Sebastián (1.1)

Capítulo 40: Sesión Terapéutica. Primera parte.

POV SEBASTIÁN

18/marzo/2017
8: 46 am

Intento despejar mi mente y no demorar mucho, el agua cayendo por mi cabeza y siguiendo su camino hacia mi cuerpo, me hace consciente de mi desnudez. Así que intentó cubrirme de las miradas curiosas. Abro los ojos, pongo mi cabeza en alto y miro directo al chorro de agua logrando quedar momentáneamente cegado por la misma. El escozor de jabón mezclado con agua en mis pupilas me hace actuar rápido y comienzo a lavar mi rostro, en específico mis ojos.

Esos pocos segundos me hicieron olvidar el lugar en el que me encontraba, me agradó la sensación de paz y libertad. Algo que claramente no me pertenecía. Pero el sentimiento se esfumó en el segundo que la vista volvió a mi y note que estaba solo en las duchas.

Normalmente estoy solo, pero solo emocionalmente. No es posible estar solo en un lugar así y más si era la carne fresca para que algunos de los bastardos que me rodeaban se divirtieran. El no tener a alguien a mi alrededor es atemorizante, me hacía sentir que no sabría de dónde saldría mi atacante.

Con eso en mente comienzo a temblar y odio de inmendiato esta acción. Tengo dieciséis años, soy un chico delgado, pero esbelto en buena forma, desnudo en unas duchas. Las cuales comparto con hombres enfermos. El temblar de miedo de seguro le estará divirtiendo a la persona que me este observando. Mi imagen debe decir la presa fácil e inofensiva que soy.

-    Lo disfrutaras. – no tengo la oportunidad de darma la vuelta, para cuando me encuentro en el suelo. Gracias a un golpe en el lado derecho de mi cabeza.

El golpe fue bastante duro y al haberme me golpee el lado izquierdo. Con mis manos intentó ponerme en pie inmediatamente, pero fallo. Aún con mi vista borrosa, por el aturdimiento de los golpes. Logró vislumbrar un tono rojizo entre la agua que me rodea. Ver eso me hace despertar un poco, así que intentó volver a levantarme, pero aún me encuetro mareado y vuelvo a caer.

-    Miren lo inocente e inofensivo que es. – alguien me agarra por el cabello y me sube el rostro. Me separo de mediato Al ver el grotesco rostro de mi atacante. – Eso me gusta. Es más divertido cuando se resisten.

Vuelvo a intentar ponerme de pie sin tanta torpeza y estoy por lograrlo, pero fallo. No por mi, si no por alguien más. Al mi rostro tocar el suelo escucho las risas de más personas. Presencias de las que no había reparado. Soy sujetado por los hombros y puesto de rodillas, quedando de frente al hombre que me ha estado hablando.

Se encuentra lo suficiente alejado como para poder obtener una imagen completa de él y la bilis sube en el segundo que no veo solo su desnudes, si no que su miembro está errecto. El maldito está excitado, excitado de la situación. De sus pensamientos enfermos.

Cierro los ojos dispuesto a hacer su imagen desaparecer, a no ver más como se toca mientras soy su entretenimiento.

-    Abre los ojos. – no hago caso a su demanda y por consecuencia me propina un golpe.

Debió golpearme en alguna zona ya afectada anteriormente, por qué lo que sentir fueron miles de alfileres atravesándome el cráneo. El aturdimiento fue duplicado y aunque puedo escuchar que él me habla no logro distinguir nada a excepción de un pitido punzante y ensordecedor. Las cosas no se detuvieron ahí. Más golpes vinieron después de ese. Podía estar seguro que la humedad de mi rostro ya no era por el agua. Los que me sujetaban y mantenían en mi lugar, me soltaron y uniéndose al hombre grotesco comenzaron también con sus golpes. Esta vez mi rostro no fue el único objetivo para lastimar.

Retorcerme en el suelo fue lo único que hice y después de varios minutos también fue una acción lastimera. Así que como último recurso solo me quede en posición fetal. No se detuvieron, siguieron sin darme tregua a un respiro. Estando en esta posición, me abucheo a mismo internamente.