Capitulo 21

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Pov Anastasia

Todos esos pensamientos se cruzaron por mi mente, haciendo imposible que me concentrara en los papeles que tenía ante mí. El tiempo que habíamos pasado separados no había calmado para nada su poder sobre mí. Al contrario, se había vuelto más fuerte.

Con un suspiro, cerré la carpeta sobre mi regazo y volví a mirar por la ventana.
Deberíamos haber pasado todos esos edificios y la gente en las calles, pero yo no veía nada. La única cosa que taladraba mi conciencia era él. Lo sentía en todo momento, en cada respiración; sus talentosos dedos repiqueteando el volante, el chirrido del cuero cuando se revolvía en el asiento, su esencia llenado el coche. Se me hacía imposible recordar porqué necesitaba resistirme. Él me envolvía completamente.

No quería desearlo. Necesitaba ser fuerte, y ser yo misma, para demostrar que podía controlar mi vida, pero cada parte de mí gritaba por sentirlo. No quería sentir todo esto.... esta no era la persona que quería ser. Tenía que recomponerme en el hotel, recordar la rabia y el dolor que él me causaba, y ser la mujer fuerte que sabía que era.

-¿Está bien, señorita Steele?- Me sobresalté por el sonido de su voz, y giré la cabeza para encontrarme con sus ojos grises. Mi estómago brincó por la intensidad de los mismos.

-Ya hemos llegado. "- Señaló el hotel y me sorprendió que ni siquiera me hubiera dado cuenta.- ¿Va todo bien? - Parecía preocupado, y me sorprendió un poco. No es que no supiera que podía ser amable, es que simplemente rara vez me trataba de esa manera.

-.- respondí rápidamente.- Es solo que estoy cansada. Quiero subir a mi habitación, ducharme e irme a la cama. "

-Uhmm..."- murmuró para sí mismo, mientras continuaba mirándome. Observé cómo sus ojos se posaban en mi boca, y Dios, quería que me besara. Ardientemente. Como si me atrajera hasta él, me incliné ligeramente en mi asiento, mientras el cuero del asiento chirriaba. La electricidad zumbaba entre los dos, y su mirada, una vez más, se posó sobre mis labios. Se acercó a mí, y pude sentir su cálido aliento contra mi boca.

Me asusté en cuanto mi puerta de abrió de repente, y salté hacia atrás en el asiento, sobresaltada al ver al botones del hotel allí de pie. Me aclaré la garganta, sintiéndome algo avergonzada por haber caído, una vez más, en su trampa. Salí del coche y aspiré el aire exterior, que no estaba inundado por su esencia. El botones recogió las maletas, y el señor Grey se excusó para llamar por teléfono mientras yo nos registrábamos.

El hotel era precioso, y estaba a rebosar de compañeros y asistentes a la conferencia, y pude ver bastantes caras conocidas. Normalmente me reunía con otros asistentes y salíamos a cenar o a un club mientras estábamos en la ciudad.

Saludé a alguien que reconocí, y me alegré de haber planeado todo antes de hacer las maletas. Sería genial salir con algunas de las chicas mientras estuviéramos aquí. La última cosa que necesitaba era sentarme sola en la habitación del hotel y fantasear con este hombre.

Después de recoger nuestras llaves, me dirigí al lounge para buscar al señor Grey.

Mientras recorría con la mirada la enorme sala, me sorprendí al encontrarlo de pie, frente a una morena muy alta. Estaban muy cerca, con su cabeza inclinada mientras escuchaba algo que ella le decía.

Su cuerpo me bloqueaba la cara de la chica, y mis ojos se estrecharon en cuanto vi que ella ponía su mano sobre su antebrazo. Se rio por algo que él dijo, y se echó un poco hacia atrás, permitiéndome una mejor vista.

Era increíblemente guapa, con una melena oscura por los hombros. Ella levantó la cabeza y nuestros ojos se encontraron.
Me arqueó una ceja, como retándome, y volvió a mirarlo, sonriendo mientras depositaba algo en su mano.

Mi SecretariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora