20. ¡Viva los novios!

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Después del acto religioso, los invitados acudieron a festejar la unión de los novios al rancho Gallardo, donde se celebraba el banquete, posteriormente se haría la fiesta y la despedida de los novios. Andrea y Samuel iban en el coche nupcial ya como marido y mujer, ambos irradiando felicidad.

Andrea: no me puedo creer que ya estemos casados-emocionada se abalanzó sobre su marido y lo beso en los labios-Todavía no me vas a desvelar a donde iremos de luna de miel ¿verdad?-Samuel negó y se acercó a darle un beso, se acercó a su oído.

Samuel: primero tengo que quitarte ese vestido y hacerte mía de nuevo-Andrea se puso roja.

Andrea: Samuel... no me provoques, que paramos en el primer rincón que vea-ambos se rieron-no te rías que lo digo muy enserio-pero por desgracia para Andrea ya habían llegado al rancho Gallardo y todos los invitados los esperaban para recibirlos y comenzar el banquete.

Samuel: bienvenida a nuestra casa, amor-Andrea lo miro dulcemente y le dio un beso, Samuel salió del coche y le tendió la mano para ayudarla a salir, ella salió con cuidado de no pisar su vestido.

Invitados: ¡VIVA LOS NOVIOS!

Accedieron directamente a la parte de atrás de la casa donde las mesas estaban montadas y todos se sentaron en sus respectivos asientos, marcados previamente por los novios y los camareros empezaron a servir las mesas, comenzando siempre por la mesa de los novios, todo el banquete estuvo exquisito y el servicio a la altura del evento, antes de finalizar con el banquete con el reparto de la tarta de bodas, Samuel se atrevió a subirse al escenario y cogió el micrófono, con él, su copa y las que ya llevaba encima comenzó a hablar.

Samuel: cuando una joven morena guapísima entró en la sala donde pretendía comprar unas tierras, nunca me hubiese imaginado que se acabaría convirtiendo en mi esposa-miró a su esposa que sonreía emocionada-desde el primer momento en el que te vi pusiste mi cabeza y mi vida patas arriba, sentí algo emocionante por dentro que nunca supe ponerle nombre, hasta que mis labios se encontraron con los tuyos por primera vez, entonces le llame amor, por que eras tierna, dulce, espontanea, decidida y una mujer con carácter, tenías lo esencial para hacerme feliz y pronto me di cuenta que estaba equivocado, tenías más que eso para hacerme feliz, día a día le doy las gracias a Dios por ponerte en mi camino y que me correspondieras, espero que hoy sea el comienzo de una nueva vida para los dos, que este sea el primer paso para formar una maravillosa familia a tu lado, brindo por ti, mi amor, por mi Andrea, por hacerme el hombre más feliz con solo mirarme, te quiero.

Andrea observaba a Samuel con los ojos cristalizados, en realidad todos los presentes estaban con las emociones a flor de piel tras las palabras de Samuel, Andrea se levantó acercándose a su marido y se refugió en sus brazos como una niña pequeña agradecida por sus palabras y se dieron un dulce beso.

Andrea: eres el mejor, cariño, gracias por estas palabras y por hacerme la mujer más feliz del mundo.

Samuel: viviré cada día para que sea así mi amor... para que seas siempre feliz.

Después del primer baile de los novios como marido y mujer, los meseros comenzaron a retirar los platos y algunas mesas para poder dejar espacio para la fiesta y la música, colocaron una mesa llena de botellas de alcohol para que cada invitado se sirviese lo que quisiera.

Andrea entró en la casa y buscó cambiarse los zapatos que ya le estaban lastimando, se movía por ella como si estuviera en ella toda la vida, de hecho, los últimos meses había estado llevando la casa como si ya fuese suya.

Andrea: ¿Dónde los habré dejado?-buscaba en el baúl de la sala, recordó dejarlo allí para no tener que subir al cuarto, ya que era muy aparatoso subir las escaleras con el vestido ella sola.

VUELVEME A QUERERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora