2003

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Capitulo 68: 2003

Cuando la familia le prometió tres semanas de festejos a Sirius si despertaba, no bromeaban. Realmente era algo que necesitaban y tenían tantos motivos para celebrar que ya no sabían cuál utilizar: Sirius había despertado, la familia estaba otra vez unida, Samantha y Vincent iban a ser padres, Bill y Fleur tendrían otro hijo más, los cumpleaños que no dejaban de aparecer y Agatha y Devon, su relación y pronta graduación.

Tuvieron que esperar dos semanas para que saliera Canuto del hospital, pero eso solo ayudó a que tuvieran tiempo para planificarlo: conseguir la comida para alimentar a un batallón por tanto tiempo, pedir los permisos en sus trabajos, preparar sus casas, dejar todo listo para el momento en el que Sirius Orión Black, alias Canuto, dejó San Mungo.

Neville, Minerva, Severus y Remus se turnaban para dar sus clases y Agatha recibió un permiso especial para faltar toda la primera semana de festejos, pero no podía expandirla más ya que los E.X.T.A.S.I.S estaban a la vuelta de la esquina.

El festejo fue como un festival familiar, con música, comida y bebidas en cantidad. La puerta de la casa elegida cada día siempre estaba abierta para que los vecinos se unieran a su diversión. Todas las noches, a las doce en punto, luego de un largo día de celebración, Fred y George lanzaban fuegos artificiales al cielo que formaban el largo apellido de su familia, dando por terminado el día para cambiarse a la siguiente casa, descansar un par de horas y volver a empezar.

Cuando volvieron a su vida normal, retomando sus trabajos, pero sin dejar de lado a sus seres queridos, la construcción de la Casa Familiar volvió a ser parte de sus proyectos semanales y las reuniones los fines de semana pasaron a celebrarse en la plaza a la que las casas del Barrio Familiar rodeaban. Y más pronto que tarde, llegó mayo y un día después del cumpleaños de Victoire, llegó el esperado casamiento de Ron y Hermione, que habían decidido celebrarlo en la Madriguera, con la misma carpa que habían usado Bill y los gemelos en sus matrimonios.

Ron estaba tan nervioso que no dejaba de temblar, a cada rato revisaba un pergamino que guardaba doblado en el bolsillo delantero de su saco negro, asomándose por la ventana de su habitación para ver cómo sus familias iban llegando. Y, a pesar de que agradecía a sus hermanos el que estuvieran ahí en la habitación con él, ayudándolo a prepararse, tenía ganas de rebolearlos por la ventana y correr a la habitación de Ginny, donde Hermione estaba vistiéndose, solo para poder verla una vez más. Hacía tres días que sus amigas la habían raptado, sin permitirle verla más que de lejos y hablarle a través de sus patronus. Lizzie había dicho que así en el momento en que él la viera por el pasillo iba a quedar deslumbrado.

Lo que Elizabeth no entendía, era que Ron ya estaba deslumbrado por Hermione y la estaba extrañando tanto que se arrepentía de haber tardado tanto en comprometerse.

Cuando Arthur tocó la puerta de su habitación para avisarles a sus hijos que ya todos estaban listos, Ron fue el primero en salir corriendo escaleras abajo, llegando a la entrada de la carpa, donde Harry lo esperaba con una gran sonrisa completando su traje.

-Llegó el gran día. - Exclamó el ojiverde al verlo llegar.

-Te juro que no sé cómo hice para esperar tanto tiempo. - Respondió el pelirrojo girándose hacia la Madriguera mientras refunfuñaba porque sus hermanos y su padre aún no salieran.

- ¡Mi hijo menor va a casarse! - Molly, que salía de la carpa con la pequeña Victoire de tres años en brazos, se largó a llorar al ver a su hijo parado junto a Harry con su traje negro. - Me prometí que no iba a llorar hasta que la ceremonia comenzara. - Se lamentó al sentir las manitos de su nieta limpiando las lágrimas que ya corrían por sus mejillas.

Tiempo HechizadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora