Tiempo Hechizado

02 Mayo 1981.

Capitulo 25: 02 Mayo 1981.

El nacimiento de la primogénita de los Lovegood había sido tan esperado como el de todos los niños de esta gran familia, y con los mismos espectadores de siempre, la única diferencia entre éste y los demás, había sido que Amelia había preferido tener a su hija en su casa, ella quería un parto tan natural como fuera posible y Molly había sido su comadrona dada su experiencia en traer niños al mundo.

Así, el trece de febrero, un día antes del día de los enamorados, Luna Pandora Lovegood había llegado al mundo bajo la luz de la luna llena, lo que impidió que los Merodeadores se encontraran presentes. Nada había hecho más feliz a Amelia que tener a su hija en brazos por primera vez y nadie estuvo más agradecido que Molly y Arthur cuando fueron nombrados sus padrinos.

Con el nuevo miembro de la familia endulzando sus días y los niños creciendo más rápido de lo que a sus padres les gustaría, llegó el mes de mayo y con él, el primer aniversario de la batalla.

Todos habían amanecido con el triste recordatorio del día en sus mentes, nada lograba distraerlos, ni siquiera las sonrisas de sus hijos que no entendían a qué se debían sus ojos tristes ni las lágrimas que cada tanto derramaban.

Hogwarts estaba repleto de gente cuando la tarde llegó y el muro nuevamente había sido decorado con las flores que los familiares y amigos de los caídos llevaban para homenajear a sus seres queridos.

Los Hogwartianos se encontraban sentados en uno de los bancos que habían sido dispuestos a lo largo del jardín, sus hijos sentados sobre una manta en el césped, los más grandes cuidando a los bebés. Héctor se había acercado a ellos al verlos llegar, con una sonrisa triste y sus ojos repletos de lágrimas, al igual que Alastor y Audrey, los tres sumergidos en el recuerdo de las pérdidas que habían sufrido el año anterior.

-¿Saben qué es lo primero que recuerdo al pensar en Samantha?-Todos se giraron hacia Sirius al escucharlo hablar, especialmente Héctor al sentir el nombre de su esposa. – Hubo un día, semanas antes de la batalla, en el que estaba deprimido...-

FLASHBLACK.

Sirius se encontraba sentado en el sillón de la casa Potter, observando distraído un medallón con el emblema de su familia, sin escuchar lo que sus amigos hablaban a tan solo unos pasos de él. Lanzó un suspiro cerrando los ojos con fuerza, cuando sintió el cómo alguien se sentaba a su lado.

-¿Qué le pasa a mi perrito favorito?-Sirius se giró hacia Samantha con una pequeña sonrisa que no le llegó a los ojos lo que la hizo fruncir el ceño.

-No me pasa nada señora Williams, todo está bien.-Aseguró guardando el medallón en su bolsillo.

-Sirius, ya te dije millones de veces que no me digas señora Williams, soy Samantha o Sam.-Se quejó golpeando juguetonamente su hombro haciéndolo sonreír realmente.

-Lo siento, todo está bien SAM.-Recalcó su nombre burlonamente ganándose un pequeño golpe de su parte.

-¿Y tú crees que me voy a creer esa mentira solo porque haces bromas?-Preguntó alzando una ceja, Sirius cerró los ojos y se recostó en el respaldo del sillón, tirando su cabeza hacia atrás a la vez que lanzaba otro largo suspiro.- Ven con Sam.-Susurró estirando sus brazos hacia él, quien aceptó recostándose en su regazo mientras ella peinaba sus cabellos.- ¿Qué pasa?-Insistió acariciándolo con dulzura, mientras le pedía con la mirada a James que se llevara a todos a otra habitación.

-Los extraño.-Respondió con una mueca triste pero disfrutando de las caricias.- Extraño a mis padres. Con todo lo que está sucediendo me gustaría correr a los brazos de mi madre y que me dijera que todo estará bien. Quiero presentarles a Marly, quiero que estén en mi boda.- Samantha lo observó con sus ojos llenos de lágrimas, comprendiendo su tristeza.- Temo no volver a verlos y que mis últimas palabras hacia ellos hayan sido que los odiaba por ser como eran.-