Capítulo 24.

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POV ANDREA.

Hacía ya un rato que habíamos llegado a la fiesta. Esto estaba lleno de gente, unos por la cocina hablando, otros bailando en el salón y el resto por los sofás, habitaciones y baños metiéndose mano y lo que sigue. En parte, se me estaba haciendo eterno sin los demás.

Yo era una de esas que estaban bailando en el salón, junto a Marian y Rocío. Algún que otro chico se acercaba a bailar y no había problemas, cuando se pasaban del límite, la mirada de Zayn les hacía desaparecer de la nada. Era bastante gracioso ver la cara de Zayn así, y que después se esfumaran como si nada hubiera pasado. Por una parte era divertido que los controlara pero por otra no, es decir, desconfiaba de nosotras. ¿Cómo le íbamos a encontrar un novio a Rocío en estas condiciones? Al menos que nos dejase a un folla amigo, ¡mi amiga está muy sola!

- Me la llevo -vino Zayn y cogió a Marian.

- Nooo -se quejó Rocío.

- Yo también quiero estar con ella. Además soy su novio -justificó con tono de superioridad. Era verdad, son novios pero nunca oí su historia. Osea, Marian nunca nos la contó, al igual que Zayn. Nota para mí, preguntar a Marian como acabó siendo novia de Zayn

- Y yo su amiga.

Señoras y señores, esto es un empate.

- Pero yo la conocí antes.

A Zayn se le ve con ganas de querer llevarse el premio a casa o a otro sitio, todo depende.

- ¿Y? A mi me quiere más.

Y al parecer Rocío también quiere el premio, esto está muy reñido.

- No lo creo.

Zayn no se rinde señores.

- Bueno, eso que lo decida Marian -arbitré y todos la miramos atentos. Se encogió de hombros señalando a Zayn.

WWOOO Zayn ha ganado señoras y señores *aplausos mentales*

- Creo que he ganado -sonrió victorioso.

- Cállate Malik -demandó con los brazos cruzados. Marian y yo reímos.

- Rocío que yo te quiero igual -intentó limar las perezas.

- Ya no sé que pensar -contestó indignada- vete, no me hagas más daño.

- Luego vengo chicas, y tú no te enfades -se fué de la mano de Zayn.

- Me vais a dejar sola -puso mala cara.

- ¿Por qué? Estamos tú, yo y ahora vendrán las demás.

- Yo creo que no -murmuró mirando por encima de mi hombro y fruncí el ceño.

De repente una palmera apareció delante de mí y una mano se posó en mi cadera... esperen, ¿una palmera? ¿Dios aceptó mi sugerencia de que lloviesen palmeras? Me giré y ahí lo ví, al irlandés más hermoso que había conocido en mi vida, sonriendo.

-¿Una palmera? -arqueé una ceja.

- Si no te gusta ya me encargo yo de ella -dijo con una sonrisa pícara entonces se la arrebaté rápidamente de las manos.

- No dije que no me gustase -fruncí el ceño y este me acercó a él.

- ¿No me vas a dar? -hizo un puchero. Ay que monada, es que en ved de comerme la palmera me lo comía a él. Ok, eso ha sonado raro y de abuela, mejor dejemoslo en que es una monada.

Del odio al amor solo hay un paso (Harry y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora