Del odio al amor solo hay un paso (Harry y tu)

Capítulo 12.

Sonó mi despertador a las siete como de costumbre. Lunes de nuevo. Cuando hube terminado de prepararame, puse rumbo a la plaza, como siempre. Es todo tan repititivo...

- Que caretos lleváis -dije al ver a las chicas medio dormidas tal y como yo lo estaba.

- Tu no te alejas mucho eh -atacó Andrea. Tenía razón, yo incluso debía estar hasta peor.

- Es lunes, que quieres -me defendí.

- Lo mismo digo.

Al llegar entramos a clase directamente. Teníamos sueño y si nos quedábamos de pie a lo mejor nos caíamos por la falta de equilibrio. Me senté en mi asiento, apoyando la espalda en la pared y los pies en la silla.

Observaba a cada uno de mis compañeros con detenimiento. La mitad estaban hablando o aburridos, la otra mitad ni había entrado y ahí estaba Niall, la excepción, durmiendo como cada lunes.

Era una pena no llevar una botella de agua fría encima, le hubiera dado un buen uso. Intenté despertarlo llamándole, pero nada así que decidí utilizar la técnica que utilizó el otro día Harry para asustarme. No me apetecía gritar pero el momento lo requería.

- ¡Despierta! -le grité en el oído mientras le zarandeaba de los hombros. Saltó del susto y miró en dirección a todas las partes de la clase.

- ¡¿Qué?! ¡¿Qué pasa?! -preguntó sobresaltado.

- Nada.

- Me cago en todo, ¿me despiertas para nada? Buenas noches -volvió a esconder su cabeza entre sus brazos. ¿Pero sabía dónde estaba?

- Por si no lo has notado estamos en clase.

- ¡No jodas! -levantó rápidamente la cabeza. ¿Era sarcásmo o no lo sabía de verdad?

- Si te jodo.

- ¿Cómo he llegado aquí? -preguntó confuso.

- Pues si tu no lo sabes yo aún menos -contesté y volví a mi asiento.

Era un aburrimiento de mañana, bueno, mas bien de día. La profesora ya había pillado a Niall dos veces durmiendo. Yo creo que este chico se pasó todo el fin de semana de fiesta y amaneció aquí.

Llegó el recreo y vi a Janelle seria. Se me olvidaba, tenía que tratar a Zayn como un fantasma. Me gustaría poder hacer una apuesta sobre cuanto durarían pero sería cruel.

Salimos y ahí estaban todos los chicos, plantados como setos. Janelle fingía hablar conmigo, diciendome cualquier tontería, evitaba la mirada de Zayn.

- ¿Y si dejamos que eliga él? -susurré.

- ¿Cómo?

- Si elige uno le ignoras y si elige dos hablamos con tu madre. De este modo no te puedes sentir culpable, él lo ha elegido.

- Pero lo ha elegido incoscientemente.

- Es que si no ya sabemos que va a elegir -dije obvia.

- ¿Y si elige el dos? No quiero hablar con mi madre, me da miedo.

- Aún no ha elegido, tranquila.

- No le digas que significan o para que son.

- No es la primera vez que lo hago.

- Y no me nombres.

- Descuida.

- Zayn -le llamé- ¿Uno o dos?

- ¿Para?

- Tú elige -insistí.

- No me fío de tí -dijo y por una parte me ofendí, ¿tan mala impresión causo?