Capítulo 9.

2.9K 104 3
                                    

Me quedé embobada mirando un punto fijo, esperando a que las ideas llegasen a mi mente desértica. Repasé mi lista de contactos, esperaba encontrar a alguien con el que me apeteciese salir, de lo contrario pegaría una foto mía en la definición de solitario/a del diccionario.

Pulsé llamar cuando divisé su nombre.

- Irlandés al aparato -reí.

- Eres tonto.

- Yo pensaba que mis padres me llamaron Niall -dijo sarcásticamente.

- Ya, bueno ¿estás haciendo algo?

- Hablar contigo -obvió.

- Yo pensaba que hablaba con mi tía Gertrudis -dije esta vez yo, sarcásticamente.

- ¿Tienes una tía Gertrudis?

- Era ironía.

- ¿Sabes lo que no es ironía? Que vas a venir a mi casa porque este irlandés se aburre mucho.

- Y esta inglesa dice que venga el irlandés.

- ¿Es necesario? Si salgo de la cama mi señora madre me obliga a hacerla -marrano.

- Vamos a por comida -sentencié, seria aunque no me viese, sabiendo su próxima respuesta. Yo no podía ofrecerlo sexo, aunque sí otras cosas.

- Tardo en hacer la cama cuatro minutos asi que... En doce te estoy esperando en la puerta del Starbucks.

- Tú invitas.

- Mientras cene en tu casa.

- Cariño, puntualidad -exigí y colgué.

Tal y como dijimos a los diez minutos estábamos pidiendo nuestros cafés. Estuvimos hablando un rato de estupideces y más tarde fuimos a dar una vuelta. Nos quedamos en un banco de un parque sentados, hablando y observando un pequeño estanque que había enfrente.

- ¿Te puedo hacer una pregunta? -pregunté.

- Ya me la has hecho -sonrió.

- Vale listillo, ¿te puedo hacer dos preguntas?

- Te queda una, adelante.

- ¿Te gusta Andrea?

- ¿No lo tomabas como algo obvio?

- Pero me refiero a que, podrías pedirle salir. Así como dato -lo dejé caer cómo el que no quería la cosa.

- Pues te voy a decir que no, así como dato.

- ¿Por qué? -pregunté fuera de lugar. Esperaba un ¿Y qué hago? ¿Cómo se lo digo? No un no tan seco.

- Piensa. La conozco de hace cuatro días, he hablado con ella como en tres ocasiones, ¿te crees que voy a pedirle salir? -intenté responder pero me interrumpió- ya no es de locos, es de tontos. Además, prefiero quedar como amigo que a gilipollas.

- Es una buena analización -reconocí.

- No es una analización, es la verdad. Además, últimamente apunto a maneras con Clara -¿me lo dices en serio?

- Pues ella tenía otra perspectiva de tí... -lo dejé en el aire.

- Habla por esa boquita.

- Averígualo tú.

- ¿Tú sabes lo fácil que me resultaría tirarte al agua? -señaló el pequeño estante.

- Yo creía que era algo de tontos -piqué. Ahora que sabía que interesaba se preocupaba por ello. Pues no.

Del odio al amor solo hay un paso (Harry y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora