Rescate.
Christopher.
29 de octubre de 2017.
3:40 pm - Veinte minutos antes.
Tomo asiento como un invitado más mientras el grupo se dispersa entre el personal, hay todo tipo de mafiosos y criminales.
—No quiero sonar como un marica —murmura Patrick a mi lado— Pero estoy a nada de mearme.
—Tenemos un problema —me habla el ministro a través del auricular— Las autoridades italianas confiscaron el helicóptero.
La ola de quejas me taladra el oído.
—¡No saldremos vivos sin el helicóptero! —replica Simón.
—Abortemos la misión —replica otro.
—Nadie aborta nada —demando— No nos vamos sin Rachel.
Gauna toma asiento como si no pasara nada.
—Que comienza el espectáculo —ordena.
El sacerdote se hace presente, le dan los últimos toques al púlpito dejando que los invitados se acomoden.
—No le queda de otra que actuar como su padre, coronel —me dice— En casos como éste la única opción es improvisar.
«Improvisar» ¿Cómo diablos se improvisa en una zona llena de criminales?
—Apáñatelas como puedas —vuelve hablar el ministro— Pensaré en un plan B.
Alejandro Mascherano recibe las indicaciones del sacerdote y el anillo de seguridad se despliega por la zona. Isabel Rinaldi es la más feliz riendo con todos.
Llevo años soñando con volarle la cabeza. Es la mejor arma de Antoni, se haría matar por él.
—El cuervo está bajo la mira.
Antoni entra revolviéndome el estomago «Violador de mierda» Tajarle la maldita garganta es una de mis metas.
Llega al púlpito arrodillándose frente a la cruz. Se persigna cual devoto entregado «Como sino fuera a quemarse en las llamas del infierno» Asco es lo único que da.
Los invitados se ponen de pie cuando el pianista inicia la melodía de entrada (Reynals encubierto)
—Objetivo en la mira —vuelven avisar.
Tenso la espalda, eso significa una sola cosa. Mis ojos viajan al camino lleno de rosas detallando a la mujer que acaba de aparecer.
No soy un ser emocional, pero es imposible ignorar el fuego que emana de mi tórax. Algo me obstruye la garganta con la ira innata, haciendo que me nuble el razonamiento. Mi pecho es un tambor, debo empuñar las manos conteniendo las ganas de correr, tomarla y largarme de aquí.
Camina con las manos aferradas a un ramo rojo, el vestido blanco se le ciñe al cuerpo, no le puedo detallar la cara ya que un fino velo cae sobre ella. No sé si la quiero, admiro o adoro.
Mi cuerpo la aclama al punto de no poder quitarle los ojos de encima.
—Todo el mundo preparado —ordena Parker.
Se detiene a medio camino quedándose como una estatua mirando a la nada. Antoni la mira con auténtica adoración «Iluso» Siento pena por él y por aquellos que se creen los dueños de su amor.
Antoni baja los escalones ofreciéndole la mano. El cólera me enardece cuando ella sostiene su mano. No estoy a acostumbrado a verla con otro que no sea Bratt.
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Lascivia (Disponible en librerías)
RomanceLas vacaciones acabaron y Rachel debe volver a su puesto como teniente en el ejército de la FEMF, encontrándose con que la central de Londres no es lo mismo. Llegó un nuevo coronel, soberbio y con una belleza que no parece humana. Hombre que no tie...