Capítulo editado
Nota la autora: la novela esta en proceso de actualización. Se recomienda esperar para nuevas ediciones y no leer los siguientes capítulos por peligro de SPOILER.
Dedicado a: MonicaRuiz293. Espero que sea de tu agrado y un comentario para ver si te gusta.
El principio de una novela es muy importante, porque las tres primeras líneas del primer capítulo marca un antes y un después. Un perjuicio que te hará tener ese sentimiento que hace que una historia te agrade o te desagrade. Y cada acción del o la protagonista es lo que desvía la atención a lo realmente importante: lo que se pretende enseñar a los lectores, la moraleja. El mensaje que hay entre líneas y líneas de palabras entrelazadas.
Algunos ignorantes piensan que lo que hace un historia, una buena historia es la acción y reacción. Es ahí donde está su error, porque lo realmente importante de la historia són los detalles y las pinceladas que le dan su toque artístico, como la genialidad de Picasso.
Por ello, lo más coherente es empezar por el principio, por el origen y a partir de ese momento la historia se irá desarrollando hasta el final, su toque de gracia que hace que vayas a la siguiente página y sigas leyendo. Lo que hace una novela que sea apasionante no es la historia en sí, sino la imaginación de lector, la emoción y el sentimiento que te transmiten de una forma indirecta. Y es que es a partir de la experiencia más íntima lo que hace que tengas una predisposición a un tipo de género literario.
Tendremos que comenzar, entonces, por mucho antes de un lluvioso mes de noviembre en la emblemática ciudad de Atlanta, entre las copas de los árboles de un frondoso bosque de las afueras había una casa, una casa que a la vista de todos se encontraba en ruinas. Se escuchaban relatos, de todas las ocasiones en las cuáles hubieran querido derribar el edificio y no pudieron. Desapariciones, asesinatos...Los cuerpos se encontraban desgarrados, les habían succionado toda la sangre del cuerpo y todo apuntaba a los ataques de animales que recibieron durante años.Sin embargo, hay otra parte que nos se revela. Una secreto guardado a voces, del que todo el mundo había oído hablar en alguna ocasiones.
Por la noche, los demonios chupa sangre devoraban a sus víctimas. Sus atemorizantes ojos rojos, sus colmillos que rasgaban la piel y su encantadora compañía. De piel blanca como el marfil, delicada, como un jarrón de cristal. Letales, feroces, sin sentimientos. Los hijos de Satán que han aprendido a vagar ante el sol sin arder en el infierno del fuego eterno. Aquellos enemigos del árbol de eucalipto rojo, aquél bendecido por los santos y mártires que murieron bajo su falda. Aquellos a los que se les ha sido confiscada su alma, un alma ambiciosa y maldita para el resto de los días. No puedes andar con ellos, Dios no perdona a quién se une a los hijos del mal, aquellos que deciden pecar por el pecado y no seguir las sendas del autoridad suprema.
Todo empezó una noche lluviosa en una estrecha calle de Londres, Zayn, un joven inglés de ascendencia árabe marchaba sobre unas tediosas baldosas muy resbaladizas después de una larga jornada de trabaja en el taller de una amigo de su padre -muerto en la Primera Gran Guerra- y lo único que deseaba era poder relajarse en su minúsculo apartamento que tenía alquilado en la casa de la afable señora Puffkins. Era julio de 1931, era un día bochornoso de lluvia húmeda y caliente, cosa que odiaba. Fue entonces; cuando introdujo la mano en el estrecho bolsillo de su empapada chaqueta vieja y buscó desesperadamente las llaves para poder refugiarse del aguacero que caía estrepitosamente del cielo.
Unos gritos masculinos lo entretuvieron por un momento y al girar su rostro vio una muchacha corriendo, tenía sus ojos rojos. Más rojos que el carmesí, pero lejos de asustarle, le instó para ayudarla. La chica de larga melena cayó en sus brazos, vencida por el cansancio y herida por pequeñas estacas impregnadas por un extraño líquido pegajoso que parecía de alguna hierba que el desconocía. La sostuvo en sus brazos y le apartó sus delicados cabellos del rostro, tenía los ojos entrecerrados. Balbuceaba palabras incomprensibles que no supo adivinar.
—Perdone ¿Se encuentra bien? ¿Qué le ha sucedido?—le preguntó preocupado, pero no obtuvo respuesta. La muchacha no se sostenía sobre sus propio pie.
—¡VEN AQUÍ BRUJA! ¡DEMONIO QUE ERES EL DEMONIO!—se acercó un hombre con lo que parecía ser un estaca de madera roja.
Zayn dejó la muchacha en el suelo, interponiéndose entre ella y el corpulento desconocido repleto de símbolos repartidos para todos su pecho, el cual estaba al descubierto. Los dos forcejearon. El chico quedó sorprendido por la ira de los ojos de aquél hombre de una fuerza sobrehumana, que a su vez mostraban un gran temor. Le llamó demonio a la hermosa mujer que yacía en el suelo, también desconocida y de misterioso aspecto. Mantuvo una intensa pelea con el hombre, que no se rendía en su intento de asesinarla. En uno de los últimos esfuerzos de Zayn, el hombre logró apartarle y alzó su estaca para atravesar el pecho de la chica.
—¡No se atreva a tocarla!—dijo Zayn acercándose al hombre y retorciéndole el brazo.
—¡AAAHHH! ¡Suéltame ahora mismo muchacho! ¡Estás protegiendo a una hija de Satanás! ¡Un demonio chupasangre sin alma!—dijo el hombre para después salir corriendo.
—¿Estás bien hija? Pobre chiquilla— lamentó la señora Puffkins, se acercó a la muchacha y le ayudó a levantarse.
—Gra...—la muchacha se desmayó en los brazos de Zayn.
—La llevaré arriba señora Puffkins, no se preocupe—dijo Zayn cogiendo a la muchacha en brazos.
—Y tanto que me preocupo, déjame que la llevaremos ambos, no puedo dejaros a ustedes solos en mi propiedad— afirmó rotundamente.
—Gracias, señora Puffkins—agradeció Zayn.
Zayn llevó a la muchacha hasta el apartamento y la puso encima de su cama. La señora Puffkins fue a buscar unos paños de agua, una mantas y un vaso de agua. Cuando volvió se encontró que la muchacha dormía profundamente, le pusó las mantas encima, dejó el vaso de agua en la mesita de noche y le lavó la cara con unos paños húmedos ya que la chica estaba manchada de tierra.
—Que lamentable, debe haber pasado un infierno, parece mentira que estas alturas aún acusen a alguien de brujería en esta ciudad, no estamos en la Edad Media...bárbaros—se escandalizó la señora Puffkins.
—¿Qué le ha podido suceder?—cuestionó el joven.
—De todo hijo, de todo, parece exhausta—respondió mientras realizaba las curas de sus múltiples heridas.
Zayn la observó bien, tenía un cuidadoso rostro y unas facciones que parecían esculpidas por los mismísimos ángeles. "Es hermosa", pensó ruborizándose. Tenía unos rasgos delicados, cabello castaño, piel ligeramente bronceada, bonitos labios y una pequeña nariz redondeada. Lo que no podía olvidar jamás eran aquellos ojos rojos que vió antes. ¿Qué habría querido decir aquél hombre con "chupasangre sin alma"? La muchacha se veía como una muñeca de porcelana, su temperatura corporal era muy baja, se preguntó si estaba enferma pero al ver que se movía con agilidad desestimó esa posibilidad de que estuviera muerta. Se levantó a la velocidad de la luz, como un rayo que atravesó la habitación hasta la puerta que no pudo abrir y se desplomó en el suelo agotada.
—¡No, no se vaya!—exclamó—Quédese aquí, tiene que recuperar fuerzas—le recomendó Zayn, agarrándola de los hombros para alzarla.
—No...de...debo par...partir—replicó la muchacha sin nombre con hilo de voz. Sin poder quejarse mucho, se acomodó de nuevo en la cama y los ojos preocupados del chico recorrieron el rostro de ella.
—¿Cuál es su nombre? ¿Puedo tutearle?—cuestionó mordiéndose ligeramente el labio inferior.
—Sí...por supuesto, soy Cassidy...Cassidy Samuels—.
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Infinity (z.m + h.s fan fic)
FanficINFINITY (Zayn, Harry y Tú) Está es mi primera novela fanfic de 1D de vampiros. Es completamente mía, no es ninguna adaptación. A salido todo de mi cabezita, jajja La protagonista es ____ Samuels, una vampira de 400 años que tiene una historia de...