POV Christian
Y ahora, podía ver todos los errores que había cometido en los últimos meses. Desde el primer día, todo había sido así. Nunca me había sentido tan sexualmente atraído por nadie en mi vida. Y había cometido el error de pensar que una vez sería suficiente. Si el sexo no fuera tan jodidamente bueno... Mi miembro se puso duro al pensar eso. Jodida traidora. Llevaba una semana sin "aliviarme", y ahora sabía que no había sido un buen plan. Probablemente me ayudaría liberar algo de Umm... estrés antes de esta noche. El problema era que yo no era capaz de seguir mi trato sin pensar en ella. Solo pensar en la última vez que lo intenté era suficiente para hacer que todo se me derrumbara.
Fue unos días antes del "incidente de la ventana", como lo llamaba. Esa noche tenía que ir a un evento de caridad. En cuanto entré en la oficina me quedé pasmado al ver a la señorita Steele con un increíble y sexy vestido azul que no había visto antes. En el momento en que la vi quise tumbarla sobre la mesa y hacérselo hasta dejarla sin sentido.
Pero en vez de eso, me pasé el día irrumpiendo en la oficina con portazos, y portándome como un estúpido.Toda esa noche estuve entretenido, al lado de la triunfante rubia de mi cita. Sabía que había llegado al final de la cuerda, y que finalmente, acabaría rompiéndose. Simplemente no sabía que iba a ser tan pronto.
Como el estúpido que soy, intenté comprobarme a mí mismo que la señorita Steele no estaba tan dentro de mi cabeza, mientras volvía a casa con mi cita. Entré a trompicones en su apartamento, mientras nos besábamos y nos desnudábamos rápidamente. Pero yo sentía que no estaba allí. No es que no fuera guapa y sexy, pero mientras la tumbaba, me imaginé que era pelo caoba el que se esparcía por la almohada blanca. Besando sus pechos, pensé en unos suaves, no los perfectamente siliconados por los que estaba pasando mis labios. Incluso mientras me ponía el condón y me introducía en ella, sabía que solo era un cuerpo sin cara que estaba utilizando para mis propias necesidades egoístas. Pero una vez que ella se corrió dos veces, era más obvio que yo no iba a ser capaz de correrme así.
Traté de no pensar en ella, pero fui incapaz de no imaginarme como sería tenerla debajo de mí, y esas imágenes prohibidas parpadeaban en mi mente.
Me corrí fuerte y me odié por ello. ¿Cómo pude dejar que esto pasara? Dios, era tan estúpido...Mientras me frotaba la cara, me disgusté aún más por recordar lo que había ocurrido.
Miré el reloj y vi que solo me quedaban 10 minutos para llegar. Ni siquiera sabía cuál iba a ser mi plan. Podía dejar que las cosas siguieran su cauce, pero no solía hacer así las cosas. Siempre era muy particular y calculador en todo lo que hacía. Sabía que si conseguía hacerlo esta noche, las cosas serían más fáciles. Ellos lo harían fácil.
Teníamos esa maldita conferencia en Seattle muy pronto y si esta mierda no se aclaraba pronto, ¿quién sabe lo que podría pasar?
Vale. Yo sabía exactamente que podría pasar.Dios, simplemente la imagen de ella, desnuda sobre mí en la cama de hotel, hacía que mi miembro dejara de sentirse culpable.
¿Cómo demonios iba a aclararlo esta noche?Mientras entraba en el garaje de casa de mis padres, intenté liberar de mi cabeza cualquier pensamiento sexual. Era más duro de lo que pensaba. Aparqué y entré en la casa, y mentalmente me imploré. "Puedes hacer esto "una y otra vez. Pasé por el comedor solo para ver si la mesa ya estaba puesto.
-¿Mamá?- pregunté, mirando en cada habitación que iba pasando.
-Aquí fuera, Christian- la escuché llamarme desde el jardín.
Abrí las grandes puertas francesas, y me recibió una sonrisa, mientras terminaba de decorar la mesa.
Me incliné para que diera un beso y por supuesto, intentó peinarme.
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Mi Secretaria
FanfictionLa historia original es de Bere Pico, adaptada por mi Christian Grey es un capullo HERMOSO, con clase. En este punto de su vida lo tiene todo; dinero, coches y mujeres. Anastasia Steele es su guapísima secretaria, y durante nueve meses, él ha he...