Epílogo.

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5/febrero/2018

- Nunca fui ni seré un ángel. Pero tu si lo fuiste...lo eres y se perfectamente ​que dentro de esa cabeza ahora te dices a ti misma que debo estar loco al decir estas palabras. Pero la cosa es que los ángeles guían y tu Adara, fuiste mi guía en el camino sin salida del cual no me percate estaba. Así que...justo ahora ante Dios y a ti, prometo ser el entendimiento cuando las palabras fallen. Ser la mano que te sostenga cuando tú no puedas hacerlo. Amarte en alma, cuerpo, corazón y pensamiento. Ser tuyo, aunque la muerte haga su intento por sepáranos cuando su momento llegue. Prometo...cumplir cada una de todas mis palabras, como también cada una de las promesas que vendrán en el camino.
- ¿Cómo se supone que le gane a eso? – Pienso, pero al escuchar las risas de los que nos rodean y al ver los labios de Sebastián apretarse en un intento de contener su diversión, sé que lo he dicho en voz alta. – Lo lamento estoy nerviosa. – Miro brevemente a los invitados y siento las manos del hombre frente a mi darme un apretón en apoyo. – De acuerdo aquí voy con mi intento de votos que para nada superaran a los tuyos. – Vuelvo a hacer que las personas rían. – Si debo ser honesta nunca creí verme parada a punto de compartir mi vida junto a alguien. Pero desde que te conocí digamos que haces lo imposible, posible. – Suelto un suspiro he intento no permitir que mis palabras se acorten en nerviosismo. - Cuando pienso en ti, pienso en un deseo que tenía muy guardado en mi subconsciente. Me hiciste madurar en facetas de las cuales nunca pensé que debía hacerlo. Me hiciste ver un punto de vista diferente, a todo lo que le tenía miedo. Tú simplemente has aceptado cada partícula que me complementa, por esas y miles de razones más... prometo aceptar tus virtudes y defectos. A confiarte mis pensamientos y a entender los tuyos. A amarte, consolarte y cuidarte. Ser tuya, más allá que en solo esta vida, más allá que en mi corazón y más allá que en mi alma.

Siento una mano acariciar mi cabello y aunque me molesta que interrumpa mi agradable sueño. Me muevo en busca de esa simple placentera acción. Cuando de un segundo para otro dejo de sentirlas, abro uno de mis ojos y me encuentro con un rostro sonriente. La luz que proviene de las ventadas, lo hace lucir angelical y un brillo ilumina el azul de sus ojos. Me muevo un poco más al borde de la cama y agarro una de las manos de él. La coloco en mi cabeza y vuelvo a cerrar los ojos. Espero varios segundos que esta vuelva al trabajo que hacía por el cual me levante, pero nada.

- Estaba teniendo un sueño agradable, me has levantado así que ahora te toca seguir con lo que hacías. – Digo en reproche. Sin decir nada su mano se vuelve a mover y sonrió en victoria. Cuando siento que estoy volviendo a caer en los brazos de Morfeo, sus labios tocan los míos con delicadeza.
- Te intente levantar varias veces para que fuéramos a desayunar con los niños, Laria, mi madre y Vincent. Pero al parecer estas muy cansada. – Lo escucho decir al separase y juraría que percibo la sonrisa que debe tener en sus labios.
- Bueno alguien no es demasiado considerado y me mantiene despierta. – abro los ojos y al verlo, como lo predije, se encuentra sonriendo burlonamente.
- Bueno no es como te quejaras de su técnica para mantenerte despierta. – Ruedo los ojos. – Pero tranquila te dejare recomponerte, iré a desayunar. Tu quédate aquí y después volveré para que te alistes iremos a ver varios mercados y a husmear.
- Tráeme a los niños cuando vuelvas por favor, los quiero ver. – Asiente y vuelve a juntar sus labios con los míos.
- De acuerdo mamá oso.

No dice nada más y lo veo salir de la habitación, complacida por volver a tener tiempo para dormir cierro los ojos.

What day is it
And in what month?
This clock never seemed so alive
I can't keep up, and I can't back down
I've been losing so much time
'Cause it's you and me
And all of the people with nothing to do
Nothing to lose
And it's you and me
And all the other people
And I don't know why

- I can't keep my eyes off you – Canta directo en mi oído. Alejo mi rostro del escondite de su cuello y como ha cantado sus ojos están en mí.
- Creo que ya comprendí la razón verdadera del porque me he casado contigo.

Sonríe y me hace dar una vuelva, para después volver a atraerme a su cuerpo. Por suerte el vestido están largo que cubre mis pies descalzos, porque si tuviera a los asesinos de los tacones que tenía puestos antes posible y estuviera besando el suelo en este momento. Algo que me hace recordar a mi torpe amiga. Aunque también la canción y su lirica me hacen recordar a ella. 

Why are the things that I want to say
Just aren't coming out right?
I'm tripping on words
You got my head spinning
I don't know where to go from here
Something about you now
That I can't quite figure out
Everything she does is beautiful
Everything she does is right

Al mirarla, la encuentro riendo mientras intenta ser levanta por Luke, pero el pobre recibe una pisada de los tacones de aguja que ella tiene puestos y en conclusión ambos terminan en el suelo. Ella riendo y pidiendo disculpas y el con una expresión de dolor. Niego en diversión y vuelvo a mi atención hacia el hombre ante mí. Al que ahora tiene el título de ser mi esposo.

- Dígame señora terca, ¿Cuál es esa razón? – al escuchar en la forma en la que me ha llamado sonrió mientras niego.
- No cambiare mi apellido, así que señor terco deje sus berrinches y contestando su pregunta. Pues me he casado con usted porque tiene buen gusto en la música. – Digo al recordar cuando fue por el DJ, para elegir la canción que estamos bailando.
- ¿Así que solo se casó por interés, señora no Johnson?
- Debo mantener mis prioridades primero. Señor sí Johnson.
- ¿Por qué no ponemos como prioridad cambiarte el apellido?
- ¿Por qué no ponemos como prioridad el no volver a tener sexo? Al menos es lo que sucederá si sigues hablando del tema. – Sonrió y hace una expresión aniñada.
- No puedes solo jugar así con los sentimientos de mi pene. No si solo está pensado en quitarte ese vestido.
- Pues por el bien común no sigas por el camino del apellido. Además, quien sabe, si no lo repites tanto tal vez lo piense.
- Solo te gusta colmarme la paciencia. – deja caer su cabeza sombre mi hombro y suelto una carcajada.
- Es algo que sabias que venía en el paquete y aun así decidiste casarte conmigo. – Me encojo de hombros y lo abrazo. Miro con atención cada facción de su rostro y al llegar a sus ojos, me desconfió de él. Al ver una muy conocida chispas en ellos.
- ¿Por qué mejor no nos desaparecemos un rato? Los bebés están con nuestras madres y Scarlett con Cassandra mientras vuelven loco a James. – Se aproxima a mi cuello y deja un casto beso en él. – No notaran que nos hemos ido. – Se aparta de mi cuello y su sonrisa me hace tardar en dar mi respuesta, pero me mantengo recta.
- Pues tendrán que esperar tu pene y tú, porque sabes bien que muchos nos están espiando. Además, es nuestra boda solo nos casaremos una vez sería buena idea recordarla.
- Aun nos faltan horas aquí y la persona que nos espía con picardía es tu abuela, que estoy seguro hizo una apuesta con algunos de los traidores de nuestras familias. 
- Espera...espera. – Sonrío sin poder creérmelo y me alejo de él después de golpear su pecho en sorpresa. -Sebastián Johnson, ¿Has apostado? ¿Has sido parte de los juegos de mi pervertida abuela?
- ¿Yo? Jamás, nunca haría algo así. – Lo miro sonriendo sabedora que de miente. - De acuerdo si lo hice, pero mi hombría fue retada.
- ¿Retada cómo?
- Tu abuela me dijo que no sería capaz de hacer que te fueras conmigo. Así que cariño, debes apoyarme en esto o todo el mundo sabrá que soy débil. – explica como si fuera lo más lógico de la vida.
- Ella solo quiere ganar dinero y tú no te hagas el listo. Sabes bien que después de aquí tendremos todo el tiempo para estar solos. Tú solo estas cachondo.
- Y tú solo me quieres hacer sufrir, tal y como lo has estado haciendo desde hace semanas. Es como si quisieras que recordara los primeros días en los que nos conocíamos y me dejabas con las bolas azules. – Dice comportándose como un niño al cual no le han dado el juguete que ha pedido.
- ¿Sabes? Es una pena. – Me mira confundido y creo que puedo ver un poco de desconfianza de su parte cuando me aproximo demasiado. – Tenía planeado que vieras la bonita lencería que tenía bajo este vestido. Admito que quería que tuviéramos preliminares, modelarla un poco para ti. Que apreciaras lo poco que cubre de mis pechos y bueno...la abertura que tiene en mi va...
- Detente, detente. – Dice después de aclarar la garganta, sonando un poco desesperado. Mientras le hablaba nos fui moviendo sin que él se diera cuenta.
- Pero comprendo si lo que quieres es un rapidito. Vamos no dejemos que tus bolas sigan estando azules. –Sigo hablando bajito. - Después si estoy cansada no te sorprendas. – Suelto un bostezo y paso por su lado, pero soy detenida. Me da la vuelta y haciendo que lo abrace volvemos a la pista de baile.
- Creo que podemos esperar por los preliminares. – Dice dándome un beso y a mis adentros sonrió.

Lo abrazo mientras una canción lenta suena y varias parejas se unen a nosotros. Nos la pasamos así y cuando estoy por besarlo me separa de él. Mira a su alrededor continuamente y después me mira acusatorio.

- ¿Apostaste cierto?
- ¿Yo? Jamás, nunca haría algo así. – repito cada una de las palabras que antes había dicho él, pero con una expresión inocente. - ¿Cómo puedes creer algo así?
- Lo creo porque cada una de las mujeres me están mirando divertidas, casi en victoria y mis amigos y James me miran molestos, claramente en derrota. – se queda mirándome en espera por una repuesta y me encojo de hombros.
- Nunca subestimes a la reina. – Mi sonrisa de victoria sale con maldad y el me mira frustrado. Antes de que pueda decir algo, lo hago bailar junto a mí con la canción más movida que ha comenzado.
- Solo espero que lo de tu lencería sea cierto. – Dice detenido mis brincos y suelto una carcajada por lo esperanzada que suena su tono de voz.
- Oh Cariño, es mucho mejor de lo que la describe. – rodeo su cuello con mis manos y hago que se baje un poco más a mi nivel. Pego mis labios a su oreja y hablo solo para él. – Digamos que tiene dos rajas. Una donde ya sabes y otra más atrás.  Ya sabes, por si queremos intentar cosas nuevas.

Me separo y doy brinco como los demás, pero alrededor de él, sonriendo mientras vislumbro su expresión de desesperación. No es el único sintiéndose así, estoy igual o peor. Pero la competitividad en mi me ayuda a calmarme hasta que estemos solos.

Sebastián (1.1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora