla hacia dentro.

Andrea: gracias-respondió, estaba muy cómoda con su presencia pero realmente no sabía ni que decirle.

Samuel: me vas a disculpar-se rió tímidamente-realmente no sé qué decirte, nunca me pasó esto-la miró a los ojos, Andrea estaba cada vez más convencida de que Samuel era el hombre perfecto.

Andrea: no te preocupes, si te soy sincera yo tampoco sé muy bien que decirte...-En ese momento una de las empleadas apareció con el primer plato y se retiró con una sonrisa en los labios.

Samuel: tu padre estuvo aquí esta mañana-sacó un tema de conversación mientras comenzaron a cenar.

Andrea: sí, me lo imaginé cuando los vi juntos en los límites, ¿Qué hablaron?-dio un sorbo al vino.

Samuel: bueno... Vino a decirme que Leonardo quiere pretenderte y también que le dijiste que no-Andrea abrió mucho los ojos.

Andrea: bocazas...-Samuel soltó una carcajada.

Samuel: por lo menos yo le tengo que dar las gracias a ese bocazas-tocó su mano-me alegró el escuchar que le dijiste que no a Montalvo-

Andrea: es que no es mi tipo-siguió comiendo.

Samuel: ¿Y cuál es tu tipo Andrea?-dio un respingo ante la pregunta

Andrea: pues... alguien sincero, dulce, que me quiera, que me haga sentir especial, gracioso, cariñoso... lo normal ¿no?-le sonrió.

Samuel: lo normal-levantó la copa y tomó un sorbo, terminaron con el primer plato y les sirvieron el segundo, Andrea tomo otro trago de vino-Cuidado, que después te balanceas-Andrea posó la copa y le dio un pequeño golpe en el hombro.

Andrea: no te metas conmigo, esa noche iba muy bien.

Samuel: no me dio esa sensación, sinceramente-

Andrea: reconozco que las burbujitas del champan me hicieron sentir más ligera, pero también me dieron valor.

Samuel: ¿Valor para qué?-Andrea sonrió y se levantó de la mesa, camino hacia donde estaba él y se inclinó sobre sus labios para darle un beso.

Andrea: para esto-dijo sobre sus labios, cuando se iba a incorporar Samuel agarro a Andrea de la cintura y la sentó sobre sus piernas, la miró, agarró su nuca y la acercó a su boca, volvió a besarla nuevamente, sus labios sabían a gloria, ambos movían sus labios mientras permanecían abrazados y el beso se vio interrumpido por la sonrisa de ambos.

Samuel: se siente bonito-acarició su hombro y ella se mordió el labio

Andrea: será mejor que terminemos... Se va enfriar la cena-rió

A Andrea cada vez le gustaba más Samuel tanto por su físico como por sus cualidades, era un hombre trabajador y honrado, todo lo contrario a lo que Leonardo y César quisieron hacerle creer, pero lejos de eso lo que más le gustaba era su forma de mirarla, jamás de los jamases un hombre la había mirado así, de forma profunda, sabiendo que pasase lo que pasase él iba estar allí, en su mirada notaba que nunca estaría sola, porque ahora lo tenía a él. Cuando acabaron de cenar se sentaron en un sofá en la terraza, estuvieron un rato hablando, él rozó su nariz con la de ella ligeramente.

Andrea: a veces pienso que vamos muy rápido, pero es como si te conociese de siempre-

Samuel: no tienes por qué pensar eso, las cosas simplemente se dieron así-miró a la mano de Andrea y la entrelazó-me gusta tenerte así.

Andrea: a mí también-sonrió y le dio un beso en la mejilla-voy a irme ya, mi padre debe estar esperándome despierto y no quiero llegar muy tarde-se levantaron del sofá.

Samuel: está bien-la siguió hasta el coche.

Andrea: una cosa-él la miró-siento haberte juzgado mal en un primer momento... No debí fiarme de los Montalvo...-lo miró apenada.

Samuel: Andrea-le dio un dulce beso-ya está más que olvidado ese tema-Samuel volvió acercarse a ella, sus bocas se encontraron y lucharon la una con la otra tibiamente, mordiéndose los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, las manos de Andrea buscaron hundirse en el pelo de Samuel mientras el deslizó las suyas por su espalda hasta donde ésta pierde su nombre, de pronto se escuchó un ruido.

Andrea: ¿Qué fue eso?-se separó de Samuel, preguntó agitada y ambos miraron a su alrededor.

Samuel: yo no escuche nada-acarició su mejilla, esta seguía preocupada mirando a todos los lugares posibles, era bastante de noche y no se veía nada-tranquila, habrá sido algún pájaro o algún pequeño animal-se volvió a escuchar el mismo ruido.

Andrea: ¡Otra vez! Samuel, comienzo a asustarme.

Samuel: esta vez sí lo oí-ambos comenzaron a examinar el lugar por separado, de pronto Andrea encontró una sombra entre la oscuridad.

Andrea: Samuel...-llamó delicadamente, pero Samuel no la escuchó, entonces la sombra habló.

Sombra: mantente alerta, corres peligro-cuando procedía a acercarse la sombra desapareció y se giró hacia Samuel, pero de pronto sonó un fuerte estruendo, el de un disparo...

VUELVEME A QUERERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora