Capitulo 22

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Pov Christian

¿Qué demonios acababa de pasar?

¿Ella...?

¿Y entonces...?

¿Qué coño...?

Un millón de pensamientos se pasaron por mi mente en ese segundo. No podíamos seguir haciendo esto. O esto continuaba, o se terminaba. Ahora. Interfería en mis negocios, en mis sueños, en mi cabeza, en mi jodida vida. Pero no importaba cuando intentara mentirme a mí mismo. Sabía lo que quería. No podía dejarla escapar.

Prácticamente estaba corriendo por el pasillo, y corrí tras ella.

-¡Para!- le grité, ignorando a los ocupantes de las demás habitaciones. Me ignoró, y continuó huyendo de mí.

-No puedo hablar contigo de esto ahora mismo. Estoy cansada, y triste, y necesito dormir.

-No puedes empezar algo así y luego esperar que simplemente te deje marchar

-Ya lo creo que puedo- gritó por encima de su hombro. Llegó a su puerta, y forcejeó con la llave, antes de abrirla.

¡Mierda! ¡Teníamos que hablar de esto ahora! Siempre estábamos huyendo el uno del otro, y yo estaba jodidamente cansado de huir.

Alcancé su puerta justo a tiempo, y nuestros ojos se encontraron por un breve momento, antes de que la cerrara. Mi mano salió disparada, golpeando la puerta con tanta fuerza que golpeó estrepitosamente la pared de detrás.

-¿Qué carajos te crees que estás haciendo?- gritó. Se dirigió al baño que estaba al lado de la puerta, y se giró para mirarme.

-Joder, ¿quieres dejar de huir de mí?- la seguí hasta el baño de mármol, y nuestras voces hacían eco en las paredes.- ¡No seas así! Si es por lo de esa mujer..."

No podía estar más furiosa por lo que acababa de decir, y se acercó más a mí.

-No te atrevas Dios... estoy tan harta de esto- sacudió la cabeza, disgustada, antes de dirigirse hacia el lavabo y buscar algo en su bolso.

-¡No iba a hacer nada! ¿Crees que estoy interesado en la primera que me da las llaves de su habitación? ¿Qué tipo de hombre te crees que soy?"- No podía creer lo que estaba oyendo. Ya le había dicho que no había estado con ninguna otra mujer desde ella.- ¿Es que no lo entiendes?

-¡NO! ¡Tú eres el que no lo entiendes!- dio un puñetazo en el lavabo, mirándome furiosa.- ¡Yo no soy así! No me acuesto con cualquiera. Tengo 26 años y solo he estado con 3 hombres en toda mi vida, Nunca había hecho nada como esto- me gritó, alzando la voz con cada palabra.- Pero cuando estoy contigo, nada importa. Esto... esta cosa... - continuó diciendo, gesticulando entre los dos.- "... ¡yo no soy así! Es como si me volviera una persona distinta cuando estoy contigo, y lo odio. Quizás tú sí que te acuestas con cualquiera, ¡pero yo no!"

No podía creer lo que estaba diciendo. Es cierto que nunca me había parado a pensar mucho en su vida personal, ni ahora ni nunca en realidad. No tenía ni idea de que hubiera una posibilidad de que podría sentirse así. Claro, yo me solía acostar con mujeres como yo, pero tenía que saber que esto era algo diferente para mí.

-No quiero a nadie más- le grité.- Solo te quiero a ti
Sentí como me rompía en mil pedazos. Mi vida ya estaba fuera de control, y me giré para marcharme, aunque sabía que no tenía la fuerza para irme. Escuché como respiraba hondo y ponía algo sobre el lavabo.

Su voz estaba temblorosa cuando habló.

- Mira... no me importa. Haz lo que quieras y déjame sola. Ahora, si me disculpas...

Mi SecretariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora