Capítulo 38: Sabotaje e historias contadas.

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27/ febrero/ 2017
7:15am

- Cariño tal vez ya es hora de hablarle. – dice mi tía al momento de entrar al ascensor.
- Tía no merece que lo escuche, se molesta por qué se siente traicionado contra uno de sus mejores amigos y su hermana. ¿Escuchas lo cliché que suena eso? Cualquiera lo pudo ver venir y después tiene la descencia de cogerla conmigo. Por mi está muerto hasta nuevo aviso. – la miro un poco molesta por el simple hecho de hablar del tema.
- Bueno cariño...creo que ahora el mensaje le ha quedado más que claro.

Ella señala al lado y cuando miro a donde apunta es que me doy cuenta que hemos llegado a el piso de Sebastián, persona que nos está mirando en este momento. Mejor dicho, su mirada solo está en mí, muy posible que escuchara todo lo que dije.

- Buenos días, ¿En donde está ricitos de oro? – le pregunta mi tía refiriéndose a Scarlett.
- En la cocina guardando sus cosas.
- Perfecto iré por ella.
- No mejor yo voy por ella. – digo, intentó salir del ascensor pero prácticamente soy arratrada hacia atrás.
- No cariño, tú esperanos aquí.
- Pero yo...
- Tú nada.

Se va dejándome con la palabra en la boca y cuando la pierdo de vista me concentro en los detalles del ascensor. Se lo que mi tía intenta hacer con esto, pero me niego a perdonarlo por ahora.

- ¿Así que estoy muerto por ahora? - lo ignoro cómo he estado haciendo con sus llamadas. – Bueno solo quería volver a decirte lo mucho que lamento mi comportamiento y como te trate.
- Eso es bueno saberlo- digo sin darle mucha importancia a sus disculpas.
- Bien me merezco tú indiferencia. – se aproxima a mí y lo detengo colocando una mano en su pecho.
- Ni siquiera intentes seducirme, estoy en la regla así que no tienes oportunidad.
- Solo quería darte en beso en la mejilla. – solo él se crearía sus palabras.
- No te es permitido, así que aleja tus labios y pene de mi.
- Comprendido- pone las manos en alto y se aleja de mí.

No pasa mucho para cuando veo a mi tía salir con Scarlett de la cocina. Ambas se aproximan a nosotros y al Scarlett estar cerca me bajo a su nivel para abrazarla.

- Hola pequeño ángel.
- Hola. – la agarro en brazos, es una suerte que a su edad siga siendo tan liviana.
- ¿Estas lista? – asiente y me regala una de sus sonrisas. – bien pues despídete, para irnos.

Se la pasó a Sebastián y ella le da un beso en la mejilla para después abrazarlo.

- Que tengas buen día pequeño mounstruo- la pone en el suelo y ella solo se queda alternando su mirada entre Sebastián y yo.
- ¿Qué sucede cariño? – preguntó aún esperando a que entre en el ascensor.
- Despídete par,r,a irnos.
- Nos vemos, que tengas un buen día Sebastián. - me despido, así como ella me lo ha pedido, sin tomar en cuenta la sonrisa sospechosa que me está dando.
- N,no así no, un beso y un abrazo. – ahora entiendo la razón de su sonrisa.

Lo pienso un segundo y dispuesta a no alargar más la cosa me aproximo a Sebastián. Le doy un beso en la mejilla y apenas envuelvo mis brazos a su alrededor simulando un abrazo.

- Bien, ahora sí vámonos- entro en el asecensor llevándome conmigo a Scarlett.

Cuando las puertas se están por cerrar, miro la pequeña sonrisa que tiene Sebastián en su rostro.

- Te felicitó ricitos de oro- veo como mi tía saca una barra de chocolate y se la da. - Asabía que podía hacer negocios contigo.
- ¿Así que esto fue toda una trampa de mentes maqueavelicas como la de ustedes?
- No sabemos de qué hablas cariño.

Perfecto y ahora es que me doy cuenta de que ellas juntas son peligrosas.

Ya en el auto y de camino a llevar a Scar a sus clases, ambas me comienzan a cantar a todo pulmón, canciones en español. Apenas a Scarlett se le entiende, pero es adorable de ver.

Sebastián (1.1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora