Capitulo 38

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Pov Anastasia

El aliento se me atrapó en la garganta y lo miré a los ojos. Esto no podía estar pasando. Otra ronda de golpes hizo que saltara en cuanto el puño de Elliot golpeó la puerta del apartamento.

-Christian, sé que estás ahí. Escucho tu teléfono sonando. No me voy a ir hasta que abras esta puerta. "

Me encogí por el pánico reflejado en la expresión de Christian. ¿Cómo podía ser que tan solo unas horas atrás, todo era perfecto? El miedo creció en mí, obstruyendo mi pecho. Me di cuenta de que necesitaba más tiempo. Sabía que la gente se enteraría de todo esto. Siempre supe que de alguna manera este día llegaría, pero era más una vaga idea en un futuro lejano. Todavía no estaba preparada.

-Lo dice en serio. "- La voz de Christian me trajo de vuelta y lo miré a los ojos. La tensión de su cuerpo era evidente ya que sus dedos apretaban dolorosamente mi cadera. Parecía aterrorizado. Cogí su cara entre mis manos y me incliné, presionando mis labios con los suyos. Sus ojos se cerraron, relajándose ligeramente.

-Estaré bien. Me meteré en tu habitación y esperaré mientras hablas con él. ¿Vale?"

-Pero Ana, yo no...

Lo corté antes de que pudiera terminar.

-Está bien, Ana.De verdad. "

Se quedó en silencio por un momento mientras yoobservaba todas las diferentes emociones que cruzaban su cara. Con un suspirode resignación, asintió y me bajó de su regazo. Me di la vuelta y unos cálidosdedos sobre mi hombro me detuvieron, mientras me arrimaba hacia él. Agachó lacabeza y su boca colisionó contra la mía. Su beso era hambriento, lleno de ladesesperación que los dos sentíamos. Los aporreos persistentes de Elliotvolvieron a sonar, al igual que el móvil de Christian sobre la mesa, mientrasyo me perdía en él. Me elevé sobre los dedos de mis pies, e intenté mantenermecerca, necesitando calmar el miedo que crecía en mi pecho. Sus brazos fuertesme rodearon con fuerza, y sentí que me elevaba ligeramente del suelo.
Su beso cambió despacio a algo más controlado.Presionó sus labios contra los míos antes de volver al suelo, poniendo mis piesde nuevo en las frías baldosas de madera. Sus ojos permanecían cerradosmientras ponía su frente contra la mía.

-¿Teacuerdas de lo que me preguntaste anoche?- Sabía a qué se refería: manteneresto entre nosotros.

-si- susurré despacio.

-Lo prometo.Mi respuesta es sí, tanto tiempo como tú quieras. Solo recuerda esto. "- Laculpabilidad golpeó mi estómago, y me pregunté si estaba haciendo esto solo pormí.

-No entien...-Comencé a decir, pero otra ronda de golpes en la puerta me cortó, con la voz deElliot sonando más cabreada.

-Te lo juropor Dios, Christian. Puedo escuchar tu maldito teléfono, y ni siquiera vas albaño sin esa cosa.

Di un paso hacia atrás mientras asentía y me dirigía su habitación, cerrando la puerta detrás de mí. Mi respiración estabaacelerada y parecía amplificada por el silencio de la habitación. Presioné mioreja contra la puerta y cerré los ojos para escuchar. Lo escuché moverse,seguido por el sonido metálico del cerrojo abriéndose, y aguanté el aliento encuanto se abrió la puerta.
Silencio. ¿Por qué había silencio?

-¿Quécarajos quieres, Elliot? Es domingo por la mañana. "- El tono de Christianera suave pero también llevaba rabia mientras se dirigía a su hermano.

-"No usesesa mierda de tono conmigo. ¿Te crees que no me he dado cuenta de que estásevitándome?"

-No sé de quéme estás hablando, Elliot "- Escuché algo de movimiento, pero no sabía dedonde venía.

Mi SecretariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora