Capítulo 40: Sesión Terapéutica. Segunda parte.

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POV SEBASTIÁN

18/marzo/2017
1:30 pm

-    De acuerdo, el lugar está abandonado por lo que sabemos. No quiero sorpresas y debe ser rápido así que entrare solo. – Nadie dice nada y puedo percibir la tensión que se ha creado desde lo sucedido entre Vincent y yo. – Si sucede algo, ya saben qué hacer. – Me coloco el arma que Kai me pasa en la cadera y termino de cubrirme por completo.

-    Sebastián tal vez sea mejor que vayas acompañado. Podría cubrirte la espalda. – Dice Vincent, volviendo con sus intentos de que las cosas vuelvan a la normalidad.

-    Mejor quédate aquí, no necesito estorbos en el camino.

-    Con un demonio, Sebastián déjate de inmadureces. Sí, Vincent se ha cogido a tu hermana y todo posiblemente en tus narices, per...

-    Maggie, no creo que me estés ayudando. – En eso Vincent tiene razón, las palabras de la rubia solo me hacen querer ahorcarlo.

-    Tú cállate, mierdita religiosa. – Ella verdaderamente está molesta si ha usado el apodo que le tiene como reprimenda. – Comprende que el hombre está molesto, pero tampoco te dejes coger como bolsa de boxeo. El que seas masoquista solo hace que hasta yo te quiera golpear. Deja el arrepentimiento que tienes y demuéstrale el hombre que sería capaz de proteger a su hermanita. Y tú Sebastián, sí comprendemos que el cabrón nos quiere vender su imagen de pureza y santidad, pero hasta el más devoto a Dios le ha fallado. Es humano y siendo honesta, si no tuviera novia, posiblemente, le hubiese tirado a tu hermana.

-    Demonios Maggie, lo vulgar abunda en ti hoy.

-    Cállate Kai. – Él la mira simulando estar herido y ella se disculpa. – Creo que estoy pasando muchos días estresantes.

-    Tranquila cariño, después te doy un orgasmo para que te relajes.

Ella sonríe y el silencio reina. Tiene razón en todo, pero mi enojo solo se ira cuando mi terquedad baje. Mientras tanto seguiré como voy, no existe remedio en eso. No importa que me digan.

-    Bueno eso fue una charla...interesante. Mejor dejemos el asunto para otro día. – Digo colocándome unos guantes.

No dicen nada y feliz por eso termino de alistarme. Salgo de la camioneta después de haberme cubierto el rostro y miro a los lados del callejón, para cerciorarme de no tener ninguna mirada curiosa al rededor. Pero como he notado antes, toda esta área de edificios es poco concurrida. Me voy por la derecha, adentrándome más, sigo mi camino por la izquierda y después directo por una puerta que me llevará con más rapidez al lugar que me indica el GPS, que está siendo monitoreado por Maggie. Subo las escaleras, en mal estado, con bastante rapidez y sigo hasta llegar al último piso.

Saco mi arma al notar que lo único que me separa de mi objetivo es una mugrienta puerta. Abro la puerta con toda la lentitud que se me es posible y verifico que no haya nadie antes de pasar. Todo se encuentra despejado. Comienzo a volverme a guiar por el GPS y caminando por la estancia del pequeño apartamento, llego a un corto pasillo en donde al final se encuentra una sola puerta. Paso con rapidez la corta distancia y la abro.

Me encuentro con dos problemas adentro de la habitación. Uno se encuentra en el suelo en un charco de sangre, gracias a la herida en su cuello. El otro problema y posiblemente el más importante se encuentra a su lado tirado con lo que es la arma homicida. Me acerco a este último, verificó sus vitales y por buena suerte, no se encuentra en las mismas circunstancias que el otro. Parece solo tener un golpe en la cabeza.

Sebastián (1.1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora