Misión: Hogwartianos

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Tiempo hechizado.

Capitulo 1: Misión: Hogwartianos.

Se podría decir que en mi corta vida muchos cambios sucedieron frente a mi. He visto historias ser cambiadas drásticamente, personas que decidieron mejorar su forma de ser y lugares que pasaron de ser simples chozas a grandes mansiones. Todo está destinado a cambiar, a evolucionar.

Pero hay algo que es inmutable, la esencia, el alma de las cosas. No importa cuántos arreglos le hagas a tu casa, si puedes seguir llamándola hogar, significa que su esencia no ha cambiado. No importa cuántas veces cambies el color de tu cabello o de tus ojos, si por dentro sigues siendo la misma persona.

Obviamente, existe la excepción que confirma la regla. Y es de esta excepción que trata la historia que les vengo a relatar. ¿Quién soy yo? Eso no es relevante, la pregunta correcta sería ¿Quiénes son estas personas que acaban de aparecerse en medio del Valle de Godric?

Lily Evans, o más bien dicho, Lily Potter, caminaba hasta su casa de la mano de su esposo, mirando precavidamente sobre sus hombros. A su lado, su esposo, James Potter hacía lo mismo, y detrás de él, Sirius Black y Remus Lupin los escoltaban, con sus varitas en la mano, en completo estado de alerta. No fue hasta cerrar la puerta del hogar Potter, que todos se relajaron.

-Bien, estamos a salvo.-Susurró Sirius observando por la ventana, mientras Remus y Lily hacían hechizos de protección alrededor de la casa y James sacaba un libro de su bolsillo, dejándolo sobre la mesa del centro del living. –Ya debo irme.-Informó Black haciendo una mueca de incomodidad, pasando su mirada de su mejor amigo hacia la pareja de éste.

-Lo entendemos Sirius. Es más, te rogamos que vayas. Por favor, tráela a salvo.-Le rogó la pelirroja con ojos tristes. El pelinegro asintió, sintiendo su corazón oprimirse ante la idea de dejarlos.

-Remus, cuídalos con tu vida.-El castaño se acercó hacia su amigo con una sonrisa, tomándolo de los hombros.

-Sabes que lo haré. Ahora ve a buscarla y protégela. Lleva a su familia a un lugar seguro y trae a tu futura esposa para aquí. No te detengas hasta que ambos estén de este lado de la puerta.-Los ojos de Remus brillaban, fijos en los del pelinegro, que sonrió, prometiendo con ese gesto que cumpliría su pedido. Luego de un pequeño abrazo, Sirius se separó de su amigo, caminando hacia la salida.

-Cuídate.-Sirius se giró hacia su mejor amigo, que lo miraba con preocupación, sentado en el sillón mientras sus manos inquietas jugaban con su varita.

-Lo haré.-Sonrió dando un pequeño asentimiento, y saliendo de la casa.

Frank y Alice Longbottom caminaban con urgencia por las calles de Londres, tomados de las manos y con sus varitas listas para ser usadas, aunque la presencia de muggles a su alrededor dificultaba el uso de magia. Desaceleraron el paso al llegar frente a la puerta de una gran casa, girando su cabeza a un lado y al otro, entraron siendo precavidos de que nadie los viera, descansando sus cuerpos contra la puerta al cerrarla tras ellos.

Una mujer apareció por el pasillo, deteniéndose sorprendida al verlos.

-¿Dónde estaban?-Preguntó pasando su mirada de uno al otro, hasta que Frank se acercó hacia ella, abrazándola fuertemente.

-Es largo de contar mamá, mejor sentémonos.-Pidió separándose para tomarla de la mano y encaminándola hacia la sala de estar, donde un hombre fumaba una pipa sentado en un sillón frente a la chimenea.- Hola papá.-Sonrió colocando su mano sobre su hombro. Alice le sonrió a sus suegros antes de sentarse junto a su esposo en el sillón grande, mientras Augusta se sentaba en el apoyabrazos del asiento donde estaba su marido.

Tiempo HechizadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora