El Gobernador Vampiro

Piscina

- Desperté muy temprano luego de darme un baño, me cambié y baje a desayunar al comedor, Eloisa me acompañó.

- Señorita es la primera vez que usted viene a desayunar aquí, debería hacerlo más seguido..- sonreí y pregunté -Dígame en donde se encuentra la esclava del gobernador?-
- El no tiene ninguna-
-Pero entonces de que se alimenta..??--Pues él no necesita sangre muy seguido..y la poca que obtiene se la dan esclavas del señor Héctor..-

-¿Él tiene más de una?-
-Si señorita..-
-¿Y porque nunca he visto a ninguna cerca?..-
-Fácil, es porque usted pasa encerrada en su habitación y tiene el privilegio de estar ahí, el gobernador debe apreciarla bastante porque la tratan como una invitada más en este castillo, además al señor Jack no le gusta ver a ninguna esclava por ahí, merodeando.

Así que se llama Jack, dije en mis adentros.

- Ohh entiendo ¿Y donde se encuentra el señor Jack, ahora?-

-Espero que él no la escuché llamarlo por su propio nombre, no le agrada para nada, ha sido un error mío mencionar su nombre delante suyo-

- No te preocupes Eloisa, tranquila-
- Y si, él se encuentra en el despacho reunido con vampiros de la corte, pidió no ser molestado..-
-Ok, sabes vi una piscina enorme en la parte de atrás del castillo lo cual es raro teniendo en cuenta que es antiguo ¿no?- miré a Eloisa sonreír.

- Si, él señor ha viajado mucho a su mundo, en donde todo es moderno e hizo construir una de esas cosas acá pero nunca ha sido usada, a pesar de que la mantiene siempre en buen estado-

- ¿Crees que yo pueda nadar ahí?-
-Claro, no creo que le moleste a mi señor, igual se que demorará en salir de su reunión-
-Gracias, muchas gracias - le dije.

Sonreí y me dirigí a la parte de atrás del patio del castillo..quite mi ropa y me quedé en ropa interior solamente..me lanze a la piscina y pase en ella toda la mañana..mientras tomaba un poco de sol, decidí nadar por última vez pero al atravesar la piscina y llegar al final..sentí una presión que no me dejaba salir del agua..empezaba a ahogarme..alguien me estaba cogiendo de la cabeza y no me permitía salir del agua,este será mi fin, pensé..hasta que de pronto dejé de sentir esa presión, salí del agua tosiendo y lo vi..era Jack riéndose.

-Maldito que te pasa!!!-le grité..-Casi me matas..-
- Exagerada no aguantas nada, además me estaba divirtiendo- dijo sonriendo.

-Eso no fue divertido- dije mientras salía de la piscina..-
- Oh vamos, te lo merecías por estar aquí, sin mi au-to-ri-za-ci-ón..-
-Pero Eloisa me dijo que usted no utiliza nunca está piscina-
- ¿Así que fue Eloisa la que te autorizó a venir aquí? ¿Debo castigarla a ella entonces?- dijo alzando una ceja divertido.
-No, no por favor..castigame a mí, fue mi culpa- lo vi sonreir.

-Esta bien humana..ven conmigo..-dijo alejándose.
Y yo lo seguí cubierta con una toalla, mientras él estaba todo mojado.

Entramos a su despacho y puso seguro a la puerta, ya no se encontraban los vampiro con los que se reunió en la mañana,solo estábamos él y yo..y eso me aterraba.

Se sentó en su gran silla y se quitó su camisa mojada.
- Arrodillate frente a mi- dijo con mucha frialdad.
-No haré nada de lo que dice- empezó a reír a carcajadas como si yo le hubiera contado un gran chiste.

- Esta bien, pero te advierto que la pobre de Eloisa la va a pasar muy mal por tu culpa- dijo con un tono de inocencia en sus palabras.

Inmediatamente hice lo que dijo al pensar en lo que le podría hacerle a Eloisa, ella no se lo merecía.

- Buena chica- dijo mientras desabrochaba el cinturón de su pantalón para luego abrir la bragueta del mismo y sacar su miembro erecto frente a mí.

Era una cosa impresionante, en otras circunstancias me hubiese asqueado, pero este no era el caso. Soy una pervertida, pensé.

- Escucha, ahora vas a darme placer con tu linda boquita, pero pobre de ti si me haces daño te juro que te cortó la lengua a ti y a Eloisa,¿Queda claro?-

- Pero no, por qué..quiere que haga eso.. por favor, no..-

- Esto es lo que has provocado tu sola por lo que haz hecho ayer, así que arreglarlo-

Hice lentamente lo que me dijo, era una suerte que yo haya visto muchas películas de esas que son para adultos, cuando era adolescente.

El mantenía sus ojos cerrados y apretaba las manos en los antebrazos de la silla en la que se encontraba aún sentado, mientras que yo tenía mi boca y mis manos ocupadas en su miembro.

Escuchamos golpear la puerta y el rápidamente abrió sus ojos, los cuales lucían más rojos y aterradores que nunca.

Me miró preocupado.
-Ve a tu habitación, ahora-
-Sí gobernador-le dije y me marché encontrándome en la puerta a un sujeto que no conocía,por lo que salude y me fui de largo hacia mi habitación.