Límite.
Christopher.
17 de octubre del 2017 - Londres, Inglaterra.
Estoy quemando el puto mundo y no encuentro una maldita mierda. Ya pasaron cinco días, encima el desespero me tiene a tal punto que ni duermo. Los capturados no me sirven, debido a que la información que me entregaron es inútil. Ella sigue secuestrada por ellos, siento que mi piel se calcina cada vez que lo recuerdo.
Antoni sabe esconderse, es uno de sus fuertes ya que tiene a Italia bajo sus pies, las mismas autoridades lo ocultan desbancando a un centenar de mafiosos.
El tener que devolverme a Londres no le da aliento a mis planes, no debería estar encerrado en esta puta oficina, debería estar ahorcando gente a cambio de información. La intervención del consejo me está limitando los pasos. Me obligaron volver a Londres, no sé ni porque.
—Lo esperan en la sala de juntas, coronel —avisa Laurens desde la puerta.
Me lleno de paciencia, espero que el encuentro sea corto, necesito largarme lo más pronto posible. No estoy para estar escuchando opiniones de un montón de vejetes.
Los grandes cabecillas de la FEMF están distribuidos alrededor de la gran mesa. La silla del ministro está vacía, cosa rara, era el primero a quien imaginaba ver.
Joset Lewis se encuentra al lado de Rick James dándole aliento. La cara del ex general refleja el jodido infierno que todos estamos viviendo.
—Coronel —me saluda Olimpia Muller.
Es la segunda al mando después del ministro, cuando él no está es quien demanda y controla. Tomo asiento en mi puesto de pila.
—Antes de empezar con los puntos a discutir, déjeme felicitarlo por su labor de los últimos días —continúa— No nos queda duda del talento heredado por parte de su padre.
Ignoro el que lo diga como si sintiera más que admiración por el ministro.
—No quiero sonar descortés —miro el reloj, en una hora debo abordar un avión a Suecia— Pero les agradecería que discutamos lo que tengamos que discutir. Tengo que irme.
—Entendemos coronel —interrumpe la mujer— No le daremos largas al asunto.
Se pone en pie atrayendo la atención de todos.
—Nos hemos reunido el día de hoy —anuncia— Para discutir la situación de la teniente Rachel James.
Lo sabía, se estaban tardando en meter las narices.
—Como todos sabemos fue secuestrada por los hermanos Mascherano. Se desplegó un escuadrón de búsqueda el cual no ha dado ningún tipo de resultados —prosigue— Ya pasaron cinco días y no se sabe si está viva.
—Lo está —la interrumpo.
No acepto que nadie diga lo contrario.
—Es lo que todos deseamos coronel, es un soldado con muy buenas habilidades.
—Lo es —uno de los miembros se pone de pie— sin embargo, hemos hecho lo que está a nuestro alcance, aún no se halló nada. Ya van cinco días perdidos en los que el enemigo puede tomarnos ventajas.
—¿Perdidos? —intervengo— Es una misión de búsqueda, siempre habrán días perdidos, no sé de qué diablos se queja. En eso cinco días hemos acabados con burdeles y asociaciones ligada a los Mascherano.
La agresividad de mi respuesta deja a todos con la boca abierta.
—Entiendo su punto coronel— habla Olimpia— la FEMF está conforme con su magnífica labor, pero el ex comandante Johnson tiene razón al decir que no podemos seguir perdiendo el tiempo. Los Mascherano son los líderes de una organización sumamente peligrosa.
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Lascivia (Disponible en librerías)
RomanceLas vacaciones acabaron y Rachel debe volver a su puesto como teniente en el ejército de la FEMF, encontrándose con que la central de Londres no es lo mismo. Llegó un nuevo coronel, soberbio y con una belleza que no parece humana. Hombre que no tie...