14/febrero/2017
Siento sus labios por todas partes, cómo bajan por entre mis pechos. Para después darle atención a cada uno, irguiendo mis pezones. Volviéndolos muy duros, como sensibles y cada toque de su aliento es entre excitante y doloroso. No puedo negar que no esté disfrutando ese intermedio, en el que se encuentra mi cuerpo. Baja sus labios dejando un camino hormigueante, se detiene cuando está por llegar a tocar mi monte de venus. Por un segundo pienso que va a darme alguna atención ahí, pero vuelve a ascender lentamente sus besos, hasta que sus ojos vuelven a conectarse con los míos. Sin dejar de mirarme y sin borrar la pequeña sonrisa ladeada que tiene, separa mis piernas. Me hace rodear con ellas sus caderas, haciendo que hagamos fricción, lo que ocasiona que por un segundo mi respiración se detenga.
Se aproxima a mi oído izquierdo y muerde mi lóbulo con lentitud. Ocasionando el mismo efecto que en mis pechos. Dolor y excitación, sumándole a todo ese tormento, mueve sus caderas frotando su erección contra mí.
- No te detengas- mis palabras apenas se entienden.
- No puedo detener algo que no está sucediendo- desconcertada y excitada lo separó un poco de mí. Para poder míralo a los ojos.
- ¿De qué hablas?No contesta mi pregunta y solo agarra mis manos. Con una de las suyas coloca las mías sobre mi cabeza. Con su mano sobrante lo siento acomodarse en mi entrada y yo solo respiro más agitada. Trato de encontrar el aire que no entra en mí. Aproxima su rostro más al mío y me da un beso sin dejar de conectar su mirada con la mía.
- Despierta- dice.
Agitada, sudada y excitada, es como me levanto después de tener ese sueño o podría mejor llamarlo fantasía. Demonios, le doy gracias a Dios de que hoy Scarlett no esté conmigo, si no sería incómodo y perturbante saber que posiblemente me habría visto excitada y apunto de tener un orgasmo. Un estado el cual no quiero que me vea nunca.
Antes de arrestar a Sebastián, no pasaba un día en el que no lo hiciéramos, pero quien me puede culpar si estuve cinco años en sequía y el no dejaba de manosearme. No es mi culpa, yo solo fui una pobre alma, seducida por él y su pene. Desde ese entonces en estos días he estado con la excitación retenida. Al parecer mi cerebro se aprovechó de la situación y me está torturando.
Me vuelvo a recostar hacia atrás y suelto un suspiro.
-Te odio, Sebastián Johnson.
-Sí, eso mismo decías cuando pensabas que te la estaba a punto de meter.
- Vete al cara...Dejo de hablar conmigo misma, al escuchar que tocan la puerta de la entrada. Me levanto de la cama con cuidado, ya que en estos días he estado mareándome con facilidad. Salgo de mi habitación, sintiendo mis piernas un poco débiles. Me detengo frente de la puerta y por el mirador me encuentro con Rachel. Arreglo mi cabello lo mejor que puedo y con mi camisa quito las gotas de sudor, que están en bajando de mi frente.
- ¡Buenos días! – dice en el momento, en el que abro la puerta.
- Buenos días- digo un poco menos entusiasta que ella, ya que me enfoco más en que mi voz no delate mi estado. Creo fallar en el intento ya que su mirada examinadora, me repasa miniusiosamente.
- ¿Te estabas masturbando? – dice con las mejillas volviéndoseles un poco carmesí- Porque, si es así, puedo volver despu...
- ¡No!
- ¿Segura? – asiento en afirmación- perfecto, pues déjame pasar.
- Espera, ¿Qué haces aquí? – digo mientras ella entra a mi apartamento.
- Estaba en mi hora de almuerzo y pensé que podíamos comer juntas.
- ¿¡Hora de almuerzo!?
- Si, son las doce y media- Ella sigue su camino a mí cocina y yo puedo creer que he dormido corrido hasta las doce sin levantarme. No es posible- Así que comamos y después podemos hacer la cosa divertida de tu orinando en un examen de embarazo.
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Sebastián (1.1)
Storie d'amoreSinopsis: Él un abogado y ella una detective de Nueva York, ambos con el ego por las nubes, son muy parecidos en muchos aspectos. Un homicidio los une, ambos tratarán de aclarar los hechos. Él para limpiar su nombre y ella para buscar la verdad...