Lury es humillado por vampiras. "Tanya"

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Que te ataquen monstruos durante el periodo de clases no tiene gracia. Siendo una semidiosa debería estar acostumbrada a ese tipo de incidentes, pero en realidad me hubiera gustado tener un año escolar sin problemas del mundo griego. Y pensar que todo empezó tan bien ese día.

Lury, Gabrielle, y yo fuimos a la cafetería para almorzar después de una tediosa clase de Lengua Inglesa. No hubiera sido tanto un problema, si mi lengua materna fuera el inglés y no el italiano; Gabrielle también tenía problemas por ser francesa.

Por eso el almuerzo me parecía el momento perfecto para descansar y pasar el rato con mis amigos del campamento.

Nos sentamos los tres en una mesa vacía, ellos dos se sentaron juntos frente a mí. Lury se sentó discretamente cerca de Gabrielle, luego me miró e inmediatamente se apartó un poco. Era obvio que le gustaba, pero parecía inseguro de sus emociones debido a algo o a alguien más. Decidí no delatarlo como el día que los conocí.

-Oigan-dije para romper el silencio incómodo-. ¿Por qué James no nos acompaña el día de hoy?

-Porque pescó un terrible resfriado en Londres- respondió Lurygon-. Los países tan fríos no son para un chico de un archipiélago tropical. La enfermedad se manifestó un mes después y recientemente se puso peor. Creo que no vendrá por una semana.

-Es irónico que un hijo del dios de la medicina se enferme de esa forma- comentó Gabrielle-. Sería como si un hijo de Zeus le tuviera miedo a las alturas.

Lury y yo nos reímos por el comentario, ella también, era agradable conocer un poco de aquellos dos.

Como hija de Afrodita, tengo el poder de conocer las emociones de las personas cerca de mí. Lurygon, por ejemplo, sentía una enorme frustración porque sus emociones estaban depositadas sobre dos personas. Pero Gabrielle era indescifrable, no podía mirar a sus ojos azules sin sentir la locura que irradiaban, lo que me hacía imposible adivinar lo que sentía.

Comimos juntos y conversamos un rato. Me hablaron acerca de su amigo Edward y sobre lo agradable que es: un chico con buenos modales, inteligente y con una rica cultura.

No entendía porque lo hacían, si querían que lo conociera, pues no eran los primeros; gracias a mi poder, pude saber que Edward se sentía muy solo, pero cuando intentaba acercarme para ser su amiga, él siempre huía. Se me ocurría que la razón de esto era que Edward creía que yo era igual de mal educada que las chicas populares que eran mis amigas. O posiblemente se sentía intimidado por Erik, mi novio. La verdad es que Erik sí es muy grande y corpulento, pero también es un chico muy amable y divertido.

Después del almuerzo, seguía la clase de gimnasia, la peor clase que teníamos. Yo odiaba sudar, pero si no asistía, reprobaría el año escolar. Así que me cambié a mi ropa deportiva y entré a la clase con mis amigos.

***

Nos hicieron correr vueltas, lo peor del mundo. Después de la cuarta o quinta empecé a sudar y me enfurecí. Luego de correr, el entrenador nos indicó que hiciéramos abdominales y flexiones. Lurygon y Gabrielle lo hacían mejor, ellos tenían más entrenamiento que yo y eran más fuertes, ya que sus padres divinos sí eran dioses guerreros.

Sonó la campana y fuimos a las duchas. Esa era la mejor parte de esta clase, así podía lavarme el sudor y volver a ser bonita. Me cepillé el cabello y coloqué un poco de maquillaje en mi rostro. Cuando terminé de arreglarme, las otras chicas ya se habían ido, no me juzguen, la belleza lleva tiempo.

Noté que Gabrielle me observaba desde los casilleros, como si fuera un gato curioso.

- ¿Qué sucede, Gabrielle?- le pregunté-. ¿Me llevó demasiado tiempo? Lo siento, odio sudar y quiero quitar hasta el último residuo de mi cabello y mi piel.

No es fácil ser un semidiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora