12. Somos uno solo

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Samuel esperaba impaciente que Andrea terminara de arreglarse, había quedado con ella hace más de media hora y ella aún seguía en su cuarto, Patricia recibió a Samuel en la sala.

Patricia: y bien cuñadito ¿Qué tal?-se sentó a su lado.

Samuel: bien, ¿y tú? ¿Te gusta esto?-Patricia le hizo una mueca.

Patricia: para nada, peeeero, debo reconocer que es entretenido por las cosas que pasan, eso en la ciudad no pasa.

Samuel: Veo que entonces se irá pronto.

Patricia: ¿Acaso le importa?-sonrió.

Samuel: su padre está mucho más contento desde su regreso, ahora que tiene a sus dos hijas con él está que no se cambia por nadie, sería una pena que se marchase ahora que acaba de llegar, deje que su padre disfrute más de usted.

Patricia: vaya, debes querer mucho a mi padre.

Samuel: es como un padre para mí, me ha cuidado desde que murió mi padre.

Patricia: José Antonio, ¿verdad?-afirmó-lo recuerdo, igual que a ti, tenías 10 años cuando te fuiste de aquí con tu madre, volviste 8 años después cuando nos fuimos a la ciudad a estudiar.

Andrea: ¡Ya estoy lista!-entró en la sala.

Samuel: por fin, no hacía falta tanto arreglo, siempre estas hermosa-Andrea sonrió y Samuel le dio un beso en los labios, Patricia los miró con una sonrisa.

Andrea: ¿A dónde vamos?

Samuel: ah... No sé, es una sorpresa.

Patricia: bueno, bueno, yo también les dejo que quede con Cesarito-le guiñó un ojo a su hermana y se fue a prepararse mientras Samuel y Andrea también se fueron.

En el rancho Montalvo, Ignacio, había ido a reclamarle a Gabriela la presencia de sus peones con continuidad en los terrenos del rancho del Junco.

Gabriela: debe haber un error Ignacio, es imposible que hayas visto a mis peones en tus tierras.

Ignacio: ya van dos veces que los veo dándole de comer al ganado Gabriela, no creo que sea un error, tú ya me entiendes-la miro con suspicacia.

Gabriela: ¿Estas insinuando algo?

Ignacio: solo vengo a comentártelo, por qué no quiero malos entendidos más adelante ¿estamos? No quiero a tus peones en mis terrenos, que ya son muchos años y nos conocemos de sobra Gabriela.

Gabriela: no te preocupes Ignacio, personalmente iré a hacerles una advertencia-Ignacio abandonó la sala, cogió el teléfono y marcó-Habla Gabriela, ¿se encuentra el señor alcalde?-espero un par de minutos-Buenos días tenga usted...-escucho la respuesta-lo llamaba por ese trabajito del que hablamos... Del Junco está empezando a sospechar así que me urge que tramite esas tierras a mi nombre cuanto antes...-sonrió ante la respuesta afirmativa del alcalde-me parece estupendo, sabe que le compensaré, como siempre he hecho-volvió a sonreír-es un placer hacer negocios con usted, hasta pronto-colgó mientras miró una foto de su difunto marido-alguien tiene que hacer crecer esto, mi vida, por las buenas o por las malas...

Andrea: mi amor, en serio, yo creo que estamos perdidos-Intentaba caminar detrás de Samuel apartando las malezas que encontraba en su camino-¿podías ir más despacio? Digo sé que estas más perdido que un caballo en una tienda de zapatos, pero no por eso hay que correr-empezó a reírse, pero la risa se le pasó cuando de verdad perdió a Samuel y no lo encontraba por ningún lado-¿Samuel?

VUELVEME A QUERERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora