39. ¿No me das la bienvenida?

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Sonó un pequeño golpe en la puerta de su despacho y levantó la vista y esbozó una sonrisa provocada por lo que había visto, vio a su hija parada en el umbral de la puerta y con su pequeña nieta en brazos, ya no era la misma, había sufrido mucho, su rostro se lo mostraba y su padre lo comprendía, en aquella mujer se reflejaba el dolor y la decepción, se levantó y corrió a abrazarla dejando a la niña en medio de los dos.

Ignacio: mi Andrea... estás viva-se emocionó ligeramente y agarró la cara con ambas manos-Estas distinta cielo...-Andrea agachó la cabeza un poco con lágrimas en los ojos y vieron a la niña que asomaba sus manitas por encima de la manta.

Andrea: te presento a Alma...-Ignacio la miró y sonrió a la vez que la cogía en sus brazos.

Ignacio: pequeña, eres hermosa-descubrió su cabecita y sonrió-¡Vaya cuanto pelo!-Andrea rió-En eso se parece a ti.

Andrea: es muy pronto para lo de los parecidos-Ignacio le indicó la silla para que se sentara.

Ignacio: también se parece a él-ella cerró los ojos con dolor-soy tu padre, no me evites el tema, debemos hablar de Samuel, es su hija...

Andrea: por el momento no voy a decir nada, es obvio que en cuanto reaparezca se preguntara que paso con el bebé que esperábamos, pero todavía tengo que prepararme para ello...

Ignacio: en cuanto él sepa que estás viva, se desatará una hecatombe...-suspiro.

Andrea: lo sé-dijo firmemente.

Ignacio: ¿Qué piensas hacer?-Andrea apretó los labios.

Andrea: papá, no creo que convenga que sepas lo que tengo en mente

Ignacio: soy tu padre, Andrea, creo puedo saberlo

Andrea: también lo eres de Patricia y también voy a cargar en contra de ella-Ignacio se sorprendió con la sinceridad tan agresiva de su hija.

Ignacio: ¿Qué vas hacer?-volvió a insistir.

Andrea: muchas cosas papá

Ignacio: Andrea del Junco...-Andrea suspiro resignada.

Andrea: pienso quedarme con el rancho de Samuel y también con el de los Montalvo

Ignacio: ¿ESTAS LOCA?-la niña se sobresaltó y soltó un pequeño llanto que fue calmado por Ignacio al acunarla-¿Cómo vas hacer tal cosa?-susurró.

Andrea: eso sí que ya no te lo diré, si el motivo por el que me hicieron tanto daño y por el que quisieron matarme a mí y a mi hija fue por el poder de estas tierras, les daré motivos de sobra para hacerlo-en ese momento se escuchó la puerta.

Patricia: HE VUELTO PAPÁ-ambos reconocieron la voz de Patricia que venía de la sala y Andrea sonrió.

A diferencia de Ignacio que se asustó por lo que podría pasar, Andrea estaba muy tranquila y sonriente, había llegado el momento de enfrentar a su hermana y cuanto antes lo hiciese mejor, se levantó de la silla y se posicionó detrás de la de su padre que miraba hacia la puerta para poder ver la cara de sorpresa cuando las viera a ella y a su pequeña.

Patricia: papá todavía estás...-entró en el despacho, su rostro palideció y se quedó helada con la escena, que demonios estaban viendo sus ojos, tragó saliva con dificultad, allí estaba Andrea, su hermana, detrás de su padre y este en sus brazos llevaba un bebé, no puede ser-¿Qué significa esto?

Andrea: ¿No me das la bienvenida, hermana?-dijo con una amplia sonrisa en la cara.

Patricia: ¿Es... estas vi...viva?-dijo entrecortadamente.

VUELVEME A QUERERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora