VUELVEME A QUERER

30. Te sacaré de aquí

Pasaron 3 angustiosos días en los que Andrea apenas podía dormir rememorando lo ocurrido además que la comida de aquel sitio no era la mejor para su estado, por suerte Soledad le llevaba siempre comida para que se alimentarse correctamente aunque a veces los síntomas de su embarazo le jugaban una mala pasada y le quitaban el apetito repentinamente. Samuel no se separaba del lado de su mujer, prácticamente vivía enfrente de la comisaria tratando de velar por su estado y el de su hijo, además de controlar como van las cosas con los resultados de las pruebas y las visitas que recibía ya que no permitiría que su hermana o algún Montalvo la visitase, para evitarle sufrimiento

En esos tres días César Montalvo fue enterrado... A pesar de aprovecharse de la muerte de César, tanto Gabriela como Leonardo lloraron su partida... en especial Leonardo que no dejaba de sentirse culpable por lo ocurrido. Patricia tampoco fue la mejor parada en esta situación, ya que era devastadora​, tenía un nudo en el estómago y un vacío en el pecho que no la dejaba dormir, lloró sin consuelo sobre la tumba de su prometido, cuando la vida dió un giro tan sorpresivo quitándole a su prometido y el amor por su hermana, ella notaba como su rabia en contra de ella crecía cada vez más, el odio y los malos deseos teñían cada vez más su alma en contra de su propia hermana.

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Samuel: el abogado me dijo que ya han llegado las pruebas, están deliberando y enseguida vendrán, seguro hoy podremos volver a la casa y seguir con nuestra vida.

Andrea: quiero irme de aquí, contigo-lo besó-si salgo de aquí prométeme que nos iremos lejos-sollozó.

Samuel: no te preocupes, lo prometo, no quiero que nuestro bebé crezca rodead de esta gente...

Julián: Andrea Gallardo del Junco-Samuel pasó un brazo por el hombro de Andrea.

Andrea: ¿Sí...?

Julián: Lamento informarle que las huellas halladas en el arma que mató a César Montalvo son únicamente suyas, por lo que mañana pasaremos a trasladarla a la cárcel estatal de mujeres de México-Andrea y Samuel se quedaron perplejos.

Samuel: ¡NO! Debe haber un error-el abogado entró cabizbajo-¿QUE HA OCURRIDO?-agarró al abogado y Andrea tomó la mano de su marido para tranquilizarlo.

Abogado: no sé... el análisis es tan raro, en él solo pone que las huellas pertenecen a su mujer... lo lamento, siendo así no hay nada que yo pueda hacer-el abogado se fue y Samuel giró para ver a Andrea con los ojos llenos de lágrimas.

Samuel: eh, no...-la abrazó- tranquila, te sacaré de aquí hoy mismo ¿vale?-la miró.

Andrea: no, mi amor-lloraba-no quiero que te arriesgues por mi culpa.

Samuel: no, no, no, no te rindas bonita-comenzó a llorar el también ante la idea de perderla-me niego a vivir sin ti y sin ver crecer esta barriga, sin saber si es niño o niña, sin verlo crecer juntos, sin decidir su nombre, por favor, confía en mí, te sacaré de aquí.

Andrea: Samuel...-no le dio tiempo a decir más que Samuel se fue.

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Ignacio: me acaba de llamar Samuel...

Soledad: ¿Y? ¿Qué le dijo?-lo miraba esperando una respuesta.

Ignacio: mañana van a trasladar a Andrea a la cárcel de México...

Patricia: menos mal, para que digan después que no hay justicia en este pueblo-Soledad le echó una mala mirada-es lo que se merece por haber matado a mi César-Ignacio le dio una bofetada instintivamente.

Ignacio: me repugna oírte hablar así, ¿Cómo eres capaz de desearle eso a tu hermana? ¡ESTA EMBARAZADA!

Patricia: Y YO IBA A CASARME-señaló su anillo.

Ignacio: te estas dejando llevar por las intrigas de la vieja de Gabriela

Patricia: ella por lo menos si me apoya, tú apenas te has acercado a mí, solo te has preocupado por Andrea.

Ignacio: ¿Qué no me he preocupado por ti? Te pasas los días metida en el rancho Montalvo, me cierras las puertas continuamente, no vienes a comer, ni siquiera saludas cuando nos ves, ¿Cómo quieres que me preocupe si no me dejas?

Patricia: a veces creo que quieres más a Andrea que a mí, yo también soy tu hija papá-se fue dejándolo en la sala con Soledad.

Ignacio:-comenzó a llorar-¿Por qué piensa eso? Siempre las he querido por igual

Patricia: esta dolida Ignacio... por eso piensa así-pasó la mano por su espalda para calmarlo-debo decirle que no me gusta la compañía de Gabriela, puede estar sembrando más odio en ella

Ignacio: a mí tampoco Sole... por dios-lloró-en que momento todo se fue al traste-miro al techo-mi Cayetana... protégenos...

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Leonardo: mañana la trasladan mamá-dijo contento.

Gabriela: perfecto... ahora sí todo está saliendo según lo previsto-tocó una foto de César-se hará justicia mi niño, te lo prometo.

Leonardo: espero que nunca salga de ahí.

Gabriela: algún día lo hará y cuando lo haga, la mataremos a ella y a su bastardo.

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Andrea se encontraba en su celda, tarareando mientras acariciaba su vientre pensando en que ocurriera algún milagro que la sacase de allí, un error en las pruebas, cualquier cosa con tal de salir de aquel asqueroso lugar

Policía: Andrea Gallardo, tiene visita-se levantó esperando ver a su marido.

Andrea: ¿Andrés?

Andrés: sí... he pedido un permiso para revisarte, me enteré de tu situación y bueno vine a ver qué tal estáis tú y el bebé.

Andrea: ¿Aquí?

Andrés: por supuesto que no... iremos al consultorio-entró un policía que colocó las esposas a Andrea-él vendrá con nosotros-Andrea afirmó y se encaminaron rumbo al consultorio de Andrés para examinar al bebé de Andrea y Samuel, los tres entraron en el cuarto y Andrés se dirigió al policía-verá, ¿le importa quedarse fuera? Los exámenes de la paciente requieren de mucha intimidad, está embarazada...

Policía: bueno, pero si no le importa me quedare pegado aquí en la puerta.

Andrés: muy bien-el policía soltó las manos de Andrea y la vio sentarse en la camilla, entonces por otra puerta entró Samuel.

Samuel: mi vida-susurro, ella se sorprendió y se unieron en un fuerte abrazo.

Andrés: tenemos que ser rápidos-susurrando.

Samuel: te traje ropa limpia de la casa, vamos ver cómo está el bebé y nos iremos de aquí ¿vale?

Andrea: mi amor no puede ser muy peligroso

Samuel: no dejaré que tú y mi hijo pasen un segundo más en esa pocilga, Andrea, lo tengo todo planeado, saldremos de aquí hacia el río, montaremos en una barca y bajaremos en un pueblo un poco alejado en él nos esperará una avioneta para irnos, tengo todo preparado.

Andrea: mi amor...-Andrea comenzó a llorar-Tengo miedo, mucho miedo.

Andrés: Andrea, cálmate-tocó el hombro de Andrea tranquilizándola-tú y ese bebé tienen que crecer lejos de aquí, es lo mejor.

Andrea: Andrés...-lo miró agradecida-está bien...-miró a su marido-sé que a tu lado todo estará bien.

Andrea: acuéstate-Andrés repitió el mismo proceso que la vez pasada y observaron al bebé-muy bien, lo estás haciendo genial, este bebé está perfecto, como veis está algo más grande-limpió el líquido del vientre de Andrea-vayáis a donde vayáis, cuidadlo ¿vale? Revísate cada trimestre y trata de estar tranquila, los resultados de tus análisis dieron todos correctamente.

Andrea: Andrés eres un ángel-lo abrazó.

Samuel: estamos en deuda contigo-Andrés sonrió.

Andrés: venga, váyanse, yo sabré que hacer...

Samuel: acuérdate de lo que te dije-Andrés afirmó y Andrea y Samuel salieron del consultorio por una de las ventanas que dan a la parte de atrás donde Samuel tenía su coche, ambos subieron a él y se fueron con rapidez del lugar, pasaron escasos minutos cuando Andrés comenzó a gritar...