Enero 1981

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Capitulo 24: Enero 1981

El matrimonio Black había decidido viajar por el mundo durante un mes por su Luna de Miel, prometiendo regresar antes del nacimiento del nuevo Lovegood.

Mientras tanto, todos los esperaban preparando su regalo. Había sido primeramente una idea de Sirius, quien había pensado en comprar una casa en el Valle de Godric para vivir cerca de sus mejores amigos, pero no había tenido avances antes de la boda por lo que se había dado por vencido. Lo que no sabía era que sus amigos ya se habían encargado de eso.

James había comprado la propiedad que se encontraba al lado de su casa, poniéndola a nombre de su mejor amigo, y entre todos la habían reconstruido para volverla una copia de la casa de los Potter, con cuatro habitaciones, un gran living, una cocina con comedor diario y un comedor medianamente grande donde tranquilamente podrían celebrarse reuniones con sus amigos. La casa estaba lista para ser decorada como a Marlene y Sirius más les gustara, excepto el fondo del jardín, donde habían tirado la valla que dividía su patio del de los Potter, creando un gran espacio en el que James ya se imaginaba jugando al Quidditch con su hijo y los hijos de su mejor amigo. Además, habían agregado una habitación en el altillo, al igual que habían hecho en la casa de James y Lily, donde Severus y Remus se podrían quedar cuando no estuvieran en el castillo en temporada de clases.

Solo faltaba esperar a que la feliz pareja volviera y viera su regalo.

Además, tenían muchas noticias para darles.

Lily se encontraba en el living de su casa, jugando con su pequeño hijo, haciéndolo reír, mientras esperaba que James volviera de su entrenamiento. Había pasado todo el día disfrutando de Harry, guardando en su cabeza cada movimiento que él hacía, encantada con tenerlo en brazos. Cuando el fuego de la chimenea se volvió verde, la pelirroja se levantó del sillón con su hijo en brazos, sonriendo ansiosa.

-Ya llego papi, Harry.-Susurró hacia el pequeño de cinco meses que le sonrió tomando un mechón de su pelirrojo cabello para llevárselo a la boca. James apareció en la chimenea con su traje de auror con el rostro cansado pero una gran sonrisa al ver a su familia esperándolos.

-Hola.-Se acercó a ellos y besó los labios de su esposa para luego tomar a su hijo en brazos.- ¿Cómo está mi cachorrito favorito?-Le preguntó agudizando su voz y tomando su nariz entre sus dedos.- Tengo tu nariz.-Canturreó logrando que riera.

-¿Cómo te fue hoy en el entrenamiento?-Lily se había sentado nuevamente en el sillón, invitándolo a acompañarla con un ademán de su mano.

-Fue duro. Desde que Alastor dejó de trabajar para encargarse de Audrey todo es más difícil. No logramos encontrar a un verdadero entrenador con experiencia y los enfrentamientos son mediocres. Es más agobiante trabajar así que con los cientos de ejercicios de Moody.- Explicó haciendo sonar su cuello mientras Harry le sacaba los lentes.- No Harry, si le sacas los anteojos a papi él no puede ver tu hermosa carita.- Dijo mientras volvía a colocárselos besando las manitas de su hijo con dulzura. - ¿Y qué tal tu día?- La sonrisa de la pelirroja creció enormemente, había esperado que llegaran a ese punto desde que su esposo atravesó la chimenea.

-Estuve haciendo algunos encantamientos para Harry.-Comenzó a decir tomando su varita.- ¿Quieres que te muestre?-James asintió confundido mientras sentaba a su hijo en su regazo para que viera de frente a su madre. Bajo la atenta mirada de ambos, Lily pinchó su dedo con su varita y un hilo dorado comenzó a salir de ésta hasta convertirse en un bebé que gateó hasta estar frente a Harry que rió queriendo tomarlo entre sus manos. El pelinegro pasó su mirada del bebé que ahora se desvanecía a su esposa con los ojos abiertos de par en par.

Tiempo HechizadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora