Misión: Hogwarts se prepara.

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Capitulo 16: Misión: Hogwarts se prepara.

Hogsmade estaba desierto, el único movimiento que se veía era en la entrada de Cabeza de Puerco, donde se había hecho una larga fila para pasar a través de la única entrada habilitada hacia el castillo.

Al ver a tanta gente, James y Remus sonrieron, orgullosos de ver cuántas personas estaban dispuestas a pelear, venciendo sus miedos, todo por derrotar a la oscuridad que los oprimía.

James caminó más rápido hacia la entrada, donde Aberforth cuidaba de la entrada.

-¿Podemos pasar?-Preguntó James sin poder borrar su sonrisa.

-No deberíamos dejar de se cuelen en la fila, pero ustedes deben estar adentro con el resto, preparándolos a todos.-Respondió Aberforth señalándoles el agujero que llevaba hacia el pasadizo del que habían oído en el libro del futuro.

-Gracias.-Dijeron los dos adentrándose, delante y detrás suyo se escuchaban pasos apresurados, todos ansiaban llegar hasta el castillo para dar lo mejor de sí y protegerlo.

La Sala de Menesteres estaba repleta de gente formándose en diferentes filas que avanzaban hacia el exterior, según las órdenes de Dumbledore y McGonagall, Remus se apresuró hacia ellos, ayudándolos a separar las tropas por su lugar de combate, mientras James salía de la habitación dirigiéndose hacia la enfermería.

-¿Cómo se encuentran?-Madam Pomfrey se giró inmediatamente hacia él al escuchar su pregunta, sus cabellos despeinados y pegados a su frente debido a la traspiración y su ropa llena de manchas de diferentes pociones y sangre.

-Están mas ansiosos por salir a pelear que por recuperarse por completo. Cuando escuchó que las pociones sanadoras se nos estaban acabando, el señor Snape se levantó de su camilla y corrió a ayudar al profesor Slughorn, sin importarle que a su pierna le faltara por sanar.- James no pudo evitar sonreír mientras ella rodaba los ojos.- Nunca pensé que el señor Snape terminaría siendo un Merodeador y me traería tantos dolores de cabeza como ustedes.-

-Te hacíamos divertidas las noches Poppy, no lo niegues.- James la abrazó por los hombros, haciéndola sonreír.

-Tu amigo me acaba de decir lo mismo. Son tal para cual.-Respondió ella separándose para seguir atendiendo a los heridos. James sonrió y caminó hacia la camilla donde Sirius aún seguía acostado, aunque sus intenciones de levantarse eran evitadas por su hermano y su prometida.

-No, Sirius, no te levantarás de aquí hasta que estés completamente sano.-Lo regañó Marlene sosteniéndolo contra la cama.

-Si no escuchara tus palabras, esta situación sería un poco incómoda.-Rió el mejor amigo del mayor de los Black sonrojando a su cuñada.

-Cállate James y mejor ayúdame a convencer a tu amigo de que no haga una estupidez.-

-Si me cayo, no puedo convencerlo de nada.-

-¡James!-Exclamó fulminándolo con la mirada.

-Está bien, está bien. Sirius, enserio, hazle caso a tu futura esposa. No quieres que se enoje contigo antes de que te dé el sí. Puede echarse para atrás en cualquier momento.- Sirius rodó los ojos con una sonrisa socarrona apareciendo en su rostro.

-Eso es imposible James, Marly me ama. ¿No es así cariño?-

-Cuando te vuelves tan estúpido empiezo a dudarlo.- Respondió ella alejándose de su pareja con el ceño fruncido.

-Okey, okey, me tranquilizo.-Sirius se relajó en su camilla mientras su hermano, su mejor amigo y su novia sonreían aliviados. Tan ensimismados estaban en su charla, que no se dieron cuenta de que Severus entraba corriendo a la enfermería mientras con su varita transportaba un gran caldero humeante.

Tiempo HechizadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora