31/diciembre/2016.
8:30am.
Creo que llevo levantada media hora, media hora en la que siento que el mundo está en mis hombros, tampoco puedo controlar este cambio de ánimo con mis medicamentos, ya que no tengo. Siento a alguien sentarse a mi lado en la cama, no tengo que mirar para saber que es mi tía, su perfume es único.
-Cariño-
- Ara-
-Adara- en el momento en el que me seranea levemente la miró.
- ¿Si? - siento que todo a mi alrededor va lento.
- Cariño, creo que no te tengo que preguntar por qué tú expresión, así que iré directo al grano. ¿Te tomaste tu medicamento? - dejo de mirarla para volver a ver al suelo y le doy mi respuesta negando con la cabeza.
No la veo, pero siento el momento que se levanta de mi lado. Mi atención vuelve al suelo de mi habitación, no es nada interesante, pero me entretengo contado las losas. Están desgastadas y viejas, pero muy limpias.
- Adara, cariño no las encuentro en tu baño. ¿En dónde están? -
- Se acabaron, estoy tratando de dejarlas por completo. -
- ¿Qué dijo tu doctora sobre esto? -
- Todavía no lo sabe. Quiero dejarlas, poder salir de estos días por mi cuenta, no por pastillas. - ella me quita el cabello del rostro y hace que la mire. - estando de viaje me encontré con Sebastián, en la noche me dio uno de mis ataques, no tenía más de las calmantes...sabrá Dios lo que pensó de mí. - desde que eso sucedió, más después lo qué pasó en la mañana, me he preguntado, qué fue lo que pensó de mí. -
Mi tía es la única de toda mi familia que sabe lo que he pasado, cada detalle. Ha pasado por algo parecido. Pasa un brazo por mis hombros, me acerca a su pecho y me abraza fuerte.
- Creo que será mejor, que salgas de este apartamento y aclares tu mente- me da un beso en la cabeza y después hace que la mire. - Nadie te verá salir, tú madre está dormida y mama está roncando, así que nada de interrogatorios. - me suelta por completo, se levanta, me da un segundo beso en la cabeza para después salir de mi habitación.
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11:27am.
- ¡Vamos Adara, más fuerte! - le doy otro golpe al saco, pero parece que no es suficiente para Sam. - ¿Sabes qué? Detente - lo hago, no por que quiera, sino porque Sam prácticamente me separa de el - ¿En dónde está tu mente? -
- Yo...- no sé qué es lo que quiere que le diga a sí que guardo silencio.
- Vale, creo entender dónde está tu mente. - se da la vuelta y va a su oficina, cuando vuelve tiene unos guantes de boxear -
- ¿Para qué son esos? -
- Para boxear - dice como si fuera lo más obvio -
- Sé que son para boxear imbécil. ¿Pero para que los traes? -
- Para sacarte la mierda que estas conteniendo. - dice mientras se los pone. -
- ¿Qué? - le pregunto sin entender, que es lo que quiere decir con eso. -
- Estas conteniendo varias emociones en este momento, una es la tristeza, que déjame decir te hace ver horrible, das pena de ver. Ahora también estas conteniendo ira. -
- Detente ahí, no estoy horrible solo... -
- ¡Por el amor de Dios, si fuera un día normal, me habrías dado en las bolas, no estarías justificando mis palabras! - dice exasperado - Y como prefiero que estés molesta, a que tengas una expresión de muerta, boxearemos. Piensa que le haces realidad los sueños a todas esas mujeres, que me han querido matar a golpes - seran muchos los sueños que cumpliré - ¿Te apuntas espanta pájaros? -
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Sebastián (1.1)
RomanceSinopsis: Él un abogado y ella una detective de Nueva York, ambos con el ego por las nubes, son muy parecidos en muchos aspectos. Un homicidio los une, ambos tratarán de aclarar los hechos. Él para limpiar su nombre y ella para buscar la verdad...