Capítulo 22.

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7:00 de la mañana. Mi querido amigo el despertador me avisó con su dulce sonido que tenía por voz. Me metí en la ducha y tras un cuarto de hora salí y me sequé. Hoy no parecía hacer mucho frío, a pesar de ser casi finales de noviembre.

Me cepillé el pelo mientras sacaba la ropa del armario, el tiempo corría demasiado rápido para mi gusto. Me vestí y con la mochila y el móvil, bajé a desayunar. Me puse un gorro de lana blanca, una no se podía fíar del todo del tiempo.

Salí de casa y respecto a mi suposición del tiempo, estaba equivocada... HACIA UN FRÍO DE QUE PELABA.

- Hola-a-a -saludé tiritando y estas me repondieron al igual.

- Que frío ¡DIOS! -exclamó Janelle.

- Joder que sí -le dió la razón Elizabeth.

- ¿Andrea? -pregunté, no estaba y la espera nos iba ha hacer escultura de hielo.

- Mira, por ahí va -señaló Rocío y me giré para ver como venía corriendo.

- Hostia puta que frío.

- ¿Qué? -preguntamos todas a la vez. No había entendido ni palabra.

- Oh, perdón, a veces se me olvida que estoy en Londres -se disculpó.

- No os quedéis quietas que es peor -dijo Eleanor sin dejar de moverse- vamonos -comenzó ha andar y todas la seguimos.

Era un horror no llevar abrigo, ¿tanto me costaba coger el abrigo? Mejor llevarlo y no necesitarlo que necesitarlo y no llevarlo, eso es lo que me hubiera dicho mi madre si le hubiese preguntado. Pero ya ni opinión pedía.

Nos metimos en clase como balas. Tiré la mochila cerca de mi sitio y corrí ha allanar uno de los radiadores de clase. No había ni comparación con el exterior. Miraba por la ventana quien entraba a la puerta del recinto y saludaba a los que lo hacían en clase. Tocó el timbre, la profesora llegó y me despachó de mi amor pasajero de invierno.

Era la hora del recreo y todos nos agrupamos fuera. Hacía frío, mucho frío y en tiempos como estos odiaba el recreo. Por momentos llego a pensar que no me importaría quedarme en clase, aunque nos dieran otra hora de teoría DA IGUAL. La cosa es no pasar frío.

Antes de salir con este frío, hasta pensé en hacer que me castigaran. ¡QUIÉN ME MANDÓ A MI NO COGERME CAZADORA! Si llega a estar mi madre despierta ahora mismo estaría caliente con tres chaquetas y dos abrigos. Vale, exagero pero el frío no me hace nada bien. Estábamos Elizabeth y yo medio abrazadas tiritando del frío, esa era mi situación existencial en el momento.

- Demasiado frío para estar soltera -comentó tiritando. Gran verdad.

- Ya te digo -le dí la razón.

- Pero si tú tienes novio -se quejó.

- Es verdad - recordé a mi querido Logan, ¿dónde estaba? Quería a mi radiador humano- pero no sé dónde está -lo busqué con la mirada.

- Para  rato dejaría yo a mi novio solo con tanto frío.

- Ea chocala -intervino Rocío y ambas chocaron la mano.

- Eso decís ahora...

- Pos yo estoy muy caliente -comentó Andrea abrazada por Niall.

- Y yo -dijeron también Marian y Eleanor y rieron. Graciosas.

- ¿Sabes que? Ahora echo de menos el balonazo, al menos me hizo entrar en calor -dijo Janelle.

- Chris no está muy lejos, podemos llamarle en un segundo -contestó Rocío. Que bien le venía esa escusa.

Del odio al amor solo hay un paso (Harry y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora