VUELVEME A QUERER

28. Tú lo hiciste

Llegó al rancho Montalvo en su coche, se bajó mirando a su alrededor y no vio a nadie, ni siquiera a una empleada que anunciase su llegada, entonces sintió un mal presentimiento que le hizo tocar su vientre asustada, comprendió que no debía haber ido allí y menos sin Samuel, pero para cuando se dio la vuelta para volver a montar en su coche ya era tarde, Leonardo la recibió.

Leonardo: Andrea, bienvenida-se giró nuevamente para verlo-¿te ibas algún lado?-sonrió.

Andrea: al ver que nadie me recibía pensé que no habría nadie, por eso me iba-endureció el rostro aparentando ser firme.

Leonardo: para nada querida, es el día libre de algunos empleados, pero vamos pasa-haciéndole el gesto para que pasara delante de ella, Andrea lo miró y siguió por la entrada de la casa-¿Pasamos a mi despacho? Allí tengo los documentos-afirmó y fueron al despacho ambos se sentaron, Andrea observó cada detalle del despacho, sobre todo el arma que estaba encima de la mesa y trago saliva, debía salir de allí lo más pronto posible-Aquí tienes el contrato, puedes leerlo con calma-Andrea cogió los papeles y comenzó a leer despacio, punto por punto y coma por coma para asegurarse de que Leonardo no la estuviese engañando.

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Patricia y César se estaban vistiendo después de haber hecho amor una vez más en la vieja cabaña en donde Ignacio los vio por primera vez que se entregaron el uno al otro.

Patricia: mi hermana se puso contenta con la noticia, se alegró mucho por los dos-sonrió.

César: ¡Vaya! me extraña viniendo eso de tu hermana con lo mal que le caigo.

Patricia: mi amor, se alegra por mi felicidad, entiende que tu hermano le ha causado problemas a mi hermana, por eso es que no se fía, pero de él no de ti...

César: pero es mi hermano Patricia, haga lo que haga no va dejar de serlo, él está enamorado de ella y tu hermana tampoco es una dulzura que digamos.

Patricia: bueno ya basta, no me apetece discutir por nuestros hermanos, nosotros nos vamos a casar, nos iremos a tu rancho, ellos tendrán su bebé y todos vamos a ser felices cada uno con el camino que escogió.

César: ¿Perdón? ¿Cómo has dicho?-la miró sorprendido y con la boca abierta-¿un... un... bebé?

Patricia: si...-lo miró desconcertada-Andrea está esperando un hijo de Samuel.

César: tengo que irme cielo.

Patricia: ¡Espera! ¿Por qué? ¿Por qué te pusiste así cuando te dije eso?

César: entiende que a mi hermano no le va sentar bien eso y si me perdonas prefiero que lo sepa por mí-termino de vestirse-tenme la ventana abierta esta noche, iré a verte-le dio un casto beso en los labios.

Patricia: César, un momento-su novio se dio la vuelta y se acercó a ella-te amo...-capturó sus labios en un beso que les quitó el aliento, ella movió sus labios sobre los de él, mientras él acarició su rostro delicadamente, ella se separó con ternura mientras miró esos ojos que tanto amaba.

César: mi Paty...-le dio nuevamente un beso-te veo en la noche, futura señora de Montalvo-Patricia sonrió viendo como su novio desaparecía por la puerta y suspiró.

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Leonardo: ¿Y bien? ¿Qué te parece?-Leonardo se levantó sirviéndose una copa de coñac, Andrea observó detenidamente el documento y no encontró nada que pudiese resultar una trampa, pero seguía sin fiarse, algo tenía que haber en los papeles, algo que estaba pasando desapercibido a sus ojos.

Andrea: lo siento Leonardo, pero no lo veo bien, mejor y lo hablas con mi marido-dejó el contrato encima de la mesa y se levantó deprisa, cuando se iba a ir Leonardo la agarró del brazo con fuerza y la atrajo hacia su cuerpo para que no se fuera.