Balas disparadas por tu boca.
Rachel.
—Nos reuniremos en media hora en la sala de juntas —me avisa Parker desde la puerta.
Ya han pasado cuatro días. La ausencia que sería de una semana se extendió hasta nuevo aviso. Bratt sigue incapacitado y por lo que oí, Christopher permanece en Cambridge.
Quisiera decir, convencerme de que la fisura de mi corazón no está doliendo, pero me estaría mintiendo a mí misma. Porque lo está, hay días en que arde tanto que debo esconderme, llorar, lavarme la cara y volver a salir como si nada hubiese pasado.
Lo de Bratt golpea una y otra vez el que le causara tanto daño a quien para mí era importante.
Por otro lado está Christopher, lo pienso día y noche. Mi cuerpo lo ansía, aún me sigo preguntando en que momento me sumergí en este enamoramiento tan enfermizo.
Mis breves recuerdos con él son los únicos pilares que logran sostenerme. No lo he visto, ni hemos hablado. El simple hecho de evocar esos momentos regidos por la lascivia hacen que mi corazón se detenga.
La adrenalina, las estocadas y las embestidas terminadas en orgasmos placenteros me hicieron pecar de tantas formas.
Y por último está Antoni, que entre más lo investigo, más razones tengo para ganarle la partida y acabarlo antes de que termine conmigo. Todos los antecedentes lo describen con las mismas palabras: Asesino, cruel e infame.
Aparece en todas mi pesadillas, ha matado a sangre fría siendo protagonista de violentas venganzas. Vindictas que terminaron en olas de sangre y cuerpos empalados.
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Los capitanes están en la sala de juntas, incluyendo a Simón que se mantuvo ausente en los últimos días. Tomo asiento en el puesto del capitán Thompson, no sé con qué fin fui convocada, no obstante, vine preparada con todo lo que mi cargo demanda.
Las puertas se abren de par en par dándole paso al ministro Morgan, a Gauna y a... Christopher.
Nos ponemos de pie mientras la guardia del ministro se despliega a lo largo de la sala, mantengo mi posición dejando que se acomoden e inconscientemente mis ojos buscan la forma de detallar al último hombre que entra.
No me mira, solo se sienta concentrándose en el reporte que le está rindiendo Parker. A excepción de Bratt, él no se ve tan mal, solo tiene un leve morado en el mentón.
—Mi visita tiene razones de peso —habla el ministro indicando que tomemos asiento— Las coordenadas del general Peñalver y el capitán Thompson dieron con el paradero de las personas secuestradas por los Mascherano. Están en Comala, por ende iniciamos con la operación Jaque, la cual consiste en liberar a cada uno de los individuos, sin entrar en guerra con los carteles mexicanos. Emití una lista de los soldados y oficiales que partirán a México en dos semanas. Demanda revisando los documentos.
—La hija de un embajador está en el grupo de personas en cautiverio y fuentes confiables confirman que se la quieren vender a un narcotraficante.
A Simon no le agrada mucho la orden, seguramente deberá mover un montón de permisos con el fin de no ser llevado al operativo.
—Partiremos el diez de octubre a las diecisiete horas con todo el escuadrón de búsqueda y rescate. Así que preparen sus tropas porque doscientos cincuenta hombres marcharán con nosotros.
—¡Sí, mi señor! —contestamos al unísono.
—Fin de la reunión —declara.
Todos se ponen de pie, excepto Gauna y el coronel quienes se quedan en una junta a puerta cerrada.
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Lascivia (Disponible en librerías)
Lãng mạnLas vacaciones acabaron y Rachel debe volver a su puesto como teniente en el ejército de la FEMF, encontrándose con que la central de Londres no es lo mismo. Llegó un nuevo coronel, soberbio y con una belleza que no parece humana. Hombre que no tie...