55. Secuestro

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El entierro de Gabriela Montalvo fue muy solitario contando con la escasa presencia de los empleados, Patricia y por supuesto, Leonardo, no había nadie más. Leonardo maldecía una y otra vez a sus enemigos mientras se deshacía en lágrimas por la muerte de su madre, Patricia lo apoyó incondicionalmente mientras enterraban a su madre, pero aquello no le calmaba, ni tampoco le consolaba, necesitaba vengarse y necesitaba acabar con aquella mujer que desde que llego acabó con toda su familia.

Patricia: todo lo que necesites sabes que cuentas conmigo-posó la mano en su hombro con intención de reconfortarlo.

Leonardo: gracias, pero no creo que puedas hacer nada, no hay nada que me consuele ahora mismo...

Patricia: sé que quieres acabar con Andrea y yo también la necesito fuera para poder quedarme con Samuel-Ambos se miraron y sonrieron.

Leonardo: ¿Me ayudarías a deshacerme de tu propia hermana?

Patricia: Leonardo, la duda ofende... casi lo conseguimos una vez... ¡Intentémoslo de nuevo!

Andrés se encontraba revisando a Alma en la habitación donde Andrea permanecía ingresada, lo hacía bajo la atenta mirada de Samuel y Andrea, mientras la pequeña reía por las cosquillas que el doctor le hacía.

Andrés: tenéis una niña muy risueña-dijo vistiéndola de nuevo.

Samuel: ¿Cómo está?

Andrés: perfecta, ya no tiene caso que la tengamos aquí, le daré el alta.

Andrea: ¿Y yo Andrés? ¿Podré irme con mi hija?

Andrés: las secuelas de una caída como la tuya necesitan mucha observación, sigo con mi idea de tenerte aquí un par de días y podrás volver a tu casa, voy a tramitar el alta de Alma-Según salió Andrés entró Ignacio.

Ignacio: ¿Cómo estáis?-se acercó a su hija y a su nieta y las besó.

Andrea: Alma se va hoy a la casa, yo en un par de días ¿Cómo sigue mama? No me dejan verla-hizo una mueca apenada.

Ignacio: bien, se va recuperando, aunque le duele bastante la pierna y le quedara una gran marca de lo ocurrido, pero lo importante es que está viva y con nosotros, pronto seremos de nuevo una familia-sonrió, Andrea asomó una leve sonrisa sin estar convencida de lo que dijo-me manda decirte que te quiere y te echa muchísimo de menos.

Andrea: y yo a ella, papá-agarró su mano.

Andrés: aquí están los papeles-Andrés entró con el alta de Alma-ya os podéis ir a casa esta señorita tan bonita-le agarró un moflete.

Samuel: gracias Andrés.

Ignacio: si quieres yo me la puedo llevar al rancho o lo que sea, Soledad puede encargarse de ella-Ignacio sonrió pero Andrea hizo una mueca.

Samuel: lo siento Ignacio, pero preferimos que la niña este en el rancho Gallardo...-Samuel empezó a recoger las cosas de la niña.

Andrea: Samuel tiene razón, yo no quiero que la niña esté cerca de Patricia...-endureció el rostro.

Ignacio: comprendo, si quieres te acompaño a llevarla.

Samuel: claro.

Samuel e Ignacio colocaron las cosas de Alma y salieron de la habitación para llevársela al rancho Gallardo despidiéndose de Andrea y dejándola descansando en la habitación después de tantas emociones, estaba prácticamente dormida hasta que escucho varios ruidos que provenían de la puerta, abrió los ojos lentamente y vio a Leonardo parado frente la cama, dio un bote en la cama y trató de saltar de ella pero él la agarró inmovilizándola al momento, se quejó fuertemente de su costilla, pudo observar a Patricia en la puerta que vigilaba que no viniese nadie, trató de gritar pero él aprisionó su boca con una gasa blanca impidiéndole hablar, Andrea comenzó a respirar agitadamente mientras trataba de soltarse de Leonardo pataleando todo lo que podía, pero fue inútil, poco a poco se fue quedando sin fuerzas hasta ver todo negro.

VUELVEME A QUERERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora