Capítulo 18.

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Sonó el despertador a las ocho de la mañana. ¿Por qué lo hacía? Es sábado, no hay clases. Además, me avisa una hora más tarde, no le veo la lógica. Espera, sábado, ¿qué tenía que hacer yo el sábado?

Aaahhh, ya me acuerdo. El partido de Chris ¿Por qué los hacen tan pronto? ¿En qué pensaba cuando dije que iba a madrugar un sábado? ¿Y si digo que me he dormido? Me da mucha pereza levantarme. No, pobre, le dije que yo también iría. Pues pongo la alarma y duermo diez minutos más.

Cogí mi móvil y puse la alarma para que me avisase dentro de diez minutos y me acomodé de nuevo a la cama.

- ¡DESPIERTA! -me gritaron en el oído y me moví sobresaltada. ¡Pero por qué me gritan al oído! Abrí los ojos y me giré dejando ver la figura de Eleanor.

- ¡PERO TU ESTAS LOCA! ¡CASI ME DEJAS SORDA! -le grité al igual. ¡No había derecho!

- Ve a ducharte venga, yo te eligo la ropa -dijo abriendo mi armario.

- Tengo sueño -cerré los ojos de nuevo.

- Que pena -comentó rebuscando en mi armario- a ducharte -sentí como me zarandeaba en la cama. Maldita pesada.

- ¿Cómo que vinistes a mi casa? -cambié de tema para ver si me dejaba en la cama, con suerte sus motivos me ayudaban a dormir.

- Los términos: sábado, madrugar y _____ no encajan -dijo enumerando con los dedos.

- Pues yo no te invinté a si que adiós.

- Pero tu madre me quiere y me deja venir cuando quiera y ¡No me cambies de tema y despiertate ya! -me destapó e intentó levantarme cogiéndome del brazo, ¡me lo iba a sacar!

- ¡Párate ya pesada! -bufé haciendo fuerza para que no me levantase.

- ¡_____! -me soltó el brazo y me gritó.

- ¡QUÉ! -grité de vuelta.

- Como no te levantes de la maldita cama y te metas en la asquerosa ducha, te juro que te tiro todas y cada una de las galletas y te encierro en un cuarto con tu muy buen amigo Harry. ¡¿Me escuchastes?! -gritó y me levanté de la cama como una bala. Sus palabras no estaban hechas para poemas.

- ¿Por qué no me estás eligiendo la ropa? Vamos a llegar tarde al partido -palmeé mis manos para que se diese prisa.

- ¡Vete a la mierda! -me tiró un cojin a la cara y sonó la alarma de mi móvil. Ojalá pudiera haber dormido esos diez minutos de más, había malgastado mi tiempo.

- Podías haber esperado y dejarme dormir los diez minutos -le miré con mala cara.

- Es que hubieses dormido diez minutos más ya no te levantas -me devolvió la mala cara.

- Ts.

- Ps.

- Te quiero.

- Igualmente -dijo y me encerré en el baño.

Me metí en la ducha y dejé que el agua me terminase de despertar. Al salir, me puse el albornoz y empecé a secar mi pelo mientras lo cepillaba. Salí y vi a Eleanor echada en la cama con los ojos cerrados, ¿durmiendo? Tengo que comprobarlo.

Cogí un cojín y apunté a la cara haciendo que se moviese tanto del susto que acabó en el suelo. Solté una carcajada y me miró con el ceño fruncido.

- Imbécil -dijo levantándose del suelo.

- Si yo no puedo dormir, tú tampoco.

- Vistete rápido.

Del odio al amor solo hay un paso (Harry y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora