Me encuentro con Teseo 2.0 "Lurygon"

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-Pero no podrás hacerlo- dijo Joshua-. Es imposible para un chico como tú.

-Te apuesto un dracma a que sí puedo y al primer intento- respondí.

Estaba en el bosque con mi grupo de amigos. Mis dos mejores amigos: James Flowers hijo de Apolo y Gabrielle Tournesols hija de Dionisio, los que conocí la primavera pasada cuando llegamos juntos al Campamento Mestizo, el único lugar seguro para semidioses como nosotros. Este mismo año llegaron al campamento cinco campistas más y habíamos entablado amistad con tres de ellos: Edward Fitzgerald hijo de Atenea, Joshua Turner hijo de Hefesto y Mary Jane Campbell hija de Deméter.

Los seis éramos muy unidos a pesar de estar en diferentes cabañas y todos me habían perdonado porque Clarisse les había dado la bienvenida de la cabaña cinco; esta consistía en que Clarisse y Anna, mis hermanas, atrapaban a los campistas, los llevaban al baño de chicas (el campista era sin distinción de género o padre divino) y metían sus cabezas en alguno de los baños (sin distinción de limpieza).

-Bueno, acepto la apuesta- respondió Joshua-. Con lo que ganaré, le compraré unas cosas a Travis y a Connor.

-Por favor- terció Gabrielle-. Con eso no te alcanza para nada, tal vez un paquete de goma de mascar sin azúcar.

-Trato hecho- dije y lo sellamos con un apretón de manos.

El reto consistía en lanzar un hacha hacia una rama que estaba a veinte metros de distancia y acertar en la marca que había hecho Mary con la corteza del árbol, siendo hija de Deméter, tenía clorokinesis y las plantas hacían su voluntad.

De mi espalda tomé a Telum mi arma mágica que le gané a Hefesto, la había llamado solamente así, "arma" en latín, porque podía tomar la forma de cualquier arma. Me concentré y sentí como cambiaba, un segundo después sostenía un hacha de mano de un solo filo, todo el mango estaba recubierto del cuero mágico que cambiaba con el arma para que esta no se resbalara de mi mano.

-Bien, un solo intento- dijo Joshua-. Si fallas me debes un dracma.

-Yo podría hacerlo- intervino James, quien se había convertido en mi mejor amigo desde que llegamos juntos al campamento hace más de un año-. Pero con una flecha, incluso con los ojos cerrados.

-Es fácil para ti decirlo- le dijo Edward-, puesto que tú eres hijo de Apolo, dios de la arquería.

- ¡Ya cierren la boca!- les grité a ambos-. No me dejan concentrar.

Calculé la distancia, eran aproximadamente veinte metros, no había viento lo cual era bueno, la marca era apenas visible desde esta distancia, pero Mary dijo que estaba más o menos en medio de la rama, la cual se encontraba a unos cinco metros del suelo, no era tanto.

Hice wind-up como un pitcher, paré un segundo para apuntar, extendí el brazo izquierdo para tener una mayor precisión y arrojé el hacha.

-No veo desde aquí- dijo Gabrielle-. Hay que acercarnos a ver.

-Creo que sí le dio- dijo Mary entrecerrando los ojos para tratar de averiguar dónde impactó el hacha.

Caminamos los seis hasta el árbol, había estado tan concentrado en ganarle a Joshua que no había pensado que a ese árbol podía estar atada la vida de una ninfa. Si Wylla me hubiera visto, se habría enojado mucho y me hubiera golpeado con su garrote con flores.

Llegamos al árbol donde se había clavado el hacha, todos se habían quedado con la boca abierta, Joshua colocó una moneda de plata en mi mano. El hacha se había clavado hasta la mitad del filo en el centro mismo de la marca.

-Vaya, lo hiciste- dijo Josh con gran asombro. Su collar reflejaba la luz del mediodía, era muy bonito.

-Te dije que lo haría- le respondí sin una pizca de modestia-. Ahora vamos a comer amigos.

No es fácil ser un semidiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora