Pov Anastasia
Cuando volvimos a la oficina al final del día, después de una vuelta mucho más intensa, parecía que el señor Grey tenía algo que decirme. Y si no lo hacía pronto, yo iba a explotar. Y juro por Dios que cuando yo quería que se callara, él no podía mantener su maldita boca cerrada. Pero cuando necesitaba que él dijera algo, se volvía mudo. Una sensación de deja vu y pavor me invadió mientras caminábamos por el edificio casi vacío hacia el ascensor. En el momento en que esas puertas doradas se cerraron deseé estar en cualquier otro lado excepto a su lado. ¿No parece como si de repente no hubiera oxígeno aquí dentro? Miré su reflejo en las pulidas puertas doradas, y me resulto difícil saber cómo se sentía. Aparte de su mandíbula constantemente apretada y sus ojos caídos, parecía completamente sereno. Gilipollas.
Llegando al piso 18, dejé escapar todo el aire que había retenido. Esos habían sido los 42 segundos más largos de mi vida. Lo seguí a través de la puerta, intentado mantener mis ojos fuera de él cuando entró en su despacho rápidamente. Pero para mi sorpresa, no cerró la puerta. Él siempre cierra la puerta. Comprobé con rapidez los mensajes y dejé preparados algunos detalles antes de salir para el fin de semana. Creo que nunca me había metido tanta prisa para salir de ahí. Bueno, eso no era del todo cierto. La última vez que estuvimos solos en esta planta hice una salida fugaz. Mierda, si había algo en lo que no quería pensar, era en eso, en la oficina vacía. Solos él y yo.
Salió de su despacho justo cuando estaba recogiendo mis cosas, dejó un sobre marfil sobre mi mesa y siguió caminando hacia la puerta sin pararse. ¿Qué demonios ha sido eso? Rápidamente abrí el sobre y vi mi nombre escrito en un montón de elegantes trozos de papel marfil. Era papeleo para una cuenta de crédito privada en La Perla, con el señor Grey como titular de la cuenta. Dios mío. ¿Me había abierto una cuenta?-¿Qué carajos es esto? -grité saltando de mi silla y girándome para mirarlo.- ¿Me ha abierto una línea de crédito? -Estaba totalmente furiosa. ¿Cómo se atrevía?
Se paró y se dio la vuelta lentamente, mirándome a la cara.-He hecho una llamada hoy, y lo he arreglado para que pueda comprar cualquier cosa que... necesite. No hay límite en la cuenta- respondió rotundamente, borrando cualquier trazo de incomodidad de su cara.
Esto era uno de los porqué era un maestro en lo que hacía. Tenía una extraña habilidad para mantener el control en cualquier situación. ¿Pero pensaba que podía controlarme?
-Así que lo ha arreglado. " -dije sacudiendo mi cabeza y tratando de mantener el semblante con calma -...para comprarme ropa interior
-Bueno, solo para remplazar las cosas que yo...- se detuvo, posiblemente replanteándose la respuesta. -Las cosas que han sido dañadas. Si no la quiere, pues joder, no la use -dijo enfadado, girándose de nuevo para irse.
-Jodido hijo de perra- me moví para ponerme enfrente de él haciendo una bola de papel en mi puño. -¿Crees que esto es divertido? ¿Crees que soy una especie de juguete que puedes desnudar cuando te apetece?- No sabía con quién estaba más enfadada; con él por pensar en mí de esa manera, o conmigo misma por ser la primera que dejó que esta cosa comenzara.
-Oh si, señorita Steele. Encuentro esto absolutamente divertido"-contestó burlándose. Sabía que esto iba a llevarnos a algo peligroso y tenía que pararlo antes de lamentarlo.
-Coge esto y métetelo por el culo- le tiré los papeles al pecho y agarré mi bolso. Mirándole con fiereza, adopté un aire despectivo. -"No soy tu zorra, señor Grey- Lo aparté de mi camino, y literalmente corrí hacia el ascensor. Jodido mujeriego egoísta. Lógicamente sabía que no pretendía insultarme; por lo menos, eso esperaba. Esto es exactamente por qué no puedes tirarte a tu jefe.
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Mi Secretaria
FanfictionLa historia original es de Bere Pico, adaptada por mi Christian Grey es un capullo HERMOSO, con clase. En este punto de su vida lo tiene todo; dinero, coches y mujeres. Anastasia Steele es su guapísima secretaria, y durante nueve meses, él ha he...