Misión: Sacandole el Mal al Malfoy

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Capitulo 3: Misión: Sacándole el Mal al Malfoy.

El apellido Malfoy deriva, del francés mal foi o mal foy, que significa "mala fe".

Es increíble como la etimología de una palabra puede esclarecer tanto el entorno que nos rodea.

La familia Malfoy es bien conocida por su mala fe, tomándose fe como creencia, no como la Virtud teologal del cristianismo. Depositaron su fe en la pureza de la sangre y en la ideología que Voldemort profesaba. Fue esto lo que los llevó a convertirse en una de las familias más temidas del mundo mágico.

Y no fue hasta un narciso, indicativo de renacimiento, apareció de la mano de un dragón, con la vista fija en ésta familia, que el mal desapareció de ésta, dejando simplemente... fe.

Narcissa acariciaba su vientre con tristeza, observando por la ventana a su hermana y a sus primos interactuar con alegría con su cuñado, Ted. Demostraban haber creado un gran vínculo entre los cuatro, incluida Marlene, quien sonreía escuchando lo que el hijo de muggles relataba. Y a pesar de que su mirada estaba fija en su familia, su mente estaba pensando en la persona que faltaba allí.

-No envenenes tu mente con malos pensamientos.-Susurró Severus colocando su mano sobre su hombro, logrando que la rubia volviera su mirada hacia él, con los ojos más tristes que el pelinegro había visto en su rostro.- Es temprano aún, si lo deseas, podemos ir a verlo ahora mismo.-Sugirió sentándose a su lado, preocupado por su amiga.

-No sé si luego de este día lleno de reconciliaciones, pueda enfrentarme a una pelea con él. No sé si lo resista.-Explicó volviendo a girarse hacia el jardín.

-Cissy, sabes que aceptará. Lo vimos. Pero si sigues retrasando ese momento, las posibilidades irán desapareciendo. Lucius es parte fundamental de nuestro plan, sin él, todo estará perdido.-

-Lo sé, Sev. No me olvido de la importancia que tiene su ayuda, en nuestro plan. Pero no puedo entrarme a él.-

-Entonces yo lo haré.-Aseguró el pelinegro, levantándose, ganándose una mirada sorprendida de su acompañante.- El recuerdo no nos mostró quién fue el que habló con él, simplemente que lo hicimos.- Expuso, estirando su mano hacia ella.-Asique vamos, una vez que esté hecho, llamaré al resto.- Narcissa dudó, pero una nueva mirada hacia el jardín la hizo levantarse con confianza.

Aparecerse en Wiltshire no fue lo más difícil, sino hacerlo sin que los muggles lo notaran. Era irónico que la Mansión Malfoy se encontrara en un condado con asentamientos muggles, pero nunca lo habían pensado antes y no lo harían justo ahora que dejaba de tener importancia para ellos.

Caminar por los jardines de la entrada y oler el perfume de sus flores favoritas logró que la rubia se sintiera como en casa, calmando sus miedos. Al entrar a la Mansión, Narcissa sintió una corazonada que le hizo saber dónde estaría su esposo, subiendo las escaleras con rapidez, mientras Severus la seguía confundido. El pasillo era ancho y largo, lleno de puertas a ambos lados, pero la rubia sabía exactamente qué puerta abrir.

Una gran habitación pintada de rosa, llena de peluches de diferentes tamaños fue la que los recibió, y en el centro de ésta, junto a una gran cuna, estaba parado Lucius, acariciando las mantas que llevaban la inicial de su apellido bordadas. Al sentir la presencia de su esposa, se giró rápidamente, con una mirada cargada de tristeza.

-Cissy.-Susurró acercándose a paso rápido hacia ella, envolviéndola en sus brazos.-Lo siento tanto. Debí haberte seguido cuando me lo pediste, fui un tonto, un cobarde. No tenerte a mi lado por la noche, no sentir las patadas de nuestro bebé mientras dormía, fue la peor tortura del mundo. Ningún cruciatus que Voldemort pudiera lanzarme sería peor que eso.- Narcissa acarició su espalda con cariño, tratando de calmar su dolor.- Quiero que tanto tú como nuestro hijo tengan lo que merecen de mi y no esto que soy ahora. Haré lo que sea necesario, y los ayudaré a derrotar a Voldemort, si es lo que tú quieres.-Dijo separándose de ella para mirarla directamente a los ojos, transmitiéndole a través de ellos que no mentía.

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