Alpha y Jhon

1.7K 73 31
                                    

Capitulo 78: Alpha y Jhon.

Y fui allí, durante el brindis de cumpleaños, cuando sorprendiendo a todos, Félix se arrodilló frente a Alpha y, sacando un anillo de su bolsillo, le pidió matrimonio.

Alex cerró los ojos con fuerza cuando la escuchó aceptar y Jhon, mientras chocaba su copa contra la de Agatha compartiendo el brindis por su sobrino, sintió los últimos pedazos sanos de su corazón, finalmente romperse en pedazos.

No importaron los 13388 kilómetros de distancia, las cuatro horas de diferencia, o simplemente el que él no estuviera presente en ese momento. Jhon lo supo, en ese preciso instante supo que la mujer a la que aún no había podido dejar de amar, había aceptado casarse con otro hombre, rechazando toda posibilidad de una reconciliación.

Su mano se abrió sin desearlo y la copa cayó al suelo, derramando su contenido y quebrándose en pedazos. Jhon no supo si el sonido de cristal partiéndose provenía de la copa o de su propio corazón.

Agatha lo observó asustado, notando cómo su rostro se transformaba por el dolor y, con una mirada rápida a su hija, le pidió que los dejara solos.

- ¿Qué pasa? – Le preguntó tomando su mano, viendo como ésta temblaba.

- Terminó. Todo terminó. – Fue lo único que pudo decir antes de que sus ojos se llenaran de lágrimas y sus piernas le fallaran, siendo sostenido rápidamente por su prima.

Dos días después, la confirmación de ese sentimiento que se había apoderado de él llegó, en forma de carta.

Disculpándose con cada palabra, Alex le advertía del compromiso de Alpha y Félix, sabiendo que en cualquier momento sus padres o sus hermanos se lo dirían o a Agatha le llegaría la invitación a la boda. La fecha que habían fijado fue lo que más lo destrozó. En tan solo cuatro meses, la mujer de su vida se casaría. Y no con él. El último día del año.

Bessy fue su consuelo. La pequeña de nueve años, lo abrazó con todas sus fuerzas al verlo llorar y acarició su espalda hasta que se hubo dormido, mientras Agatha trataba de hacerlo comer algo.

-Tiene que haber una forma de ayudarlo mamá. Su corazón le duele mucho. – Susurró la niña viendo a su tío llorar aún dormido.

- Lo sé pequeña, pero no conozco la forma de ayudarlo. No sé qué hacer más que abrazarlo y demostrarle que estamos con él. – Bessy asintió acariciando el cabello de Jhon para tratar de calmar sus sueños mientras pensaba en una forma de ayudarlo.

Un mes después, Jhon era un muerto en vida. Las bolsas oscuras bajo sus ojos demostraban que apenas y si podía dormir, y solo porque Bessy se encargaba de abrazarlo hasta que el llanto lo cansaba tanto que se quedaba dormido; cada mañana, se levantaba dos horas antes de su hora habitual, preparaba el desayuno para su prima y su sobrina y se sentaba en el sillón a observar fotos de Alpha hasta que se hacía la hora en la que debía ir a trabajar. Alcanzaba a Bessy al colegio, acompañaba a Agatha a su trabajo y luego se dirigía al suyo. Sus compañeros veían su actitud y trataban de animarlo, convirtiendo el hacerlo sonreír en su pasatiempo, sin nunca conseguir el éxito. Por la tarde, al llegar del trabajo, se sentaba en la mesa de la cocina y redactaba decenas de cartas para su ex, cartas que luego quemaba en la hornalla y esperaba a que Bessy y Aggy llegaran para prepararles la cena y sentarse en el sillón a ver nuevamente las fotos de Alpha, sin acompañarlas a comer. Había adelgazado tanto que habían tenido que hacerle un nuevo agujero a su cinturón para que sus pantalones no se cayeran, y las camisas le quedaban enormes, aunque su prima le había sugerido varias veces arreglarlas con magia.

Fue por esa rutina, que el nueve de octubre, excusándose con que era el cumpleaños de Alex, le envió una carta a su tío, pero en ésta no había ninguna felicitación.

Tiempo HechizadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora