Maratón 2/? Capitulo 49

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Pov Anastasia

Una hora más tarde, las puertas del ascensor se abrieron y lo vi al final del pasillo. Estaba murmurando para sí mismo. Su chaqueta y su corbata estaban tiradas en el suelo, y se pasaba nervioso las manos por el pelo mientras permanecía de pie frente a la puerta de mi apartamento. ¿Cuánto tiempo llevaría ahí?
Estaba a diez pasos de él cuando se detuvo de repente, girándose y acortando la distancia entre nosotros con unos pocos pasos, acogiéndome en sus brazos.

-Anastasia- suspiró, presionando sus labios contra mi pelo mientras me acercaba a él. Solo pude responder con un murmullo, relajando mi cuerpo en el suyo, y rodeando su cuello con mis brazos. Cerré los ojos y me entregué al momento; regocijándome en la sensación de su cuerpo presionado contra el mío, su olor y paz al estar entre sus brazos. Me levantó ligeramente, elevando mis pies del suelo mientras nos abrazábamos. Sentí como su corazón latía contra mi pecho, y su aliento caliente en mi pelo mientras sus dedos trazaban pequeños círculos donde me agarraba.

-Te amo- susurré, plantando un beso en su cuello mientras me volví a bajar al suelo.

Su mano sujetó mi nuca mientras sus ojos buscaban mi cara. Intenté leer su expresión; parecía ansioso. El ceño fruncido y la mandíbula apretada no hicieron nada para calmar la sensación de incomodidad que se cernía sobre mí. Puse mi mano sobre su cara, acariciando suavemente con mi pulgar el pliegue que formaban sus cejas sobre su frente.
Exhalé, mientras una pequeña sensación de alivio me invadía, sintiendo sus suaves facciones bajo mi mano.

-Gracias- dijo en voz baja. Asentí, entendiendo que me agradecía algo más que mi declaración de amor.

-De nada.- respondí, aguantando la respiración cuando su pulgar acarició mi labio superior, mientras su mirada se fijaba en mi boca.

Con un pequeño, casi tentativo, movimiento, se inclinó hacia mí, rozando con sus suaves labios mi boca antes de apartarse. Vaciló mientras nuestras bocas se quedaban a un suspiro de distancia, y su pecho bajaba y subía al mismo tiempo que el mío. Respiró en mi boca y me estremecí; tenía los labios tan cerca que podía saborearlos, y su aliento era cálido y dulce contra mi lengua. Sentí algo de incertidumbre y me aparté, queriendo mirarlo a los ojos para cuestionarlo. Su abrazó se tensó y sacudió la cabeza.

-Quédate,- murmuró contra mi boca, cabeceando, y acariciando mis labios con los suyos.

Sin decir una palabra, pude sentir que algo había cambiado. Él se resistía, tratándome como si me fuera a romper o a huir. Mi ansiedad se incrementó, y mi mente pesaba a toda velocidad en todas las posibilidades de lo que podía haber pasado.

-Chris...- comencé a preguntar, exponiendo elpánico en esa pequeña palabra. Su otra mano se movió para sujetar mi cara,moviendo su pulgar entre nosotros para presionar mis labios.

-Shhh.Podemos... ¿podemos ser nosotros, tan solo?- susurró, dándome un pequeño besoen la esquina de mi boca. -¿Por unmomento? Te prometo que te lo contaré todo. "- hizo una pausa, moviendo sucabeza hacia adelante para acariciar mis labios suavemente. -Pero ahora mismo, necesito esto. Por favor."

Su pequeño ruego desmenuzó mi preocupación y melevanté sobre los dedos de mis pies, acortando nuestra distancia y presionandototalmente mis labios sobre su boca.
Gimió suavemente por el contacto, incrementando lapresión pero sin profundizar el beso.
Me mecí entre sus brazos, evidenciando su amor yadoración incluso ahora.
Se apartó un poco, despacio, dándome un beso finalen la frente antes de mirarme a los ojos.

-¿Podemosentrar?

-Porsupuesto, "- susurré, besándole una vez más. -¿Estás bien?

Mi SecretariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora