13/febrero/2017
8:30 am.
POV SEBASTIÁNMentir es un don que tengo, es mi herramienta de sobrevivencia. Pero siempre me recuerdo a mí mismo quien soy y de dónde vengo. Una cosa es mentirle a los demás y otra es mentirse uno mismo. ¿Me arrepiento de la sangre que corre por mis manos? ...no y nunca lo estaré. Algunos se preguntarán ¿Cómo es que duermo tan tranquilo por las noches?, pero la pregunta no es ¿Cómo?, sino ¿Por qué?, la respuesta es muy sencilla. Gracias a lo que hago, sé que a lo único que tengo que atenerme es a mí mismo.
Después de que mi padre muriera, iban a hacer lo mismo con mi hermana y mi madre. Cuando me dieron la espalda le dispare uno a uno pensaron que estaba en shock, el que fuera un niño no me calificaba como débil o inferior, pero ellos me subestimaron. Digamos que el plan era hacerle ver a la policía que tuve un arranque de locura y mate a mi familia. Pero las cosas se vieron aún peor. Termine en la cárcel por matar a Jack que no era nada más que el hijo de Cornelio Goncalo, mejor conocido como el encargado y administrador del punto de droga más grande de Nueva York. Los oficiales siempre estuvieron comprados, no importaba lo evidente de la situación al decir que yo era solo una víctima más. El juez de mi caso también estaba comprado, ni siquiera me envió para una correccional de menores, fui directo a la cárcel con los adultos.
Todo el mundo estaba comprado y si no era por eso estaban siendo amenazados para hacer lo que Cornelio les pedía. Robert intento hacer lo posible por sacarme o mantenerme a salvo, digamos que la única razón por la que estoy vivo ahora mismo es porque no me deje vencer. El poco tiempo que estuve adentro alguien siempre intentaba hacer algo para acabar conmigo, haciendo ver como un accidente más que ocurre cuando estas encerrado. Cuando alguno de los presos intentaba hacerme algo, los oficiales no hacían nada al respecto. Siempre aguante las golpizas, deje que hicieran conmigo lo que quisieran, pero algo si no estaba dispuesto a dejar que pasara ¿Tenía miedo? Mucho, pero el miedo no me mantendría vivo. Tenía dieciséis años para ese entonces, era alto para mi edad, mi actitud era un poco inocente, pero las apariencias siempre engañan.
Una noche, en la que estaba despierto escuche pasos que cada vez estaban más cerca de mi celda. Sabía que algo pasaría esa noche porque a mi acompañante lo habían movido dejándome solo. Se me hacía normal que alguno de los presos intentara tocarme, pero sabía que esa noche sería diferente y que si no me defendía con todo lograrían su cometido, sabía que estaba en lo cierto cuando fue uno de los oficiales mismo quien abrió mi celda y dejo que alguien entrara. No distinguí quien hasta que entro por completo y se posiciono al frente de mí. Su nombre no lo recordaba ya que lo habían trasladado ese mismo día, pero su rostro y las palabras que me dijo nunca las olvidare. El maldito me miraba lascivamente y dijo; "Tú y yo nos divertiremos".
La realidad es que, el único que se divirtió fui yo al apuñalarlo seis veces en uno de sus costados. Y para cerciorarme de que nunca tuviera la oportunidad de volver a intentar tocarme, pase mi navaja por su cuello. Fue lento y muy satisfactorio en su momento. Muchas cosas pasaron después de eso. Lo primero que hice al salir fue limpiar mi nombre, borré casi todo rastro de lo sucedido después del incidente de mi padre. Maté parte de mi pasado y aprendí a crear uno nuevo. Uno del que estuviera orgulloso, pero es en estos momentos que desearía poder ser honesto. Ser honesto con Adara, pero nunca se tiene el momento adecuado para una conversación así.
- Momento de levantarse Sebastián, tu abogado ha llegado- dejo de mirar la pared y salgo de mis pensamientos al escuchar la voz de James venir del pasillo cercano a la habitación en la que me encuentro. – No sabía que eras parte de la familia de los pandas.
- ¿Porque lo dices?
- Por tus ojeras.
- Si bueno, no he podido dormir por dos días consecutivos.
- ¿Cargo de conciencia? – James me agrada, pero verdaderamente no estoy para su humor amargo.
- No, de hecho, mi conciencia está tranquila y muy limpia.
- Pues esperemos que sea por buenas razones.
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Sebastián (1.1)
RomanceSinopsis: Él un abogado y ella una detective de Nueva York, ambos con el ego por las nubes, son muy parecidos en muchos aspectos. Un homicidio los une, ambos tratarán de aclarar los hechos. Él para limpiar su nombre y ella para buscar la verdad...