Capítulo 28.

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- ¿Enserio tenemos que ir ahora? -pregunté sin ganas.

- Sí, levántate y cámbiate.

- Mamá, ¿no podías haber elegido otro día? Estoy cansada -enterré mi cabeza en el cojín del sofá.

- No haberte ido de fiesta -me reprochó.

Había llegado del local apenas media hora. Nada mas llegar, mi madre no había parado de darme coba para ir a comprar el maldito vestido.

- ¿Por qué justo hoy? -me quejé.

No tenía otro momento, no, tenía que ser justo ahora. No tenía fuerzas ni para levantarme, como para ir de compras.

- Estipulastes un mes. Y bueno, ya ha pasado.

- ¿Por qué me haces esto? -finjí llorar.

La vida me maltrataba. Había algo encima de mí que me incordiaba, encontraba el momento justo para pincharme.

- Por tantos pañales sucios.

- Seguro que la abuela no se vengó de tí por eso -puntualicé- si estuviera aquí, me uniría con ella y formaríamos una mafia contra tí -dije subiendo las escaleras

- Pero no está aquí, asi que me vengo yo por las dos.

- ¿Cómo que por las dos? -quité mi mano del picaporte de la puerta- A la que cambió pañales fue a tí, ahora no me cargues con el muerto -grité y entré a mi habitación.

- Sumo los míos, los de tus tíos y los que te cambió. Sumarte los de tus primos ya me parece cruel -dijo restándole importancia.

¿Cómo que cruel? Me había sumado los de media familia, ¿no le parecía suficiente?

- Pues que sepas que el año que viene ya puedo hacer lo que quiera. ¡Ya seré mayor de edad! -grité alegre, sacando ropa de mi armario.

No había mejor cosa que me pudiese pasar en todo el año que ser mayor de edad. Aunque bueno, en teoría no era mayor hasta los 21...pero yo sigo las leyes de otros países, estoy de acuerdo con ellos.

- Mientras vivas bajo mi mismo techo no -sentenció.

Ya tardaba en decirlo...

Típico, te dicen: 'cuando tengas quince podrás hacer lo que quieras' mentira. Luego, 'hasta los dieciocho tu harás lo que yo te diga' mentira también. Y por último, 'mientras vivas bajo mi mismo techo seguirás mis normas'. Esa es la vida de un hijo, se transmite de generación en generación. No intentéis ser diferentes porque no podéis, es ley de vida.

Me metí en el baño con la ropa en la mano y me duché rápidamente, necesitaba quitarme el olor a alcohol del cuerpo. Me vestí, me peiné y bajé a la cocina a por una bolsa de galletas.

- ¿Ya estás lista? -preguntó mi madre desde el salón.

- Un momento -subí corriendo a mi cuarto.

Me metí las llaves en el bolsillo izquierdo y el móvil en el derecho. Bajé de nuevo las escaleras y me puse en frente de mi madre.

- ¿Ya?

- Oui -contesté y salimos de casa. Abrió el coche y ambas nos metimos en el coche.

- ¿Qué tal te lo pasastes a noche? -preguntó mientras conducía.

- Bien, hasta donde yo recuerdo -mentí un poco.

No tenía pensado recordar nada de lo sucedido con Logan. Yo no estaba segura del todo, aunque Harry me lo hubiese confirmado. No veía necesario el tener que recordar algo tan nefasto.

Del odio al amor solo hay un paso (Harry y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora