Del odio al amor solo hay un paso (Harry y tu)

Capítulo 40.

- Tienes un don para la oportunidad -reí.

- Para serte sincero, no me ha importado nada interrumpir eso -comentó y rodé los ojos.

- Al grano, tengo que volver al partido -alzó las cejas- en la pista de fútbol, con los demás -terminé y su boca formó una a.

- Dijistes que te preguntase en otro momento si me perdonabas -contestó y puse cara de perro- ¡No puedo esperar! -se defendió.

- ¡Logan!

- ¡¿Qué?! ¡Sabes que no me gusta la incertidumbre!

¡Qué volviese Harry y lo abriese en canal por Dios!

- Sabes que soy muy rencorosa -recordé.

- Si... eso es un ¿si? -preguntó con miedo a mi respuesta.

- El día que te peguen una paliza -aclaré.

- Le puedo decir a Ryan que me pegue.

- De vosotros dos preferiría antes que le pegases tú a él.

- Eso es... ¿qué aún te importo? -preguntó y me puse seria.

- Logan.

- Perdón pero... ¿No hay alguna otra forma de que me perdones? -preguntó esperanzado.

- Si quieres puedo llamar a mi padre -sugerí y su cara palideció.

- No no no no, no hace falta -negó varias veces con la cabeza.

- Pues no tenemos nada de que hablar -finalicé.

- Bien... -metió sus manos en los bolsillos- me voy entonces... Y perdón por cortaros el momento novios del siglo -se dió media vuelta pero lo retuve antes de que se fuera.

- ¿Por qué dices novios? -pregunté de lo más confusa.

Era normal que se sintiese celoso o molesto, pero referirse a nosotros como novios del siglo... Era como un crío de seis años.

Se giró de nuevo.

- Porque lo sois -su respuesta sonó más a pregunta que otra cosa.

- ¿De dónde te has sacado eso?

- Me lo ha dicho... Espera -se interrumpió- ¿es mentira? -preguntó y asentí- ¿Y por qué te besas con él? -frunció el ceño.

- ¿Acaso tengo que casarme con alguien para poder besarle?

- No, pero ¿desde cuando Harry Styles ha estado en tu lista de personas que besar?

- A ti qué te importa -contesté borde.

- Claro que me importa. ¿Pensabas en él cuando estabas conmigo?

- ¡No desbaríes! ¡Hazme el favor! -exclamé atónita.

Cómo podía llegar a esa conclusión ¡era absurdo!

- Siempre estáis juntos, la noche que rompimos dormisteis juntos y ahora sois amigos con derec

- ¡No somos amigos con derechos! -intervine.

- Me da igual, con todo eso creo que tengo derecho a morir pinzado de la cabeza.

- No pasaba tiempo con él por mi propia elección y lo sabes -le apunté con mi dedo índice.

- ¡Da igual! Pero paremos, me estoy poniendo nervioso y me va a dar algo -comentó controlando su respiración.

- Perfecto, pero antes dime de dónde has sacado mi falso romance.

- Me lo dijo cuando hablé c