Apolo y Ares pelean por un carro con alas. "Lorraine"

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Sé que unos momentos antes dije que sería mejor si entregábamos a Percy a Cronos. No lo decía en serio. Lo que sucede es que estoy molesta porque Nico no se quedó después de la batalla del Laberinto. Lo extraño mucho.

Luego de que Percy terminó de recitar la profecía, como siempre, Connor Stoll tenía que decir algo adorable, optimista y estúpido. ¡Esperen! Yo no dije adorable, borren eso.

—"Asolará"— dijo Connor—. Eso es bueno, ¿no? Significa aislar, ¿cierto?

—No— dijo Silena. Todos la miraron como si le acabara de salir un tercer ojo (créanme, yo puedo hacer eso) —. Significa arrasar.

—Eliminar— agregó Annabeth—. Aniquilar. Reducir a escombros.

—Ya entendí— dijo Percy—. Gracias.

Nadie habló. Todos miraban a Percy como si ya fuera un cadáver con el alma segada.

Quirón suspiró.

—Ahora sabes, Percy, por qué era mejor que no supieras. Ya tenías mucho sobre tus hombros...

—Sin darme cuenta que, ¿iba a morir de todas formas?— dijo Percy—. Sí, ya entiendo.

Quirón parecía el más triste, pero también el más tranquilo al respecto. El viejo centauro tenía miles de años de edad y había visto a muchos héroes perecer. Probablemente ya estaba acostumbrado, pero seguramente seguía siendo muy doloroso lidiar con eso.

Annabeth trató de tranquilizar a Percy. Sabíamos que una profecía tenía muchos posibles significados; como cuando mis amigos pensaron que un verso de la profecía de Lury significaba mi muerte, pero "disipada" sólo significa que se va, aunque no para siempre.

—Bien, por ahora hemos terminado— anunció Quirón—. Vuelvan a sus actividades.

Yo lo interpreté como un "Esto ya no es su asunto". Nos retiramos todos los que no éramos líderes o protagonistas de una profecía de muerte.

Esa noche soñé con Nico, otra vez. Eran mis sueños favoritos. Nico era aproximadamente tres años menor que yo, yo tenía catorce y el doce. Para ser tan joven, era bastante atractivo; me hubiera gustado poder conocerlo mejor y de ser posible... quién sabe. En mi sueño, Nico estaba en el palacio de obsidiana de Hades, discutiendo con su padre.

—Por favor, padre— decía Nico—. ¿Dejarás que Cronos gane?

—No se trata de eso— respondió Hades—. Los dioses me han ignorado y hecho a un lado por miles de años. Ahora que lo resuelvan ellos mismos.

—Eres imposible— dijo Nico. Se levantó y salió del salón principal del palacio.

Parecía que hasta los muertos se alejaban a medida que Nico pasaba. Salió del palacio y caminó hasta el Río Estigio. La corriente era negra como la espada de Nico y en ella flotaban un montón de objetos
diferentes que representaban los sueños abandonados de las personas.

—Es la única forma en que Percy puede vencer a Cronos— murmuró Nico para sí. Arrojó una piedra al río y esta se disolvió—. Sólo espero que sobreviva a ella.

El sueño terminó y no vino ni uno más.

***

No es fácil ser un semidiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora