CAPITULO 55

1.1M 86.8K 152K
                                    

Un plan de mil fases. 

Rachel.

Mi querida Rachel.

Amor mio sigo sin poder dormir, tu ausencia e indiferencia me esta matando y no se que tanto dolor pueda soportar. Paso horas y horas pensando en lo mucho que te echo de menos, en lo mucho que nos estamos lastimando, quiero encontrar el porque de tu actitud y comportamiento, hemos pasado por cosas peores que fácilmente hemos superado. Me duele que te rindas tan fácil ante la primera gran adversidad, sabiendo que somos uno para el otro, que somos un solo ser. 

Te amo tanto y quiero despertar de esta horrible pesadilla, quiero tenerte a mi lado y susurrarte lo mucho que te extraño, ¿Que quieres que haga? ¿Donde debo ponerte para que vuelvas hacer la misma de antes?, quiero a mi Rachel de vuelta, tu mirada enamorada enfocada nuevamente en mí. No pienso en otra cosas que no seas tu y mis intensas ganas de tenerte a mi lado . Piensa bien las cosas, háblame estoy seguro de que juntos encontraremos la solución a todo esto.

Te amo. Siempre tuyo Bratt.

Guardo la carta con lagrimas en los ojos, reitero que esto me duele mas a mi que a él, porque no se lo merece, sin embargo es una decisión que no tiene marcha atrás. 

Recuesto la espalda en la silla intentando mantener la compostura, convenciéndome de que este es el único camino y no tenia caso seguir engañándolo, ya mas adelante llegara una persona que realmente lo valore. 

El teléfono retumba en la mesa y suelto una bocanada de aire llevándome la bocina a la oreja. 

—Hola— contesto.

—No quiero alarmarte — me dice Harry— Pero Luisa esta atravesando el campo tres, con un ladrillo en la mano.  

Tiro el teléfono saliendo a voladas, Luisa esta loca y el ladrillo no me da buenas expectativas. Bajo las escaleras a toda prisa esquivando soldados y personal de aseo, mis últimos días de entrenamiento con Gauna me han dado resultado y logro llegar al campo sin sudar.

Mi amiga cruza el area alegando con Brenda. 

—Señorita Luisa, cálmese por favor —le ruega Laurens pasos atrás.

—Creo que la  perdimos  —comenta Alexandra a mi lado.

—¿De adonde saco ese ladrillo?

—Laila se lo dio— contesta encogiéndose de hombros— Estoy convencida de que es muy mala dando ideas.

—¡¿Luisa que diablos haces?!— le grito.

El cabello castaño ondea en el aire cuando se acerca emanando ira.  

—¡Busco a Scott!— espeta atropellándome—¡El muy hijo de puta, le ha ido con chismes a Simón!

—No le pongas atención— corro tras ella — Scott es tiempo perdido. 

Voltea obligándome a retroceder. 

—¿Que harás con ese ladrillo?

—Ya que no pude destrozarle la cabeza, destrozare su auto.

—¡Cálmate, no pierdas el control..!

—¡Le dijo a mi prometido, que mi comportamiento se debe a que todavía lo amo, que estoy celosa y que por eso hice lo que hice en la cafetería. Estoy en boca de todos los soldados!

—¡Se donde esta el auto!— la animo.

Como una manada de hienas nos vamos al estacionamiento, Laila ya esta ahí señalando el vehículo negro.

Lascivia (Disponible en librerías)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora