Capítulo 41: Sonrisas actuadas.

2.6K 180 23
                                    

25/marzo/2017

9:30 am

He vuelto a tener ese sentimiento de abandono, de soledad consumidora. La que te arrastra a las ideas más peligrosas. Pensé que las cosas seguirían su camino hacia algo mejor, que nunca volvería a sentir que estoy en el borde del precipicio, en dónde miro hacia abajo y veo una hermosa playa...el viento acaricia mi rostro y el llamado de las olas consume todo silencio. La paz hace su presencia y como si fuera impulsada...solo doy un paso al frente. Dejándome ir.

Ahora despierta, después de esa pesadilla que alguna vez conocí como fantasía, me encuentro tirada en el suelo viendo el techo de mi habitación. Y lloro...lloro en silencio como llevo haciendo por una semana después de enterarme. Y algo debe de haber mal en mi. Por qué el miedo, terror y dolor son más fuertes que la felicidad que debería sentir. Los pensamientos del deseo de una negativa, me hacen sentir vergüenza. No sé cómo sobrellevar un día más así. Cada vez que escucho la pregunta de como estoy, decir "bien" es cansado. Estar rodeada de personas que sonríen con genuinidad me causa ataques. Puedo sentir que mi respiración constantemente es nula, como si alguien estuviera obstruyéndole el paso a mi oxigeno. Como si me ahorcaran.

La peor de las sonrisas que he aceptado es la de Sebastián. Cuando hace una semana llore sobre él, no fue por el libro. Fue el peso que sentí al verlo, su presencia me hizo ser consciente con más ímpetu. De lo que estuve negándome. Y soy horrible, porqué solo repetí en mi cabeza una y otra vez. "No,no,no,no"

Todo volvió, lo que sucedió, lo que me hicieron, lo que me quitaron. Las personas a las que les falle...las personas que perdí. Y hoy he colapsado, no creo poder salir de estas paredes, no creo poder ser capaz de sonreír más, no creo poder soportar ver feliz a los demás, mientras siento que vivo en la miseria. Estoy segura que quién conociera el detonante de mi estado me abuchearía, tal y como lo hago a mí misma. Algo que me hace respirar con tranquilidad y ha quitado ese revoltijo en mi estomago, es que pude persudir a todo el mundo el día de hoy. Con mentiras...pero lo he logrado. Mi tía se llevó a el pequeño angel de compras, Sebastián ha tenido que trabajar y James también al igual que Rachel. Mi mentira para todos fue que me sentía mal, que sentía una gripe atacarme y no creía que podría salir a trabajar. Se lo creyeron. Es gracioso como si lo pienso mucho, si tengo una gripe. Pero es más conocida como depresión. Una vieja aliada. Creo que lo peor de todo es que, me he abandonado. Pues no escucho mi voz interna. Pero no creo siquiera saber qué decirme a mí misma para consolarme. Para darme a entender que las cosas estarán bien, pero tal vez por eso ni yo puedo remediar mi dolor, porque posiblemente las cosas nunca estarán bien.

El ruido de la puerta siendo tocada me trae a la realidad. Me siento y limpio mis mejillas secando toda humedad. Me pongo en pie y verificó mi imagen en el espejo antes de salir. Logró lucir un poco más decente, pero aún así luzco como si un camión me hubiera pasado por encima. Asustada por quién será, intento idear una excusa para mi estado. Por si las dudas. Al veririfcar quién es la persona al otro lado de mi puerta, por el mirador, encuentro a la que menos pensaba. El tío de James, Ethan. Abro la puerta desconcertada y al ver la sonrisa que me regala, debo decir que mi tía tuvo que haber perdido sus bragad, con solo ver esa sonrisa colgate.

- Pequeña Bogado. ¿Se encuentra tu tía?

- No, ella se ha ido de compras. ¿La has intentado llamar? – intento que mi voz suene normal.

- Sí, pero tú tía está jugando a ese juego en el que no contesta mis llamadas y se quiere hacer la difícil. Al parecer no puede aceptar que sigo volviéndola loca. – Hace una mueca y se encoge de hombros. – Solo venía a traerle algo. – Levanta un cuadro envuelto y dejo que pase. – ¿Algún lugar en el que podría dejarlo?

Sebastián (1.1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora