Tiempo Hechizado

2011 - 2012

Capítulo 76: 2011- 2012

Tal como habían pronosticado, el 2011 fue un año lleno de emociones para la familia de largo apellido.

La primera gran emoción llegó, en las garras de dos lechuzas, la segunda semana de enero, para una pequeña y reducida parte de la familia: Fleur y Marinette. Ambas gritaron de emoción al abrir el sobre que el ave les entregaba, encontrando una invitación para la boda de "la pequeña" Gabrielle. Fleur se trasladó rápidamente a la Gran Casa y corrió a la puerta que le correspondía a su prima, aporreándola con fuerza hasta que ésta, con una gran alegría, la abrió para envolverla en un abrazo.

-Se casagá. ¡Mi hegmanita! – Exclamó la rubia saltando sin soltar el abrazo con su prima.

-Estoy tan feliz por ella. Realmente feliz. – Marinette soltó el abrazo solo para volver a ver la invitación en sus manos. – Monsieur and Madame Delacure tienen el honor de dirigirse a usted para invitarlos a formar parte de la boda de su hija menor, Gabrielle Delacure y su amado prometido Jean-André Augier el día 14 de febrero en el Chateau Du Rivau. - Leyó emocionada. –Oh, será tan hermoso. – Sollozó limpiándose una lágrima que caía por su mejilla.

-Hegmosísimo. Mi hegmanita segá la más hegmosa novia de toda Francia. Espego que Jean-André la haga tan feliz como lo soy yo o se las vegá conmigo. - Aseguró la mitad Veela con una sonrisa tan grande que sentía que partiría su rostro.

Bill y Regulus no tuvieron una reacción tan escandalosa como las de sus esposas, pero se alegraron enormemente al enterarse, tanto, que convocaron a toda la familia para hacer una cena en honor a la feliz pareja, anunciando que el 1 de febrero ellos cuatro, junto a sus hijos, viajarían a Francia para ayudar en todo lo necesario, exceptuando, claramente, a Jamie, quien viajaría directamente el 13 a la noche ya que tenía clases a las que asistir y Severus, aunque quisiera, no podía permitirle ausentarse durante dos semanas. Rápidamente se disculparon con Nymph y Luna por no asistir a sus cumpleaños, prometiéndoles que les traerían bellos regalos de Francia.

La primera mañana de febrero, Marinette y Regulus se despertaron bien temprano, tomaron sus bolsos y se trasladaron al barrio familiar, caminando directamente a la casa de los Weasley Delacure, donde, ya desde la entrada, se escuchaban los gritos de la matriarca de la familia corriendo a su hijo para que entrara a bañarse, mientras Bill discutía con Dom sobre la importancia de hacerle caso a los mayores y cómo, si no aceptaba sus reglas para viajar, sería castigada sin permitirle ir a visitar a su padrino durante dos veranos al Santuario de Dragones en Rumania. Al tocar la puerta, Victoire fue la que les abrió, vistiendo un hermoso y arreglado vestido rosa con un perfecto peinado recogido.

- ¡Buen día tía Marinette! ¡Buen día tío Regulus! -Los saludó con una educación tan idealizada que hizo que Regulus rodara los ojos.

-Corre Vic. ¡Corre y ensúciate! – Le rogó como cada vez que la veía. –Eres demasiado formal para estar por cumplir 11 años. Aprovecha tu libertad de niña antes de que por tu edad te vean mal por tirarte al lodo. - Como siempre, Victoire ignoró las palabras de su tío y se adentró a la sala sentándose rectamente en el sillón individual de la sala con sus bolsos a sus pies. Bill, aun regañando a su segunda hija, rodó los ojos al ver a la mayor y compartió una mueca con Reg.

-Juro que lo intento, pero parece que los genes Weasley rebotaron en ella y quedaron dando vueltas en el útero de Fleur hasta caer en dosis dobles en estos dos. - Bromeó señalando cómo Fleur había logrado atrapar a su hijo, que con siete años pataleaba para no ser metido en el baño y a Dom, que ya había huido para meter en su bolso su Monstruoso libro de los Monstruos, una de los miles de cosas que sus padres le habían pedido que no llevara.