Tiempo Hechizado

Fin de año 1992.

Capitulo 49: Fin de año 1992.

Con un verano lleno de hormonas, los días pasaron más rápido para todos y pronto llegó el día de despedirse.

Fleur y Gabrielle debían volver a Francia, pues la mayor debía volver a la Academia de Magia Beauxbatons, donde hacia sus estudios y Gabrille tenía clases a las que asistir.

Y Ginny, Lizzie, Sam, Knut, Milly, Luna y Tori comenzaban su primer año en Hogwarts, por lo que junto a Harry, Draco, Neville, Ron, Daphne y Hermione, habían planeado ciento de cosas para hacer durante las clases, incluyendo, obviamente, a sus nuevos amigos, Vin, Greg, Millicent, Blase, Theo, Dean, Seamus, Hannah y Pansy.

Y ahora todo volvía a la normalidad, días de exhaustivo trabajo y noches en las que lo único que deseaban era dormir. Sabiendo que en septiembre comenzaba la temporada de más quehaceres en sus respectivos trabajos y con Benjamin en el internado al que Mike había asistido en su juventud y en el que habían anotado al pequeño el año anterior, Narcissa y Andrómeda comprendieron que Agata pasaría las tardes sola al salir del colegio. La sola idea de la niña jugando sola en la sala de la enorme Mansión Malfoy esperando a sus tíos las estrujó el corazón, haciéndoles pensar alguna forma de evitar que eso sucediera.

Walburga y Duella ya estaban muy mayores para tirarle al piso a jugar con las muñecas de su nieta, por lo que ellas no eran una opción.

Dobby y Eryl, los elfos que trabajaban en la mansión Malfoy, estaban llenos de tareas, tanto dentro como fuera de la casa, ya que luego de la última ley aprobada por el Ministerio, éstos dos serían los primeros elfos en contraer matrimonio y, siendo patrocinados por sus empleadores, estaban organizando una boda tan espectacular, que les consumía la mitad de su tiempo, o más. Sumarle el cuidado de la pequeña sería aprovecharse de ambos.

Habían considerado pedirle a Kreacher ser de niñero, pero Regulus y Marinette le hicieron una propuesta que nadie se atrevió a negársela. Y es que la pareja pensó que, en agradecimiento a su leal servicio, sería una gran idea que el elfo de la familia Black los acompañara en el viaje que ambos continuarían inminentemente.

Las únicas que tenían tiempo libre eran Lily y Petunia, pero ambas estaban prontas a parir y la suma de dos bebés recién nacidos con cuidar a una niña de cinco años con tendencias a escaparse al jardín y corretear por ahí no daba un resultado muy favorable.

Por lo que, a pesar de que les resultaba muy difícil, aceptaron la solución que llegó en forma de carta de Peter.

El antiguo Merodeador se encontraba en una situación parecida a la de la familia Black, y es que entre el trabajo y ser padre soltero en un país en el que apenas y si dominas el idioma se le estaba complicando bastante, por lo que había decidido mudarse Estados Unidos, al mismo barrio que los gemelos Prewett, anotando al pequeño Devon en la misma escuela que los dos pares de primos/mellizos.

La escuela era bastante buena y la idea de que la pequeña Agata no estuviera siempre rodeada de adultos les pareció maravillosa. Cissy y Drómeda lo consultaron con su sobrina y, a pesar de que le entristecía separarse a sus tías y tíos, la idea de pasar más tiempo con los primos a los que no veía nunca le encantó, pero lo que más le fascinó fue saber que la persona con la que viviría, Peter, fue quién juntó a sus padres y conocía historias de ellos que su familia no había sabido nunca.

Así, sin sus hijos para alegrarles las tardes cuando volvían de trabajar, los adultos comenzaron a ansiar más el verano que los propios niños. Se les hacía imposible pasar la noche en tanto silencio, por lo que terminaban reuniéndose todos los días para hacer un poco de alboroto y no sentirse tan solitarios. Por lo menos los primeros diecinueve días, porque el veinte de septiembre, el milagro de los Potter hizo su aparición en el mundo.