Entre Escila y Caribdis, literalmente. "Lurygon"

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Antes de que Clarisse matara o no a Percy y asu grupo por escaparse del Campamento Mestizo, les di un recorrido breve por el barco. No había mucho que ver, pero me pareció una buena idea. Annabeth tenía aún aquella expresión triste en su rostro, Percy parecía molesto y preocupado al mismo tiempo, el único que parecía disfrutar del recorrido por el CSS Birmingham era Tyson, quien preguntaba una y otra vez: "¿Queseso?".

Al final del recorrido los llevé a la cabina del capitán. Clarisse los esperaba con unos sándwiches de crema de maní y jalea de fresa, papas fritas embolsadas y latas de un refresco con sabor a jarabe para la tos. No sentamos todos juntos alrededor de la mesa de navegación.

—Están en muchos problemas— dijo Clarisse—. Tántalo los expulsó para siempre y el señor D dijo que si alguno de ustedes volvía a mostrar su cara en el Campamento Mestizo, los convertirá en ardillas y pasaría sobre ustedes una y otra vez con su camioneta SUV.

— ¿Ellos te dieron este barco?— preguntó Percy.

—No Percy, fue nuestro padre— respondí.

— ¿Ares?

— ¿Crees que tu papi es el único con poder en el agua?— respondió Clarisse—. Los espíritus del bando perdedor en cualquier guerra, le deben tributo a Ares. Es su maldición por haber perdido. Le rezamos a mi padre por un transporte naval y aquí está. Estos chicos harán cualquier cosa que mi hermano y yo les digamos. ¿No es así capitán?

—Si significa ponerle fin a esta guerra infernal, haremos lo que sea, señora— dijo el capitán entre gruñidos—. Destruiremos a cualquiera.

—Destruir a cualquiera, eso me gusta— Clarisse sonrió con malicia.

—Clarisse— dijo Annabeth por fin—. Es posible que Luke este tras el Vellocino. Lo vimos. Conoce las coordenadas. Tiene un crucero lleno de monstruos...

—Bien, lo volaré en mil pedazos.

—No lo entiendes— insistió Annabeth—. Debemos unir fuerzas. Déjanos ayudarte.

— ¡No!— Clarisse dio un puñetazo en la mesa.

Me asustó tanto que escupí el refresco que tenía en la boca sobre Tyson. Él simplemente se río y se limpió.

—Esta es mi misión, chica lista. Finalmente podré ser la heroína. No dejaré que ustedes, enanos, me roben mi oportunidad.

— ¿Porque sólo está él aquí?— preguntó Percy señalándome con su cabeza—. Se supone que te permiten dos compañeros en tu misión.

—Los... emmm... deje quedarse. Para proteger el campamento. Decidí que sólo podía prescindir de uno para acompañarme.

—Quieres decir que ni siquiera tus hermanos quisieron ayudarte— la corrigió Percy.

— ¡Cállate Prissy! No los necesito. Ni a ti.

—Hola, sigo aquí— hice un gesto con la mano.

—Perdón, hermano. Este chico me pone de mal humor.

—Clarisse— continuó Percy—. Tántalo te está usando. No le importa el campamento. Le encantaría verte fracasar. Te envió porque sabe que fallarás.

— ¡No! No me importa lo que el Oráculo...— se detuvo.

— ¿Qué?— preguntó Percy—. Clarisse, ¿qué dijo el Oráculo?

—Nada— sus orejas se pusieron rojas—. Todo lo que necesitan saber es que completaré esta misión y ustedes tres no ayudarán, solo mi hermano. Por otro lado no puedo dejarlos ir...

No es fácil ser un semidiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora