Conocemos al entrenador de héroes discapacitado. "Lurygon"

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Muy bien, conocer a nuevas personas no es mi especialidad y no es algo que me guste, dado mi anterior reputación entre los monstruos.

El día que llegué al campamento, ese chico James fue la excepción. Él se acercó y me preguntó por el Campamento Mestizo. Tenía una blanca sonrisa, pero sus ojos eran tristes. Decidimos buscar juntos ya que nos dirigíamos al mismo lugar, cuando estábamos por bajar la colina directo al lugar más increíble que había visto en mi vida, fue cuando la vi.

La chica era unos centímetros más baja que nosotros, tenía una piel clara y el cabello oscuro y sedoso recogido con una cola de caballo, su nariz era larga y usaba un par de anteojos hechos de plástico negro que hacían lucir sus ojos azules, eran de un azul oscuro y tormentoso que parecían volverte loco.

Aparté la mirada y hubo presentaciones. La chica se llamaba Gabrielle y era francesa, pero sabía hablar en inglés, aunque con adorable acento. Tenía cara de no haber comido nada desde el desayuno de ayer así que le di la caja de galletas que me había dado mi madre, ella tomó la caja y devoró las galletas, lo que la hacía ver adorable y graciosa.

Seguimos a James a la gran casa que posiblemente era donde vivían los líderes del campamento. Los tres queríamos respuestas, no todos los días te enteras de que tu padre es un dios y digo padre porque al parecer los tres habíamos sido criados por nuestra completamente normal madre (bueno, la mía no tanto).

En el pórtico de la casa había dos hombres y un chico mayor jugando cartas. Uno de los hombres llevaba una camisa hawaiana con estampado de leopardo que le hacía lucir una panza de barril y unos pantalones cortos color beige; tenía el cabello negro rizado, una nariz roja y unos ojos de color púrpura. En la mano derecha sostenía su mano de cartas y en la derecha una lata de Coca-Cola light.

El otro llevaba una chaqueta tejida de color vino, lucía una barba castaña y recortada, sus piernas estaban cubiertas por una manta y estaba en silla de ruedas. Por último el chico mayor llevaba unos jeans y una camiseta naranja con las siglas CHB en letras negras. Era rubio y atractivo, sus ojos eran azules, parecidos a los de James, además tenía una pálida cicatriz que iba desde su ojo derecho hasta
la mandíbula.

James se aclaró la garganta para atraer la atención de aquellas personas, los tres apartaron la vista de sus cartas y se volvieron hacia nosotros.

—Vaya, vaya— dijo el chico con una radiante sonrisa en su rostro—. Carne fresca. Bienvenidos al Campamento Mestizo.

El chico extendió los brazos como si nos fuera a abrazar, pero no se levantó.

—Gracias Luke, por la presentación— respondió el hombre inválido, parecía que la bienvenida de Luke fue irritante para él—. Pero sí, bienvenidos niños. Supongo que tienen muchas preguntas sobre porque están aquí. Bueno, es demasiado para explicarlo aquí y ahora así que, Luke, llévalos adentro y ponles el video de introducción.

—Enseguida, síganme jóvenes.

El joven se levantó y nos hizo un gesto para que lo siguiéramos.

James y Gabrielle lo siguieron en seguida, yo me quedé observando al hombre de la camisa de leopardo, había algo intrigante en él. A pesar de su apariencia tan casual e informal, irradiaba un aire regio y de inmediato supe que él estaba a cargo, el hombre me miró a los ojos con irritación, cuando sus ojos púrpura se encontraron con los míos experimenté la misma sensación que cuando miré los de Gabrielle sólo que multiplicada por mil, enseguida aparte la mirada y seguí a Luke al interior de la casa.

Era una sala amplia decorada a lo rústico, las paredes tenían vides con uvas, había un sofá lo suficientemente grande para nosotros cuatro y una mesa de centro con algunas figuras de leopardos y tigres. Había una televisión de caja de unas veinticinco pulgadas sobre un mueble de madera y encima de ella un reproductor VHS.

No es fácil ser un semidiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora